DECLARACION MUNDIAL SOBRE LA EDUCACION SUPERIOR EN EL SIGLO XXI: VISION Y ACCION Y MARCO DE ACCION PRIORITARIA PARA EL CAMBIO Y EL DESARROLLO DE LA EDUCACION SUPERIOR
Enviado por serken • 7 de Marzo de 2012 • 8.860 Palabras (36 Páginas) • 1.164 Visitas
DECLARACION MUNDIAL SOBRE LA
EDUCACION SUPERIOR
EN EL SIGLO XXI: VISION Y ACCION
Y
MARCO DE ACCION PRIORITARIA PARA
EL CAMBIO
Y EL DESARROLLO DE LA EDUCACION
SUPERIOR
Aprobados por la
CONFERENCIA MUNDIAL SOBRE LA EDUCACION SUPERIOR
La educación superior en el siglo XXI:
Visión y acción
9 de octubre de 1998
DECLARACION MUNDIAL SOBRE LA EDUCACION SUPERIOR
EN EL SIGLO XXI: VISION Y ACCION
PREAMBULO
En los albores del nuevo siglo, se observan una demanda de educación superior sin
precedentes, acompañada de una gran diversificación de la misma, y una mayor toma de
conciencia de la importancia fundamental que este tipo de educación reviste para el
desarrollo sociocultural y económico y para la construcción del futuro, de cara al cual las
nuevas generaciones deberán estar preparadas con nuevas competencias y nuevos conocimientos
e ideales. La educación superior comprende "todo tipo de estudios, de formación o de formación
para la investigación en el nivel postsecundario, impartidos por una universidad u otros
establecimientos de enseñanza que estén acreditados por las autoridades competentes del Estado
como centros de enseñanza superior"*. La educación superior se enfrenta en todas partes a
desafíos y dificultades relativos a la financiación, la igualdad de condiciones de acceso a los
estudios y en el transcurso de los mismos, una mejor capacitación del personal, la formación
basada en las competencias, la mejora y conservación de la calidad de la enseñanza, la
investigación y los servicios, la pertinencia de los planes de estudios, las posibilidades de empleo
de los diplomados, el establecimiento de acuerdos de cooperación eficaces y la igualdad de
acceso a los beneficios que reporta la cooperación internacional. La educación superior debe hacer
frente a la vez a los retos que suponen las nuevas oportunidades que abren las tecnologías, que
mejoran la manera de producir, organizar, difundir y controlar el saber y de acceder al mismo.
Deberá garantizarse un acceso equitativo a estas tecnologías en todos los niveles de los sistemas
de enseñanza.
La segunda mitad de nuestro siglo pasará a la historia de la educación superior como la época de
expansión más espectacular; a escala mundial, el número de estudiantes matriculados se
multiplicó por más de seis entre 1960 (13 millones) y 1995 (82 millones). Pero también es la época
en que se ha agudizado aún más la disparidad, que ya era enorme, entre los países
industrialmente desarrollados, los países en desarrollo y en particular los países menos
adelantados en lo que respecta al acceso a la educación superior y la investigación y los recursos
de que disponen. Ha sido igualmente una época de mayor estratificación socioeconómica y de
aumento de las diferencias de oportunidades de enseñanza dentro de los propios países, incluso
en algunos de los más desarrollados y más ricos. Si carece de instituciones de educación superior
e investigación adecuadas que formen a una masa crítica de personas cualificadas y cultas, ningún
país podrá garantizar un auténtico desarrollo endógeno y sostenible; los países en desarrollo y los
países pobres, en particular, no podrán acortar la distancia que los separa de los países
desarrollados industrializados. El intercambio de conocimientos, la cooperación internacional y las
nuevas tecnologías pueden brindar nuevas oportunidades de reducir esta disparidad.
La educación superior ha dado sobradas pruebas de su viabilidad a lo largo de los siglos y de su
capacidad para transformarse y propiciar el cambio y el progreso de la sociedad. Dado el alcance y
el ritmo de las transformaciones, la sociedad cada vez tiende más a fundarse en el conocimiento,
razón de que la educación superior y la investigación formen hoy en día parte fundamental del
desarrollo cultural, socioeconómico y ecológicamente sostenible de los individuos, las
comunidades y las naciones. Por consiguiente, y dado que tiene que hacer frente a imponentes
desafíos, la propia educación superior ha de emprender la transformación y la renovación más
radicales que jamás haya tenido por delante, de forma que la sociedad contemporánea, que en
la actualidad vive una profunda crisis de valores, pueda trascender las consideraciones meramente
económicas y asumir dimensiones de moralidad y espiritualidad más arraigadas.
Con la intención de encontrar soluciones para estos desafíos y de poner en marcha un proceso de
profunda reforma de la educación superior, la UNESCO ha convocado una Conferencia Mundial
sobre la Educación Superior en el siglo XXI: Visión y acción. Como parte de los preparativos de la
Conferencia,
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