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Enviado por   •  8 de Abril de 2014  •  Informe  •  488 Palabras (2 Páginas)  •  176 Visitas

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Cuando se aborda el campo de la educación ambiental, uno se puede dar cuenta que a pesar de su

preocupación común por el medio ambiente y el reconocimiento del papel central de la

educación para el mejoramiento de la relación con este último, los diferentes autores

(investigadores, profesores, pedagogos, animadores, asociaciones, organismos, etc.) adoptan

diferentes discursos sobre la EA y proponen diversas maneras de concebir y de practicar la

acción educativa en este campo. Cada uno predica su propia visión y se ha incluso visto erigirse

«capillas» pedagógicas que proponen la manera « correcta » de educar, « el mejor » programa,

« el » método adecuado.

Ahora bien, ¿cómo encontrarse en tal diversidad de proposiciones ? ¿Cómo caracterizar cada una

de ellas para identificar aquellas que más convienen a nuestro contexto de intervención y elegir

aquellas que sabrán inspirar nuestra propia práctica?

Una de las estrategias de aprehensión de las diversas posibilidades teóricas y prácticas en el

campo de la educación ambiental consiste en elaborar un mapa de este « territorio » pedagógico.

Se trata de reagrupar proposiciones semejantes en categorías, de caracterizar cada una de estas

últimas y de distinguirlas entre ellas, poniéndolas al mismo tiempo en relación : divergencias,

puntos comunes, oposición y complementariedad.

Es así como identificaremos e intentaremos cercar diferentes « corrientes » en educación

ambiental. La noción de corriente se refiere aquí a una manera general de concebir y de practicar

la educación ambiental. A una misma corriente, pueden incorporarse una pluralidad y una

diversidad de proposiciones. Por otra parte, una misma proposición puede corresponder a dos o

tres corrientes diferentes, según el ángulo bajo el cual es analizada. Finalmente, si bien cada una

de las corrientes presenta un conjunto de características específicas que la distinguen de las otras,

las corrientes no son sin embargo mutuamente excluyentes en todos los planos: ciertas corrientes

comparten características comunes. Esta sistematización de las corrientes deviene una

herramienta de análisis al servicio de la exploración de la diversidad de proposiciones

pedagógicas y no un cepo que obliga a clasificar todo en categorías rígidas, con el riesgo de

deformar la realidad.

Exploraremos brevemente quince corrientes de educación ambiental. Algunas tienen una

tradición más «antigua» y han sido dominantes en las primeras décadas de la EA (los años 1970

y 1980); otras corresponden a preocupaciones que han surgido recientemente.

Entre las corrientes que tienen una larga tradición en educación ambiental, analizaremos las

siguientes:

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