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El concepto de equidad


Enviado por   •  2 de Septiembre de 2014  •  Trabajo  •  1.041 Palabras (5 Páginas)  •  197 Visitas

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PRINCIPIO DE JUSTICIA

Tratar a cada uno como corresponda, con la finalidad de disminuir las situaciones de desigualdad (ideológica, social, cultural, económica, etc.).

El principio de justicia puede desdoblarse en dos: un principio formal (tratar igual a los iguales y desigual a los desiguales) y un principio material (determinar las características relevantes para la distribución de los recursos. Para excluir cualquier tipo de arbitrariedad, es necesario determinar qué igualdades o desigualdades se van a tener en cuenta para determinar el tratamiento que se va a dar a cada uno. El enfermo espera que el médico haga todo lo posible en beneficio de su salud. Pero también debe saber que las actuaciones médicas están limitadas por una situación impuesta al médico, como intereses legítimos de terceros. La relación médico-paciente se basa fundamentalmente en los principios de beneficencia y de autonomía, pero cuando estos principios entran en conflicto, a menudo por la escasez de recursos, es el principio de justicia el que entra en juego para mediar entre ellos. En cambio, el principio de justicia, será tanto más justa en cuanto que consiga una mayor igualdad de oportunidades para compensar las desigualdades.

El principio de igual consideración y respeto de todos los seres humanos parece que exige, además del respeto de la diversidad de la vida. El Estado surge para proteger y promover el cumplimiento de los deberes propios, que por ello mismo tiene el carácter de públicos. Estos deberes se refieren al respeto de la integridad física de las personas y a su no discriminación en la vida social (justicia). Los principios de justicia son de algún modo independientes del de autonomía y jerárquicamente superiores a él, ya que obligan aun en contra de la voluntad de las personas.

Los principios universales o de bien común, como es el de justicia, tienen prioridad sobre el principio particular de autonomía. No se puede hacer el bien a otro en contra de su voluntad, aunque sí estamos obligados a no hacerle mal. Poner sangre a un testigo de Jehová es un acto cuando menos no benefícienle, ya que va en contra de sus valores; es decir, porque se opone a lo que se ha trazado en la vida

La transfusión al testigo de Jehová es, cuando menos, no beneficente, resulta a todas, ya que supone una agresión a su sistema de valores y a su proyecto de vida. El problema es si es o no maleficente.

Esto depende de lo que la sociedad, en su proceso de reflexión moral, haya elevado a la categoría de deber público o común.

Las sociedades tradicionales, a diferencia de las modernas, concedían prioridad a la vida sobre las propias creencias, y por tanto consideraban maleficente la lesión del valor vida por fidelidad a las creencias. Hoy tiende a pensarse, con buenas razones, que no se puede obligar a nadie a conservar la vida a precio de ser infiel a sus más profundas creencias, es lógico que muchas veces no coincida lo que la sociedad tiene establecido con lo que uno piensa; es decir, que no coincidan moral y derecho.

Cuando eso sucede, cuando la sociedad considera maleficente algo que el individuo piensa

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