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EL DOCUMENTAL RADIAL GLADYS PEREZ


Enviado por   •  12 de Septiembre de 2016  •  Informes  •  2.399 Palabras (10 Páginas)  •  441 Visitas

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EL DOCUMENTAL RADIAL

GLADYS PEREZ

Un hecho trascendental a nivel mundial, fue la invención de la radio; se descubrió la forma de difundir “mágicamente”, el pensamiento humano, en sonido.

Del asombro se pasó a la necesidad, y esa señal comenzó a comunicar los aconteceres, ideologías e incluso sentimientos, y se fue convirtiendo en el reflejo de las inquietudes de la comunidad que recibía esta señal. Así que para conversar de la producción radial, se necesita mucho tiempo; por ello es que ha sido escogido solamente el, probablemente el menos realizado y por tanto menos escuchado, género “documental”, para este libro.

Para Gladys Perez, el documental nació un día en que el periodista bebió de la fuente de la poesía para engendrar en su pecho un sonido bien hilvanado que armó con lo que habían visto sus ojos y con lo que había sentido su corazón y parió exactamente la historia que la gente quería escuchar para emocionarse y pensar.

Fuera de ello, son múltiples las definiciones para el documental:

  • “El documental es una pieza radiofónica trabajada mediante el estudio de la realidad desde las posibilidades más cercanas y mirada desde el mayor número posible de ángulos”.
  • “Está compuesto en su totalidad de hechos basados en pruebas documentales: registros de antecedentes, fuentes identificables, entrevistas contemporáneas y similares”.
  • “Es una forma radial creativa en la que se trata un tema único utilizando cualquiera, varias o todas las técnicas de radio, con el énfasis colocado en los acontecimientos reales, en la gente real y en lo posible contándonos sus propias experiencias reales”.
  • “Es más que una simple idea, es una forma de comunicación pública que va más allá de una mera presentación de hechos que hemos compilado de la vida”.
  • “(..)puede trasladar a una mente inquisitiva, a un oído alerta, a un ojo selectivo, y a un micrófono de transmisiones a todas las esquinas del mundo contemporáneo, o al más hondo escondrijo de la experiencia”.

De todas estas definiciones, Perez, engarza y sintetiza: El documental es una monotemática profundamente tratada: es una pieza radiofónica con toda la vestimenta sonora necesaria, un género que pasea entre la comunicación objetiva y subjetiva, entre lo periodístico y lo artístico. Es la recreación de un tema relevante con connotación para la mayoría: es un propósito social que deja un conocimiento, una enseñanza, que atrapa al oyente haciéndolo disfrutar, emocionar y reflexionar.

El documental, es un formato de paciencia, que reclama mucho tiempo para la investigación y la búsqueda de fuentes y de necesaria motivación personal para realizarlo. Lo que podría ser una causal para su escaza realización en las emisoras latinoamericanas. Otro motivo está vinculado a la idea de que la mayoría de los que se han realizado, son un “ladrillo”, y son rechazados, no por ser documentales, sino por malos programas. Sin embargo, los buenos documentales son bienvenidos para los oyentes interesados en lo novedoso y para las emisoras deseosas de ofrecer una programación más completa y atractiva.

Los documentales, en algunos casos específicos, han alcanzado un espacio fijo en la programación radial. Lo más usual, sin embargo, es uno semanal o uno eventualmente.

El lugar en que se sitúe el espacio documental es muy importante y la tarea le corresponde a los programadores, cuya responsabilidad es ubicarlo de forma ventajosa, teniendo en cuenta el público meta, el tema, el programa que le antecede y las características del espacio que fue suprimido para que el documental se trasmitiera. También requieren de buena promoción, exigen ser divulgados y anunciados con los atractivos del lenguaje comercial; se debe “venderlo” al oyente y enamorar a este de la idea de oírlo.

La mala fama de los documentales está debida a que se suele llamar “documental” a cualquier cosa, según Perez, sobre todo si consiste en un programa rígido, plagado de estadísticas y conceptos que solo alcanzan a entender unos pocos. El documental es una obra profunda, pero atractiva, de sencillez poética, pero elaborada, que resulta difícil su realización, reclama mucho tiempo de trabajo y que al final, se puede tener tanto material, que no se sabe por dónde comenzar y mucho menos dónde acabar.

Los documentales, tradicionalmente, han abordado temas biográficos, históricos, técnicos y sociales, sin embargo cualquier tema en que el protagonista principal sean los seres humanos, son suficientemente buenos para buenos documentales.

El documental es más que un género, en palabras de Néstor Carcomo, “Es una de las formas más elevadas del arte radial”. Según se ha visto, éste puede tener de crónica, de comentario, de charla, de testimonio y por supuesto de la entrevista, hasta se dice que un buen reportaje, entra en el mundo del documental. La coherencia, armonía, equilibrio, originan una obra redonda, donde no se no que el comentario dio paso a la crónica, o el dramatizado desplazó al testimonio. La inteligencia en el documental está en la búsqueda de lo novedoso.

Las rutinas de producción para el documental, comienzan desde la selección del tema y las fuentes hasta el montaje clásico, caracterizado por el uso y abuso de frases hechas y estereotipos que van desde la música hasta poner en voz de narradores y personajes el lenguaje burocrático, teniendo en cuenta que el oyente está entrenado para oír otros formatos que no requieren de una aguda atención.

Para encasillar los diferentes tipos de documentales, existen muchas formas:

  • Narrativas
  • Descriptivas
  • Testimoniales
  • De opinión.

Según su estructura pueden ser:

  • Retrospectivas
  • Dramatizados
  • Lineales
  • Flashback
  • Flash forward
  • En paralelo
  • En contrapunto, etc.

El documental, debe tener en cuenta reglas de oro para la comunicación auditiva:

  • Conocer al oyente (Inquietudes, gustos, intereses, preocupaciones, aspiraciones, etc.).
  • Establecer empatía para que el oyente sienta siempre presente. Ponerse en su lugar.
  • Lograr la intimidad hablándole a un solo interlocutor, aunque se diga que la radio es de multitudes.
  • Partir de cero como si el oyente no supiera nada acerca del tema, pero cuidando no subestimarlo.
  • No exigirle un esfuerzo de concentración excesivo.
  • Provocar reflexión.
  • Presentar pocas ideas y conceptos en un párrafo. Saber reiterar sin caer en la monotonía ni en la mera repetición.
  • Aprovechar el poder de sugestión del medio estimulando la imaginación con la buena utilización de los recursos sonoros
  • Un toque de humor, de ironía, siempre son bienvenidos pues retoman la atención, rompen con la monotonía y dan la posibilidad de quitarnos la pose de rígidos y pesados.
  • Transmitir sólo lo relevante y atractivo. Saber eliminar lo que no viene al caso.
  • Atrapar al oyente desde el principio con un gancho que lo haga permanecer con nosotros y, por supuesto, cerrar de manera contundente.
  • Emocionar y conmover.

Para lograr que el documental sea una obra profunda, se debe atender a algunas reglas comunicacionales. Primero: ¿Qué es lo que le gustaría saber y conocer al oyente?   Segundo: ¿Qué quiero que sepa y conozca el oyente? Dosificar así la información.

Es útil definir desde el principio el objetivo del documental, incluso desde que es solamente un proyecto. A partir de ahí se comienza a delinear el hilo conductor, o sea, esa idea principal que recorre de cabo a punta el programa, y desde la cual se teje la dramaturgia (estructura, exposición, focalización, desarrollo, golpe de efecto, clímax, desenlace, etc.). Junto al máximo objetivo, entran y salen los objetivos complementarios o secundarios para enriquecer la idea general con coherencia, para ir desplazando el foco, sin salir del camino.

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