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Delitos Y Las Penas- Becaria


Enviado por   •  5 de Octubre de 2013  •  3.640 Palabras (15 Páginas)  •  414 Visitas

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DE LOS DELITOS Y DE LAS PENAS (BECCARIA)

Es un resumen (demasiado resumido) del libro de Cesare Beccaria "De los

delitos y de las penas"

CAPITULO I

Origen de las penas

Este capítulo afirma que los hombres, cansados de vivir en un continuo estado

de guerra, crearon las leyes, buscando mejorar la convivencia.

Pero para que la convivencia mejorara era necesario que TODOS cumplieran

las leyes establecidas; por ese motivo se establecieron penas contra los

infractores de las leyes.

CAPITULO II

Derecho de castigar

En este capítulo se explica que la pena sólo debe existir si se deriva de la

absoluta necesidad.

Mientras sea más sagrada e inviolable la seguridad, y mayor la libertad que el

soberano conserve a sus súbditos, más justas serán las penas.

La pena es el derecho a castigar al que no cumpliere con las leyes.

La multiplicación del género humano reunió a los primeros salvajes. Estas

uniones produjeron la formación de otras para resistirlas, creando guerras.

La necesidad obligó a los hombres a ceder parte de su libertad propia; cada

uno trata que esa parte sea lo más pequeña posible. Pero la suma de esas

pequeñas partes de libertad forma el DERECHO DE CASTIGAR.

CAPITULO III Consecuencias

El autor en este capítulo explica las tres consecuencias de las penas.

La primera consecuencia es que las penas de los delitos sólo pueden ser

decretadas por las leyes; y esta autoridad debe residir UNICAMENTE en el

legislador. Ningún magistrado puede decretar a su voluntad penas contra otro

habitante de la Nación; como tampoco puede modificarla si la considera

injusta.

La segunda consecuencia establece que el soberano puede formar leyes

generales que sean obligatorias para todos los habitantes; pero cuando alguna

persona no cumpla con alguna de esas leyes, el soberano no puede juzgarlo, le

correspondería ese deber a un magistrado cuyas sentencias sean inapelables.

La tercera consecuencia es que si se probase la atrocidad de las penas, sería

contraria a la justicia.

CAPITULO IV

Interpretación de las leyes

En este capítulo el autor se refiere a la cuarta consecuencia, que explica que

los jueces criminales no pueden interpretar las leyes penales, porque no son

legisladores.

Los jueces no recibieron las leyes como una tradición, sino como la legítima

voluntad de TODOS.

Cesare Beccaria opina que en todo delito debe hacerse un silogismo perfecto.

Hubo muchos casos en donde los mismos delitos fueron castigados con

distintas penas debido a la imparcialidad de los jueces, que son los encargados

de interpretar las leyes, y dar justicia (dar a cada uno lo suyo).

La justicia no es del todo perfecta; ya que sus intérpretes son humanos. Por

ese motivo, los jueces no pueden interpretar la ley en forma perfecta, pero

deben hacerlo lo mejor y más imparcialmente posible.

CAPITULO V Oscuridad de las leyes

En este capítulo se explica que es grave que las leyes estén escritas en una

lengua extraña al pueblo, ya que pueden cometerse delitos por falta de

entendimiento de las leyes.

Cuando más grande sea el número de los que entienden las leyes, menor será

la cantidad de delitos cometidos.

CAPITULO VI

Proporción entre los delitos y las penas

Este capítulo explica que debe existir una "proporción entre los delitos y las

penas". Esa proporción se debe a que no todos los delitos dañan de igual

manera a la sociedad; entonces cuanto mayor sea el delito, mayor deberá ser la

pena correspondiente.

Existe una escala de delitos, cuyo primer grado consiste en aquellos que

destruyen inmediatamente la sociedad, y el último en la más pequeña

injusticia posible cometida contra los miembros particulares de ella. Por ese

motivo, también debe existir una escala de penas, que deben ser

proporcionales a los delitos cometidos.

CAPITULO VII

Errores en la graduación de las penas

Beccaria, en este capítulo, explica que la verdadera medida de los delitos es el

daño hecho a la nación. Es decir, cuanto más grande daño se halla hecho a la

nación, mayor será el delito, y por lo tanto, la pena.

Algunos opinan que la graduación de los delitos debe considerarse según la

gravedad del pecado. Eso es un error, ya que la gravedad del pecado depende

de la malicia del corazón de cada uno; y ningún ser humano puede saber que

siente el corazón de otro. El único ser capaz de tener ese conocimiento es

DIOS. CAPITULO VIII

División de los delitos

Según Cesare Beccaria, la verdadera medida de los delitos es el daño hecho a

la sociedad.

Hay distintos tipos de delitos. Si se los clasificara en tres grupos, según la

gravedad, podríamos decir que los más graves son aquellos que destruyen

inmediatamente a la sociedad o a quien la representa.

En el segundo grupo se encontrarían los delitos que ofenden la privada

seguridad de un ciudadano en la vida, en los bienes o en el honor.

Y en el tercer grupo estarían las acciones contrarias a lo que cada uno está

obligado a hacer o no hacer.

CAPITULO IX

Del honor

En este capítulo se explica que hay una diferencia entre las leyes civiles y las

de honor.

Las leyes civiles son aquellas que defienden las cosas y bienes de cada

ciudadano.

En cambio, las leyes de honor, son aquellas que defienden el mismo honor de

las personas. Un claro ejemplo de un delito de honor, es el racismo o

discriminación a un individuo por tener otro color de piel, religión,

nacionalidad, etcétera.

CAPITULO X

De los duelos En este capítulo se explica que de la necesidad de los sufragios de otros

nacieron los duelos privados. Estos tuvieron su origen en la anarquía de las

leyes.

CAPITULO XI

De la tranquilidad pública

Este capítulo explica que entre los delitos de la tercera especie se encuentran

aquellos que turban la tranquilidad pública de los ciudadanos.

La función de los policías es evitar que se turbe la tranquilidad pública; pero

los policías no pueden obrar con leyes arbitrarias, ya que si eso sucediera se

...

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