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Los Esclavos Del Rey Lear


Enviado por   •  21 de Junio de 2014  •  2.879 Palabras (12 Páginas)  •  333 Visitas

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JOHAN MANUEL CHAMORRO CIFUENTES

C.C. 1023918888

El papel de los sirvientes en el rey Lear

Las historias de Shakespeare (así como otras obras teatrales representativas) tienen la particularidad de llegar a los lectores actuales en dos momentos, primero, como textos impresos o electrónicos, y luego (y no en todos los casos) como espectáculo teatral. Paralelo a lo anterior el distanciamiento temporal al momento de producción del texto (el periodo isabelino), puede genera una lectura que omita la escala de valores tanto del autor, como del público al que estaba originalmente destinada la obra. Es el objetico de este ensayo dar cuenta de como los personajes que desempeñan el papel de sirvientes en El rey Lear (principalmente Kent), son representantes de una axiología propia de su contexto histórico, una visión de mundo que aunque no sea mencionada explícitamente, condiciona las acciones de estos personajes mencionados, y en un sentido más general, guía el desarrollo de la obra; esto será desarrollado en un principio, teniendo en cuenta aspectos del teatro isabelino que encuentran eco en la tragedia de Shakespeare El rey Lear. Sin estas consideraciones se cometería el error de analizar el texto sin tener en cuenta el género que condiciono sus características estructurales; luego se analizarán las situaciones en que los personajes seleccionados actúan según esta cosmovisión isabelina.

Uno de los aspectos principales del drama isabelino para Amalia Iriarte Núnez en su libro lo teatral en la obra de Shakespeare es lo que ella denomina “la acción múltiple” (Núnez, 1996. 29), gracias a esto, en una obra es posible encontrar no solo una trama principal, sino varias, que de manera conjunta arman la historia; este es el primer rasgo que se puede identificar al leer El Rey Lear, donde no solo se presenta la historia del personaje principal, Lear, sino que, paralelo a ello se narra la del conde de Gloucester, uno se de sus vasallos. Una consecuencia derivada de esta acción múltiple, es la posibilidad de ver cómo estas historias paralelas encuentran una resonancia entre sí, es decir, en términos de la historia: como la injusticia que comete Lear con su fiel hija Cordelia es repetida por el conde Gloucester con su hijo legítimo Edgar. Para Iriarte Núñez la posibilidad de tener esta especie de trama múltiple, genera un “Juego de espejos” (Núnez, 1996. 33), el cual no es posible sino gracias a los desarrollos argumentales que coexisten en el drama isabelino.

Otro aspecto importante que se señala en el libro de la profesora Núñez, y se ve claramente en la tragedia de El rey Lear es el de “jugar a ser otro” (Núnez, 1996. 44), aquí la teatralidad (entendida según Meyerhold, para quién “es la cualidad propia de un teatro en el que el público no se olvida que está ante un actor que representa, ni el actor, a su turno, olvida que esta sobre un escenario” (Núnez, 1996. 35),) se imprime al personaje del drama isabelino, quién, como Kent ve la necesidad de ser otra persona para poder continuar con sus planes (que se expondrán más adelante), esta convicción de continuar con su disfraz hasta al final en su conversación con Cordelia al final del acto IV:

CORDELIA

Poneos ropa más digna; esa ropa es recuerdo de aquellas malas horas,

quitáosla, os lo ruego.

KENT

Perdonadme señora:

pero ser reconocido acotaría los planes que ya he hecho;

me permito rogaros que no sepáis quién soy hasta que el tiempo y yo lo creamos oportuno. (Shakespeare, 1983. 252)

En esta parte cabe notar, que incluso al ruego de su señora, Kent decide mantener su “rol de otro”, con el fin de continuar sus planes; para un lector contemporáneo asistente del espectáculo teatral, el observar un personaje con un disfraz que no oculte totalmente las características físicas que lleven a identificarlo fácilmente, puede parecer poco creíble, en este punto se debe tener en cuenta, que como se mencionó antes, no se puede abordar la obra sin tener en cuenta el género. Partiendo de lo anterior cabe mencionar un último aspecto del teatro isabelino, que siempre debe ser tenido en cuenta en una la lectura actual de la obra de Shakespeare, el espacio físico, este tiene la característica de ser según la profesora Núñez “abierto y neutro” (Núnez, 1996. 12), donde el público es cercano a la representación, a la vez que es una especie de “cómplice” siempre dispuesto a aceptar las reglas propuestas por el dramaturgo al espectáculo. La consecuencia principal de estas representaciones infinitas son para la autora colombiana: “la acción más rica y variada que teatro alguno haya alcanzado, una de cuyas consecuencias es su visión de hombre y de mundo igual mente variada.” (Núnez, 1996. 32),

¿Cuál es esa axiología presente en el teatro isabelino a la que se refiere Núñez? En este punto es conveniente introducir el concepto que E.M.W. Tillyard en su libro la cosmovisión isabelina denomina: “la cadena del ser”, la cual es una “metáfora que sirve para expresar la plenitud inimaginable de la creación de Dios, su orden infalible y su unidad última.” (Tillyard, 1984. 47). Para el académico, el mundo isabelino concebía que desde Dios hasta los objetos inanimados, hay una jerarquía, la cual rige el mundo y lo mantiene en orden, como ejemplo de esta idea de orden usa extracto de Troilo y Crésida, en la cual el personaje de Ulises dice:

Los cielos mismos los planetas y este globo terrestre observan con orden invariable las leyes de categoría, […] Pero cuando los planetas vagan errantes, en desorden, en una mezcolanza funesta, ¡Qué plagas y que prodigios entonces, qué anarquías y que cóleras del mal, que temblores de tierra y que conmociones de vientos! […] Quitad la jerarquía, desafinad una sola cuerda, y escuchad la disonancia que sigue […] (Tyllyard, 1984. 24)

Según esta idea, la alteración del orden establecido por pequeño que sea, genera un desequilibrio en todo el sistema, partiendo de esto, se puede observar como la injusticia cometida por Lear con Cordelia, afecta el equilibrio del mundo en que viven los personajes de la obra, también se podría entender la rápida intervención de Kent, con el fin de señalar la falta:

KENT

Mi noble Lear, A quien siempre he honrado como rey, he amado como a un padre,

seguí como a señor, invoqué en mis plegarias como mi gran patrón…

LEAR

El arco esta turbado y tenso; rehuid a la flecha.

KENT

Pues venga, disparadla, que su punta penetre por el lugar del corazón. Sea Kent descortés si Lear está loco. ¿Qué vas a hacer, anciano? ¿Piensas acaso que el deber tiene miedo de hablar cuando el poder se inclina ante la adulación? (Shakespeare,

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