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El Lugar De La Iglesia En Lo Social Y Lo Político


Enviado por   •  16 de Agosto de 2013  •  2.305 Palabras (10 Páginas)  •  362 Visitas

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El lugar de la Iglesia en los social y lo político.

Para comenzar hablar de este tema, tenemos que colocarnos en la siguientes alternativas conceptuales: ¿ qué entendemos por los términos que aquí se maneja?, puesto, que por ejemplo, la Iglesia desde la sociedad y desde la dimensión política, implica una verdadera controversia, en cuanto existe disparidad de criterios para definirla, según nos situemos en un lado u otro de la amplitud de posibilidades de lo que significa Iglesia.

Lo primero que nos viene al encuentro, cuando decimos Iglesia, es una serie de sinónimos que parecen completarse a la ves que se contradicen; grey, Pueblo de Dios, Esposa, Institución, etc.

Salvar estas disquisiciones epistemológicas, nos acerca a una fuente, que es la Constitución Dogmática del Concilio Vaticanos II sobre la Iglesia, donde podemos sintetizar su verdadero alcance de la siguiente forma: “ El Reino de Dios que se siembra en el corazón del Hombre y empieza en las personas (Mc 4,14) que se concreta en la Iglesia, en el Pueblo de Dios, abierto a todos los pueblos (Mt. 8,10) en que se concretará el reino: la Iglesia, es el Pueblo Espiritual de Dios, que significa la Asamblea convocada por Dios o la asamblea de los elegidos de Dios.

No procede de una voluntad humana, sino de un designio eterno de Dios, y en ella se concreta el Misterio, o sea (Ef. 3,5) el Plan Salvador de Dios que reúne a todos los Hombres bajo una sola Cabeza: Cristo (Ef. 1,5 –12), por lo cual es Santa, por que su destino depende de los designios del Padre, más que de la iniciativa de ls hombre. Cristo al fundarla no actúa por propia iniciativa, sino que se deja guiar por iniciativa de su Padre (Jn. 3,29). Por los tanto la Iglesia está sometida a Cristo, que la amó y se entregó por ella, (Ef. 5,24 –25) y el Cuerpo del que es la Cabeza. Nacida el día de Pentecostés a consecuencia de la efusión del Espíritu prometido, integrada por todos aquellos que escuchan el llamado de la conversión, y creen que recibirán la Fe, en el poder Salvador de Cristo, Común – unión de los bautizados y los hombres de buena voluntad, presencia en nuestro mundo de la Verdad Divina, manifestación de Amor de Dios”. Es decir, es cada una de las palabras anteriores, sin lugar a equívocos, ni excepciones.

Por otra parte, dentro de los términos que aquí manejamos aparece la noción de poder, como “ la energía se convierte en poder tan sólo cuando hay conciencia que la conoce, cuando hay una capacidad de decisión que dispone de ella y la dirige a unos fines precisos” . “... el poder es una facultad de mover la realidad, y la idea no es capaz por sí misma de hacer tal cosa...” ; “... Así pues, sólo puede hablarse de poder en sentido verdadero cuando se dan estos dos elementos: de un lado energías reales, que puedan cambiar la realidad de las cosas, determinar sus estados y sus recíprocas relaciones ; y, de otro, una conciencia que esté dentro de tales energías, una voluntad que les dé unos fines, una facultad que ponga en movimiento las fuerzas en dirección a estos fines” Pero no es estrictamente éste aspecto o dimensión el que nos interesa, sino el carácter político, que es inherente a todo acto, hecho o situación que ponga de manifiesto la existencia, en un grupo humano, de relaciones de autoridad u obediencia indistintamente, según sea el modo del carácter político, con el propósito de alcanzar un fin común.

Acá hay que aclara, primero que éste acto puede tener distintos características: es coercitivo , hecho por la fuerza misma y a veces desconociendo el ejercicio de la autoridad, y segundo, con el ejercicio de la autoridad, es decir, con la adhesión de libre consentimiento, que no es lo mismo que autoritarismo.

Lo que no es discutible, es el resultado o finalidad del carácter político, sino la situación por cuanto el fin que lo justifica, por cuanto las implicancias de la acción, tanto morales como sociales, que pueden o no ser trascendente en el grupo humano correspondiente.

Pero para que esto se comprenda, cabe un acercamiento más profundo al término o noción de política.

Por un lado tenemos lo político, que es entendido como aquella estructura establecida por las relaciones humanas que confieren autoridad y como siempre es necesario una estructura semejante en las sociedades humanas, podemos hablar de institucionalización del poder a través de la estructura organizativa. Es decir, acá tenemos un primer acercamiento a lo que tan comúnmente llamamos en nuestra sociedad “institución”, en este caso “institución religiosa”, cualquiera sea su estilo. Por lo tanto, lo político, debe asociarse a la idea de un imperativo trascendente, aun a la idea de un orden indispensable, y por esto impuesto a las voluntades humanas, es decir, una forma de ser de la sociedad, que abarca todo lo que se refiere a la estructura de poder en la sociedad, una fórmula que podríamos llamar estática.

En cambio, tenemos la política que es una actividad desarrollada en un grupo social con el propósito de ocupar, de ejercer, de administrar la función de poder, su aspecto dinámico: que engloba los fenómenos sociales en la medida en que comprende la actividad que tiende a la conquista del poder, o su ejecución, a su sentido dinámico y eminentemente pragmático, en otras palabras es toda acción reflexiva del hombre sobre su medio socio-cultural e histórico.

Ambos términos, concierne por lo tanto, directa o indirectamente aquellos grupos en cuyo interior el proceso político no es accidental, ni se limita a las relaciones causales meramente de individuos, sino que interesa globalmente y de manera durable a todas las actividades del grupo humano.

Esta definición estaría más cercana, a nuestro interés en cuanto Iglesia – institución, pues las estructuras de relaciones e hacen visibles y provocan una acción generadora de orden como la noción de carácter político en todo grupo humano.

La noción visible generadora de orden, impone la condición de la existencia de otro término que nos interesa: El poder, ya anteriormente definido en palabras de Romano Guardini, y que ahora retrotraemos en relación a éste tema: El poder, que surge como una necesidad, con permanencia y fundamentalmente situado en un momento dado, es decir, con-textual izado.

El poder es el símbolo del orden existente y promesa de orden futuro , que se funda en lo político, en función del poder que elabora y provoca una decisión en cuanto a las reglas o normas imperantes en un grupo humano o sociedad, en cuanto satisfacción de necesidades diferentes, de una forma estratégica, estática, cuántica, que podríamos en principio llamar teórica.

También el poder, en cuanto la política, es una actividad ordenada, que impone e implica para

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