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Apuntes Sobre Ciencia Ficción


Enviado por   •  29 de Octubre de 2013  •  2.084 Palabras (9 Páginas)  •  2.641 Visitas

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Apuntes sobre Ciencia Ficción

Introducción

Nada teme más el hombre que ser tocado por lo desconocido.

Elías Canetti

Como lo ha señalado el escritor norteamericano Thomas M. Disch (1940), "la ciencia ficción nos ha enseñado a imaginar los terrores del porvenir" (Disch:1987).

En efecto, puede leerse en los relatos de ciencia ficción la paranoia que ha despertado, en el imaginario colectivo, el avance acelerado de los descubrimientos científico-tecnológicos desde la revolución industrial en adelante.

Pero, a diferencia de lo que sucede en la literatura fantástica, por ejemplo, estos temores son poco menos que caprichosos. Los relatos de ciencia ficción se construyen en torno a una garantía científica en tanto exploran los límites de lo posible en un universo donde el ocaso de la religión como saber hegemónico ha dado lugar al reino indiscutido de la ciencia y la tecnología legitimadas en el discurso positivista del siglo XIX.

Esta garantía, asimismo, habilita los mecanismos de verosimilitud que subyacen a una pregunta recurrente en la literatura del género: "¿qué pasaría si.?".

De este modo, la ciencia ficción se anticipa a ciertas conjeturas formuladas en el mundo real vinculadas a los nuevos descubrimientos científicos. En esta dirección, puede resultar interesante que se discuta en el aula qué descubrimientos científicos anticiparían novelas como Frankenstein (1818) de Mary Shelley, Yo, robot (1950) de Isaac Asimov, o 1984 (1945), de George Orwell.

No obstante, para que se preserve la lógica del género y sus relatos conserven su vigencia, es a su vez necesario que esas conjeturas nunca se cumplan. Esto es así puesto que, desde el momento en que las revelaciones imaginadas por la literatura se vuelven reales, las historias pierden eficacia sencillamente porque el futuro deja de ser tal.

De allí que, a la luz de los nuevos descubrimientos del siglo XX, las narraciones del viaje a la luna concebidas por el escritor francés Jules Verne (1828-1908) o las historias tejidas en torno a la hipótesis de vida extraterrestre en Marte como las de Edgar Rice Burroughs (1875-1950), creador de Tarzán y de varias novelas de ciencia ficción, hayan envejecido y se hayan convertido en meras novelas de aventuras.

¿De qué hablamos cuando hablamos de "ciencia ficción"?

Se han arriesgado, hasta el momento, diversas definiciones de ciencia ficción. Desde un criterio sintáctico, por ejemplo, se ha dicho que "los relatos de ciencia ficción son relatos del futuro puestos en pasado"1. A su vez, desde una perspectiva estética, algunos estudiosos han sostenido que la ciencia ficción forma parte de una literatura "pasatista", inferior en calidad a los relatos del mainstream o literatura consagrada. Se ha advertido también que la ciencia ficción trata de algo fantástico enmascarado dentro de un cierto realismo.

En cuanto a los temas de los que se nutre, la noción clásica del género, acuñada en la década del 30 del siglo pasado, proponía agrupar los tópicos en tres grandes grupos: la vida futura, los mundos desconocidos y los visitantes inesperados.

En otras palabras, la lógica que gobernaba la ciencia ficción de esos primeros años era la lógica de la otredad: otros tiempos, otros mundos, otras subjetividades.

Habida cuenta de esta característica que atraviesa gran parte de los relatos de ciencia ficción, se ha sostenido que un cuento como "Tlön, Uqbar, Orbis, Tertius" (1944) del escritor argentino Jorge Luis Borges (1899-1986) bien podría pertenecer al género. Aunque esta afirmación es discutible, en principio trata de mundos paralelos y, en este sentido, responde a esta lógica de la otredad. A partir de esta hipótesis, podría ser interesante discutir con nuestros alumnos si el relato de Borges puede o no leerse desde esta clave.

En los años 60, de la mano del escritor norteamericano James Ballard (1930), se produce un viraje en el modo en que se entiende el género, al mismo tiempo que la ciencia ficción pasa a tener un inusual protagonismo en ámbitos académicos donde, hasta hacía no demasiado tiempo, su entrada se hallaba vedada.

1Link, Daniel. Escalera al cielo. Utopía y ciencia ficción, Buenos Aires, La Marca, 1994.

Los orígenes

• Existe una creencia que sostiene que los primeros relatos de ciencia ficción pudieron haber sido engendrados en el siglo XVII. Aquellos que defienden esta teoría mencionan El otro mundo (1657), de Cyrano de Bergerac (1619-1655) como prueba irrefutable de su hipótesis. Otra postura sugiere incluso que el origen del género pudo haber tenido lugar varios siglos antes.

En un conocido prólogo a Crónicas marcianas (1950) de Ray Bradbury (1920), Jorge Luis Borgesadvierte que ya en el "segundo siglo de nuestra era", Luciano de Samosata imaginó seres de otros planetas y que en el siglo XVI, Ludvico Aristo escribió que "un paladín descubre en la Luna todo lo que se pierde en la Tierra, las lágrimas y suspiros de los amantes, el tiempo malgastado en el juego, los proyectiles inútiles y los no saciados anhelos"1.

No obstante estas presunciones, un relativo consenso propone ubicar el nacimiento de la ciencia ficción en el siglo XIX. De este primer momento pueden mencionarse obras como La máquina del tiempo (1895) y La guerra de los mundos (1898), ambas del escritor británico H.G. Wells (1866-1946) o Viaje al centro de la Tierra (1864) y Veinte mil leguas de viaje submarino (1870), de Jules Verne.

Ya en el siglo XX, con la aparición del concepto de "posibilidad ilimitada", los relatos de ciencia ficción, escritos en su mayoría en Inglaterra y los Estados Unidos, comienzan a tener una circulación masiva. A través de revistas como Wonder Stories, Amazing Stories o Galaxy se codifica la noción del género cuyo autor modelo es precisamente H.G. Wells. Estas revistas crean a su vez un público lector de aficionados directamente vinculado a la emergente cultura de masas.

Una nueva generación de escritores de ciencia ficción surge a mediados de siglo, aglutinada bajo el rótulo de New Age o "nueva ola". James Ballard, el nombre más representativo de este grupo, sostiene entonces que de lo que se trata ahora ya no es de explorar el espacio exterior sino de replegarse hacia el espacio interior: "Los desarrollos más importantes del futuro cercano tendrán lugar no en la Luna o Marte, sino en la Tierra; y es su espacio interior, no exterior, el que debe ser explorado. El único planeta verdaderamente alienígena es la Tierra. En el pasado, el sesgo científico que tomaba la ciencia ficción se relacionaba con las ciencias físicas -cohetes, electrónica y cibernética -; ahora

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