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Cronicas De Una Muerte Anunciada


Enviado por   •  23 de Septiembre de 2013  •  3.696 Palabras (15 Páginas)  •  249 Visitas

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2. Capítulo

El segundo capitulo comienza con la descripción de Bayardo San Román, un hombre que llego al pueblo en un buque con todas sus cosas. Andaba por los treinta años. Llegó al pueblo con una chaqueta corta y un pantalón muy estrecho y con unos guantes a juego. Todo el pueblo cotilleaba sobre él e intentaba saber más de él. Una noche en el cine dio a entender que era ingeniero de trenes y hasta hablo de construir uno hasta el interior. Sabía mandar mensajes por código morse y buen nadador.

Un día vio a Ángela y a su madre por la plaza y desde aquel mismo momento intento llamar su atención, una noche compró todos los números de la rifa, en la que ella misma estaba cantando los números y el regalo se lo llevó a su casa. No sabia como pero había averiguado que era su cumpleaños.

Ángela tuvo que discutir con sus padres porque creían que su hija le había insinuado algo a Bayardo, así que sus hermanos mayores Pedro y Pablo cogieron el regalo y se llevaron a su dueño. Los gemelos no aparecieron en casa hasta el día siguiente llevando el regalo otra vez y a Bayardo para seguir la parranda...

Ángela era la menor de una familia de escasos recursos, su padre Poncio Vicario era orfebre de pobres y su madre había sido profesora de escuela. Las dos hijas mayores se casaron muy tarde.

La familia Vicario se tomo en serio el compromiso de boda pero puso una condición que Bayardo acreditará su identidad ya que nadie lo conocía. Al cabo de unos días llego la familia de Bayardo al pleno, en el buque de ceremonias del congreso Nacional. Eran cuatro, el padre, la madre y las dos hermanas. La madre, Alberta Simonds era una mulata grande de Curazao, el padre era el general Petronio San Román, héroe de guerras civiles. Luisa no le parecía bien que se casará ya que había seducido a la familia con sus encantos no a Ángela. Ángela no se quería casar con Bayardo ya que sus padres junto a sus hermanas mayores le impusieron esa obligación. Al día siguiente Bayardo le pregunto a Ángela que casa le gustaba más y le dijo la del viejo Xius y por la noche se fue a hablar con él pero el viejo Xius no se la vendió. Dos años más tarde el viejo se murió pero al final se descubrió que el viejo se la vendió.

La familia de Ángela quería retrasar la boda para que el obispo los casará pero Ángela no quería ser casada por un hombre que solo cortaba las crestas de los pollos y lo demás lo tiraba a la basura. El general y su familia y las muchas gentes ilustres que vinieron con ellos trajeron tantos regalos que fue preciso restaurar un local olvidado de la planta eléctrica para exhibirlos.

Al novio le regalaron un coche con su nombre grabado. A la novia le regalaron una cubertería de oro puro para veinticuatro invitados.

La familia vivía en una casa modesta con una terraza en la fachada ocupada casi por completo por macetas y un gran patio trasero con gallinas sueltas y árboles frutales y al fondo un criadero de cerdos donde los gemelos ejercían su trabajo. Al final adornaron la casa, la pintaron, los gemelos se llevaron los cerdos y pidieron permiso para tumbar las cercas de las casas contiguas para poder bailar.

El único sobresalto imprevisto lo causo el novio en la mañana de la boda pues llego a buscar a la novia dos horas tarde y ella se negó a vestirse hasta que no viera al novio en la casa, ya que no había percance más vergonzoso para una mujer que quedarse plantada con el vestido de novia. Santiago no deslumbró el menor cambio en su modo de ser durante la ceremonia ni la fiesta.

El acto formal terminó a las seis de la tarde cuando se despidieron los invitados de honor. El buque abandono el puerto. Los recién casados aparecieron en su automóvil descubierto abriéndose a duras penas paso entre el tumulto. Bayardo se bajo del coche, ordeno que siguieran la fiesta a costa suya y se llevo a la esposa aterrorizada para la casa de sus sueños, la del viejo Xius. La parranda se disperso y varios amigos como Cristo Bedoya, Luis Enrique y Santiago Nasar se fueron a la casa de María Alejandrina Cervantes, por allí pasaron muchos otros, entre otros los gemelos Vicario cinco horas antes de matarlo.

Ángela Vicario había mandado a pedir una maletita de cosas personales y su madre Pura también quiso mandarle una maleta con ropa de diario así que llamó al recadero.

Luego el recadero contó que había encontrado a Bayardo de pie con la camisa de seda sin abotonar y los pantalones sostenidos con tirantes elásticos, Ángela estaba en la sombra de modo que solo la vio cuando Bayardo la agarró por el brazo y la puso en la luz. Llevaba el traje de raso en piltrafas. Los gemelos volvieron a casa un poco antes de las tres de la mañana, llamados de urgencia por su madre. Encontraron a Ángela Vicario tumbada bocabajo en un sofá de comedor y con la cara macerada a golpes. Uno de los gemelos el más espabilado, Pedro Vicario la levanto y la sentó en la mesa del comedor y le preguntó, temblando de rabia, quien había sido, ella se demoro apenas el tiempo necesario para decir el nombre y el nombre fue Santiago Nasar. Ella solo recordaba que la sostenía con una mano y me golpeaba con la otra con tanta rabia que llego a pensar que la iba a matar.

Después de leer el segundo capitulo la historia ya va tomando algo de forma porque después de leer el primer capitulo crees que lo han matado porque se había casado con Ángela pero no la quería. Al final del segundo capitulo ya sabes porque lo habían matado.

3. Capítulo

Al principio del tercer capitulo encontramos una pequeña explicación sobre el abogado y los gemelos.

Los gemelos entraron en la casa rural del padre Amador y pusieron los cuchillos en la mesa. Ambos exhaustos por el trabajo bárbaro de la muerte y tenían la ropa y los brazos empapados y la cara embadurnada de sudor y sangre todavía viva. Fueron a que les perdonará pero el padre les dijo que solo ante Dios no ante los hombres. Los gemelos tuvieron que estar en la cárcel durante tres años en espera del juicio porque no tenían dinero para pagar la fianza para la libertad condicional.

Empezaron a buscarlo por casa de María Alejandrina pero allí no estaba. Luego lo fueron a buscarlo en la casa de Clotilde por donde sabían que iba a pasar porque era el único sitio abierto. Se sentaron a esperarlo.

Después de que su hermana les revelará el nombre pasaron por la pocilga y escogieron los dos mejores cuchillos, uno de descuartizar y otro de limpiar. Los envolvieron en unos trapos y se pusieron en camino al mercado de carnes para afilarlos. Llegaron sobre las 3:20, Faustino Santos un carnicero los vio entrar. Mientras afilaban los cuchillos, Pablo dijo vamos a matar a Santiago. Faustino se quedo con la duda que

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