El Circo De La Mariposa
Enviado por vickyhju • 22 de Abril de 2014 • 373 Palabras (2 Páginas) • 252 Visitas
Los actores de El Circo de la Mariposa llegan a un nuevo pueblo, a donde llevarían su espectáculo y diversión. Sin embargo en el mismo lugar se encontraba otro circo llamado Carnival, y por petición del pequeño Sam, deciden entrar.
La mayor atracción de Carnival es mostrar las “rarezas de la naturaleza” que no son más que hombres y mujeres con problemas o deformaciones físicas. La mujer con barba, dos siamesas, una señora con gran sobrepeso, un señor con su cuerpo totalmente tatuado, y Will, un joven sin extremidades.
En Carnival se exponían de una manera casi despiadada a estas personas y de la misma manera eran vistas por los visitantes. Sin embargo Will llamó la atención del señor Méndez, el dueño del circo de la Mariposa, a quien le pareció “Magnifico”, opinión que para Will no fue más que una burla. Y no es para menos, sin brazos, sin piernas y escuchando diariamente que era una abominación de la naturaleza y que hasta Dios le había dado la espalda, ser magnífico era lo que menos podía creer.
Los actores de El Circo de la Mariposa llegan a un nuevo pueblo, a donde llevarían su espectáculo y diversión. Sin embargo en el mismo lugar se encontraba otro circo llamado Carnival, y por petición del pequeño Sam, deciden entrar.
La mayor atracción de Carnival es mostrar las “rarezas de la naturaleza” que no son más que hombres y mujeres con problemas o deformaciones físicas. La mujer con barba, dos siamesas, una señora con gran sobrepeso, un señor con su cuerpo totalmente tatuado, y Will, un joven sin extremidades.
En Carnival se exponían de una manera casi despiadada a estas personas y de la misma manera eran vistas por los visitantes. Sin embargo Will llamó la atención del señor Méndez, el dueño del circo de la Mariposa, a quien le pareció “Magnifico”, opinión que para Will no fue más que una burla. Y no es para menos, sin brazos, sin piernas y escuchando diariamente que era una abominación de la naturaleza y que hasta Dios le había dado la espalda, ser magnífico era lo que menos podía creer.
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