Lectura De Comprension
Enviado por raquelcarreon • 6 de Marzo de 2014 • 616 Palabras (3 Páginas) • 204 Visitas
EL NIÑO PEQUEÑO
Helen Buckley
Una vez un niño pequeño fue a la escuela. Era bastante pequeño y era una
escuela bastante grande. Pero cuando el niño pequeño descubrió que podía entrar a su
salón desde la puerta que daba al exterior, estuvo feliz y la escuela ya no parecía tan
grande.
Una mañana, luego de haber estado un tiempo en la escuela, la maestra dijo:
“Hoy vamos a hacer un dibujo”. ¡Qué bueno!, pensó el pequeño. Le gustaba hacer
dibujos. Podía hacerlos de todas clases: leones y tiburones, pollos y vacas, trenes y
barcos; y sacó su caja de crayones y empezó a dibujar.
Pero la maestra dijo: ¡Esperen!, aún no es tiempo de empezar y esperó a que
todos estuvieran listos. Ahora, dijo la maestra, vamos a dibujar flores. ¡Qué bien!,
pensó el pequeño, le gustaba hacer flores y empezó a hacer unas flores muy bellas con
sus crayones rosados, naranjas y azules.
Pero la maestra dijo: ¡Esperen!, yo les enseñaré cómo. Y era roja, con el tallo
verde. Ahora, dijo la maestra, ya pueden empezar. El pequeño miró la flor que había
hecho la maestra, luego vio la que él había pintado, le gustaba más la suya, mas no lo
dijo. Sólo volteó la hoja e hizo una flor como la de la maestra. Era roja, con tallo
verde.
Otro día, cuando el pequeño había abierto la puerta desde afuera, la maestra
le dijo: “hoy vamos a hacer algo con arcilla”. ¡Qué bien!, pensó el pequeño, le gustaba
la arcilla. Podía hacer toda clase de cosas con la arcilla: empezó a estirar y revolver su
bola de arcilla.
Pero la maestra dijo: ¡Esperen, aún no es tiempo de empezar! Y esperó a que
todos estuvieran listos. Ahora, dijo la maestra, vamos a hacer un plato. ¡Qué bien!,
pensó el pequeño. Le gustaba hacer platos y empezó a hacer algunos de todas formas
y tamaños. Entonces la maestra dijo, ¡Esperen!, yo les enseñaré cómo. Y les enseñó
cómo hacer un solo plato hondo. Ahora, dijo, ya pueden empezar.
Y muy pronto, el pequeño aprendió a esperar y a ver y a hacer cosas iguales, y
muy pronto no hacía cosas de él solo.
Luego sucedió que el niño y su familia se mudaron a otra ciudad y el pequeño
tuvo que ir a otra escuela. Esta escuela era más grande que la otra y no había puerta
del exterior hacia el salón. Tenía que subir grandes escalones y caminar un corredor
grande para llegar a su salón.
Y el primer día que estuvo allí, la maestra dijo: “Hoy vamos a hacer un
dibujo”. ¡Qué bien!, pensó el pequeño y esperó a que la maestra le dijera qué hacer.
Pero la maestra no dijo nada, solo caminaba por el salón. Cuando llegó con el niño, le
dijo: “¿No quieres hacer un dibujo?”, “Sí”, contestó el niño, “¿Qué vamos a hacer?”.
No sé hasta que lo hagas, dijo la maestra. “¿Cómo
...