Maestros

Ser maestro es un don y una buena tarea, una tarea difícil pero al mismo tiempo sublime, por que el ser maestro, es ser el modelador del futuro hombre. Porque con sus armas del amor y la sabiduría, la palabra y el ejemplo, forja al hombre nuevo.

Pero, si el ser maestro es una tarea difícil y delicada en cualquier parte del mundo, mucho más delicada es ser maestro en el Perú; donde las condiciones de vida y de trabajo son cada vez peores. Y es en medio de esta realidad que el señor Jesucristo los ha llamado y les ha confiado la misión de anunciarlo con vuestra vida entera, a nuestros niños, jóvenes, colegas, y a todo el mundo.

En este día tan especial, con tantos recuerdos de heroicas jornadas de lucha del magisterio nacional, les invitamos a reflexionar sobre "nuestro que hacer de maestro y preguntarse: ¿Qué tanto hemos desarrollado nuestros dones al servicio de los demás? ¿En qué medida estamos siendo fieles al encargo recibido de luz y sal de la tierra? ¿Cómo están cuidando la luz en ustedes para que no se vuelva oscuridad? ¿Están realmente liberando a vuestros alumnos e iniciando dentro de la escuela la liberación del mundo o están favoreciendo a la dominación y la opresión dentro de su escuela?

Recordemos que en las escuelas estatales están los niños más pobres, marginados de la cultura y de las estructuras educacionales y es a quienes se les debe servir y trabajar por su liberación y desarrollo integral, para ir creando una escuela pública en donde los pobres sean los privilegiados como son los privilegiados en la mirada de Cristo.

Para esto es necesario que ustedes liberen sus egoísmos, sus mediocridades, su paternalismo que no los deja crecer; liberen su desaliento, del medio que los hace callar, cuando deben hablar y denunciar, libérense de la tentación, de hacer de su profesión una mercancía que se compra y que se vende o de reducirse a meros funcionarios de una educación ajena a la vida, cuando en realidad son llamados a dar testimonio de la presencia activa del señor dentro de su pueblo.

En esta fecha recordamos también a todos los maestros que cayeron luchando por la construcción de una escuela pública más libre y democrática, aquellos que renunciando a su vida cómoda ofrecieron sus dones a la comunidad, para ir forjando una sociedad más justa y fraterna.

En memoria de ellos, y por los que aún continúan en esta lucha, ahora que estamos en los lumbrales del tercer milenio, es que los exhortamos a renovar una vez más su compromiso con las grandes mayorías de nuestro pueblo. Para construir una cultura de vida, acorde a las enseñanzas del divino maestro.

Que el señor les de vida; los acompañe en esta tarea y envíe su espíritu de amor, y de sabiduría sobre ustedes para poder entrar en el misterio de cada niño y cada joven y compartir

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