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LAS MANOS DE MI MADRE


Enviado por   •  2 de Diciembre de 2012  •  385 Palabras (2 Páginas)  •  380 Visitas

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El otro día me quede mirando fijamente las manos de mi madre.

Ella estaba acostada sobre su cama, descansando un rato, y no

se percato de mi entrada furtiva en su alcoba.

La miré de pies a cabeza, pero sus manos me llamaron mucho la

atención, las manos de mi madre estaban arrugadas.

Sus venas se ven abultadas y gruesas líneas de piel, como

cordoncillos dispersos, se cruzan entre si.

De primera intención sus manos me parecieron feas, pero me puse

a pensar lo que esas manos significaban para mi, y al mirarlas

de nuevo las vi hermosas, dignas, fuertes, como envueltas en

luz diamantina.

Esa manos fueron debiles y tiernas un día; luego fueron creciendo

y cobraron fuerzas, y se hicieron bonitas. Pero el peso de los

años y el sello del trabajo las envejecieron y arrugaron.

Ahora son manos de una mujer anciana, encina noble que se ha ido

doblegando ante los impetus de la vida.

Yo amo esas manos, ellas se abrieron para cargarme cuando yo era

apenas un bultito de carne y huesos.

Siempre estuvieron solícitas para guiar mis pasos trémulos en mi

niñez, inciertos en mi juventud y aún no siempre firmes ahora que

soy un adulto.

Esas manos prepararon con amor sin igual los alimentos que me

dieron vida. Mas de una vez apretaron la vara para castigarme

por alguna falta cometida.

Fueron manos constructoras, que tenían el encanto de transmitir

amistad e inyectar estimulo.

Por los dedos de esas manos se derramo la luz de un corazón

amante, o fueron como hilos dorados que se entretejieron a mi

alrededor para darme protección.

En el hogar esas manos se mantuvieron ocupadas haciendo mil cosas,

siempre para hacer el bien.

Ahora son manos temblorosas, arrugadas y sin mucha fuerza pero no

han dejado de ser una inspiración para mi, porque ellas todavía se

estiran para abrirle la puerta al hijo que vuelve a casa, para

sostener la taza de café que me obsequia durante mis visitas,

o para saludar a cuantos se acercan a ella.

En la tela de la historia, las manos de las madres han hecho

mucha labor, antes de salir del cuarto, yo me incline y bese las

manos, las bellas manos de mi dulce madre.

Y tú, te has detenido a contemplar las manos de tu madre?

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