Cultura Japonesa
Enviado por Sisyck • 30 de Septiembre de 2012 • 2.587 Palabras (11 Páginas) • 1.098 Visitas
CULTURA JAPONESA
EL ARTE EN JAPÓN
El arte japonés puede decirse que es un arte religioso, ceremonial, amante de la naturaleza que refleja en sus paisajes con tinte espiritual, lírico y contemplativo, popular y levemente irónico.
El arte japonés empezó siendo religioso, budista esencialmente y sintoísta, pero enseguida reflejó otras coordinadas distintas: verismo, amor a la naturaleza, independencia de toda influencia exterior, capacidad para expresar la belleza, con expresión lírica, sentimental y graciosa a base de escasos elementos tanto en la arquitectura como en la pintura.
La historia del Japón es milenaria, sin solución de continuidad, con unos rasgos comunes que evolucionan y se modifican pero no se destruyen. Y con un arte cambiante y modificador, pero sin la tragedia de la destrucción y la vuelta a empezar.
A continuación describiré el desarrollo de su arte.
PERIODO ASUKA (540-645)
Se introduce el budismo a través de Corea. Los primeros predicadores budistas de origen chino, llegaron a las islas el año 522. Con su doctrina introdujeron también un nuevo modo de pensar y sentir la vida, pero sobre todo un estilo arquitectónico, el de las primeras pagodas, de silueta tan característica, con sus tejados volados y su decoración peculiar y dominante como el monasterio de Horyuji, cerca de Nara; y una producción estatuaria religiosa de influencia china en bronce y en madera.
PERIODO NARA (645-794)
Destaca principalmente la arquitectura en construcciones complejas pero de sobria decoración como el Todaiji de Nara, poseen un aire monumental, como la Pagoda del Este de Yakushi-ji.
En escultura se usan los metales preciosos en estatuas de estilo solemne. Obtuvo gran desarrollo en escultura la representación de Buda, con estatuas de gran belleza: Sho Kannon, Buda de Tachibana, Bodhisattva Gakko de Tōdai-ji. Sustituyeron la influencia coreana por la china produciéndose una serie de obras de mayor magnificencia y realismo, con formas más redondas y gráciles. Muestran un mayor dinamismo en su postura de contrapposto, y una mayor expresividad facial.
PERIODO HEIAN Y FIJIWARA (794-1185)
Durante este periodo el arte se vuelve refinado, de gusto exquisito, con caracteres propiamente nacionales. La arquitectura tiende a fundirse armónicamente con el paisaje, adaptándose a la naturaleza y a la variedad del terreno.
La misma sufrió un cambio en la planta de los monasterios, que se erigían en lugares apartados, pensados para la meditación. Los templos más importantes son el Enryaku-ji (788) y el santuario-pagoda de Horyu-ji. El Enryaku-ji, situado en el entorno del monte Hiei, forma parte del conjunto de Monumentos históricos de la antigua Kioto, declarados Patrimonio de la Humanidad en 1994.
En arquitectura civil los palacios de los grandes feudatarios se desarrollan más en cuanto a superficie que en altura dentro de un ambiente pintoresco con estanques y jardines.
Se destacó la construcción del Palacio Imperial, de puro estilo japonés. El templo volvió a situarse en la ciudad, siendo centro de reunión de las clases dirigentes. La arquitectura religiosa imitó a la de los grandes palacios, con una decoración muy desarrollada, como en el monasterio de Byōdō-in –también llamado del Fénix. En este templo destaca el Hōōdō («Salón del Fénix»), situado al borde de un estanque que le proporciona una apariencia lírica y espiritual, con unas líneas dinámicas y elegantes donde destacan los tejados de esquinas curvilíneas, que otorgan un aire ascensional al conjunto.
En este periodo la decoración es rica en metal, laca y marfil. Los templos son de planta asimétrica en contacto directo con la naturaleza, de varios pisos, voladas techumbres, adornadas mensuras de elaborada carpintería y anchos aleros.
La escultura sufrió un ligero descenso en comparación con las épocas anteriores. Abandona el realismo para volcarse en una actitud espiritual; de nuevo destacan las representaciones de Buda. La excesiva rigidez de la religión budista limitaba la espontaneidad del artista, que se veía circunscrito a rígidos cánones artísticos que mermaban su libertad creativa. Durante el período Fujiwara cobró preeminencia la escuela fundada por Jōchō en Byōdō-in, con un estilo más grácil y esbelto, logrando unas perfectas proporciones anatómicas y un gran sentido del movimiento. Prefirieron utilizar las maderas de ciprés para estatuas elegante, delicadas y armoniosas.
La pintura se desarrolló notablemente en los rollos manuscritos denominados emaki, que conjugaban las escenas pictóricas con la elegante caligrafía katakana. Estos rollos narraban pasajes históricos o literarios. En general, es simbólica, fantástica y vivamente decorativa. Aparecen los primeros abanicos con finas y delicadas pinturas.
PERIODO KAMAKURA (1185-1392)
La actividad artística de este periodo se centra en torno a Kyoto. Se libera de la influencia cortesana del periodo anterior al introducirse la secta budista Zen.
Chinas son las influencias de la escultura como el gran Buda de Kamakura y las figurillas que sirven como vehículo para la meditación Zen.
La arquitectura era más sencilla, funcional, menos lujosa y recargada. La influencia zen provocó el llamado estilo Kara-yo: los monasterios Zen seguían la planimetría axial china, aunque el edificio principal no era el templo, sino la sala de lectura, y el lugar de honor no lo ocupaba una estatua de Buda, sino un pequeño trono donde el abad enseñaba a sus discípulos. Destacan el conjunto de cinco grandes templos de Sanjūsangen-dō, en Kyōto, así como los monasterios en Kyōto, Kenchō-ji y Engaku-ji.
La escultura adquirió gran realismo, encontrando el artista mayor libertad creativa, como se denota en los retratos de nobles y militares, como el de Uesugi Shigefusa (de artista anónimo). Las obras zen se centraron en la representación de sus maestros, en un tipo de estatua llamada chinzo.
La pintura se caracterizó por un mayor realismo y por su introspección psicológica. Se desarrolló principalmente el paisajismo (La catarata de Nachi) y el retratismo (en contemplación, de Enichi-bo Jonin). La pintura narrada en rollos, algunos de hasta 9 metros de longitud. Estos rollos reflejaban aspectos de la vida cotidiana, escenas urbanas o rurales, o bien ilustraban acontecimientos históricos, como la guerra.
PERÍODO MUROMACHI (1392-1573)
En este periodo la arquitectura era más elegante y típicamente japonesa,
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