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Hablar No Es Igual Que Hablar Bien


Enviado por   •  17 de Octubre de 2012  •  648 Palabras (3 Páginas)  •  18.691 Visitas

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HABLAR NO ES IGUAL QUE HABLAR BIEN

La habilidad de presentar argumentos para debitar y convencer a otros de la valides de un hacho de un punto de vista, así como la de embellecer el habla, es lo que ha sido considerado desde la antigüedad clásica como el arte de persuadir. Estos principios retóricos son una parte delo que hoy se entiende por saber hablar en público; es decir utilizar el lenguaje ante otras personas con un fin determinado. Saber hablar significa ser capaz de enfrentarse verbal y extra verbalmente no solo ante un público poco activo, como el que asiste a una conferencia o a una asamblea; es también y sobre todo, enfrentarse con cualquier oyente o grupo de oyentes con los que se pretende interactuar.

Hablar bien es usar de modo correcto el lenguaje (Norma Gramatical): El modo correcto de hablar es el que sigue las normas gramaticales dadas por el devenir histórico de una lengua y por sus usuarios, quienes conjuntamente con otros, dictan sin ser conscientes lo que es, incluso, lo que puede llegar a ser esa lengua en un momento dado, incluida su gramática. Ya que las normas léxicas están sometidas a cambios más rápidos que las de tipo gramatical, a veces cuesta decir si algo esta correcto o no desde el punto de vista léxico, aunque si podemos determinar lo que sería menos recomendable.

Hablar bien es usar de forma adecuada el lenguaje (La Adecuación): Las normas de la gramática ha de ir acompañado de un ajuste de lo hablado al contexto preciso en que tiene lugar la comunicación (donde se está produciendo, con quien, porque y para qué), así como a la situación en general: El saber compartido, el entorno socio cultural y a los géneros y tipos discursivos.

Hablar bien es establecer y mantener las relaciones interpersonales: Para favorecer el éxito de la oralidad, es necesario aproximarse verbalmente a quienes nos escuchan. En efecto, cuando hablamos negociamos significados y, también, imágenes, derechos, espacios. Las expectativas personales han de conciliarse con las de quienes nos escuchan; los derechos y beneficios han de ser mutuos. Así pues, el lenguaje se somete a reglas de gramática y a convenciones sociales: no debemos imponernos al receptor. Por el contrario, debemos darle opciones; reforzar los lazos con él. La amabilidad, la operatividad y la cortesía se imponen en la oralidad.

La producción del discurso oral: Suele suceder que las personas que se expresan mal al momento de hablar con otras personas tienden a confundirlos ya que utilizan nuevas palabras las cuales algunas personas Ho la han escuchado. En estos casos, a veces, la confusión y el engaño verbales son tales que los oyentes, a pesar de no haber entendido absolutamente nada de lo que han escuchado, llegan a alabar las palabras del emisor.

La claridad en la organización del contenido: Hablar bien requiere disponer y ordenar el discurso, y ya que todo buen discurso tiene un

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