Juegos Deportivos

El uso práctico en el aula corresponde a la técnica del Guiñol, a partir de los 6 años el niño es capaz de realizar un modelado en plastilina, de una cabeza de títere y terminarla en papel machet, como inspiración se pueden usar los cuentos presentes en los libros escolares con que cuenten, o cosas que les rodean, una de las experiencias más bonitas que he tenido es cuando los niños representaban, a sus maestros mostrándoles desde su incipiente actuación las virtudes y los defectos de estos.

Que tenían que mirar apenados como los niños les mostraban como los ven, pues como les digo a mis alumnos que estudian para profesores, que nosotros mismos solo recordamos a dos tipos de maestros, los que fueron buenos y los que fueron malos, les pregunto cómo quiere ser recordados por nuestros niños, bueno las presentaciones y su realización, así como la elección de textos, tiene un sin número de aportaciones al desarrollo cultural e intelectual de los alumnos.

considero que es muy necesario el trabajo artístico, para el desarrollo de los niños en todo su potencial, no solo los títeres, sino también la pintura, la literatura, la escultura en fin todas las artes, por eso debería ser una constante en la escuela, pero en muchos de nuestros países solo se da prioridad a las materias llamadas por ellos básicas, matemáticas, español, y en menor medida ciencias naturales, geografía, y en mucho menor medida ciencias sociales, la actividad artística la reducen, a realizar una artesanía en el transcurso del año escolar, con el agravante que son trabajadas en serie, repeticiones de otras realizadas sin un aporte del talento del niño, considero la única esperanza de lograr algo es la presencia del teatro de figura, en los patios o canchas de las escuelas, desde el preescolar a la primaria, los titiriteros deben acercar al arte a la mayor cantidad de niños, en las escuelas de cada comunidad, barrio, colonia, municipio y ciudad, ahí los encontramos, a los que verdaderamente necesitan echar andar la imaginación, en bien de la humanidad.

Los recuerdos más preciados con los muñecos, con los que cuento en mi vida con los títeres, han sido en su mayoría en los patios de las escuelas, porque nunca a faltado una participación enriquecedora de algún niño, o las preguntas de asombro, también hacer que el desdén inicial de los jóvenes de quinto y sexto, sea roto por la fuerza fantástica, del muñeco con alma, que alienta su vida tus manos, de la narrativa mágica de su movimiento en el escenario, de una lectura cultural de lo que presentes, que les significa de tú obra de títeres, que le hable de él mismo, el niño actual mexicano, en el tono de la comedia maravillosa, que es el teatro de los títeres, pero hacerlo con mucho respeto al desarrollo intelectual de ellos, a los que nos debemos dirigir pensando en su maduración y edad, el reto para nosotros los actores del teatro de figura, es adecuar

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