La ética del abogado postulante en México.
Enviado por 313162530 • 23 de Octubre de 2016 • Ensayo • 568 Palabras (3 Páginas) • 1.526 Visitas
El ejercicio del derecho no refiere solamente a la aplicación de las leyes, o las leyes mismas, sino que conlleva algo mucho más importante, que es la ética.
Comúnmente cuando se habla de ética del abogado se toman principios éticos y se intenta enfocarlos a un ambiente jurídico, cuando la ética del abogado implica algo más grande, pues como defensores de la esfera jurídica de la comunidad, nuestros códigos de ética son diferentes a cualquier otra profesión, aquí es donde radica su importancia.
A veces la ética se confunde con la moral, cuando la moral son todos los preceptos que aceptamos como válidos en la sociedad, mientras que la ética se refiere al análisis que nosotros mismos realizamos de esos preceptos. Sin embargo, ¿Qué tiene de diferente la ética común a la de un abogado?
Primeramente se debe señalar que al ser profesionistas y prestar nuestros servicios a la comunidad, debemos avalar nuestros conocimientos, esto es con nuestro título debidamente registrado, que cabe aclarar, está regulado en la Ley Reglamentada relativo al ejercicio de las profesiones del Distrito Federal; donde también se señala que en caso de que gracias a nuestra falta de ética en el procedimiento resultara afectado nuestro cliente, le debemos indemnizar los daños.
A pesar de todo esto ¿Por qué muchos abogados recurren a faltas que desprestigian nuestra profesión? La colegiación resulta obligatoria en este supuesto, pues a pesar de la existencia de colegios en México, el código de ética de cada uno de estos se aplica sólo a sus miembros o asociados, y no a la generalidad de abogados que ejercen la profesión mediante una cédula o patentes de licenciados en Derecho, indistintamente de las escuelas de las que provienen y si en estas recibieron suficiente educación sustentada no sólo en valores éticos, lo que resulta obvio, sino en un entrenamiento constante basado en problemas y dilemas éticos que conllevasen a los estudiantes al razonamiento y la conducta ética en cursos propios de esta y en otros de ética transversal, lo que al menos daría a la sociedad seguridad sobre su formación en la ética al momento de contratarlos como representantes ante una controversia legal.
Todo esto se debe aplicar estrictamente en los tribunales y frente a nuestro cliente; que se resume en el decálogo del abogado, donde faltar o a estos preceptos puede o no tener consecuencias dentro y fuera del derecho; sin embargo sigue un mismo camino: la convicción por la justicia y la lealtad.
La lealtad funge como uno de los principales valores del abogado, pues al aceptar llevar un asunto, queda atado a él, de tal manera que el renunciar a mitad del litigio resulta en dejar al cliente en una incertidumbre jurídica. La lealtad también nos lleva al precepto de no prestar sus servicios a quienes tengan intereses opuestos, pues cuando intervenga a favor de uno después deberá hacerlo en pro de otro
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