Migraciones
Enviado por Ashllyn • 5 de Agosto de 2011 • 2.748 Palabras (11 Páginas) • 677 Visitas
Migraciones
Uno de los fenómenos asociados a la globalización es la multietnicidad, es decir, la convivencia en un mismo territorio o ciudad de personas procedentes de diversas áreas del mundo. No es una novedad, sabemos que en todas las grandes ciudades y los grandes imperios de la antigüedad convivían personas procedentes de lugares muy alejados entre sí. Pero si los fenómenos migratorios no son nada nuevo, en estos momentos se están produciendo con una intensidad y generalidad sin parangón en la historia.
Las migraciones son desplazamientos de grupos humanos que los alejan de sus residencias habituales. Esta definición permite englobar fenómenos demográficos muy diversos, puede referirse a movimientos pacíficos o agresivos, voluntarios o involuntarios. Los mercados “globales” de esclavos han movido poblaciones a grandes distancias en Roma, en el Islam y en los imperios europeos de los últimos siglos. La “conquista” de Alejandro Magno fue una migración violenta de excedentes de población griega hacia Asia, al igual que todas las invasiones, pacíficas o no, de tribus bárbaras hacia Europa. Entre los siglos XVI y XIX, España e Inglaterra utilizaron América y Australia para emplear y dar salida a sus excedentes de población.
Entre las migraciones actuales podemos distinguir fenómenos muy diversos:
El nomadeo se refiere a movimientos habitualmente estacionales, es decir, con periodicidad anual, que realizan grupos humanos a distancias relativamente cortas que nunca superan algunos cientos de kilómetros. Están asociados a sistemas económicos primitivos en los que el ganado tiene una importancia clave. Se cree que en el período paleolítico, en el sistema económico de las bandas de cazadores-recolectores, era muy habitual.
Las migraciones rural-urbanas, del campo a la ciudad, se están produciendo en todo el mundo a un ritmo extraordinario. En 1950 menos del 30% de los habitantes del mundo vivían en ciudades. En el año 2000, 2.900 millones de personas vivían en zonas urbanas, es decir, un 47% de la población mundial. Se prevé que, hacia 2030, vivirán en zonas urbanas 4.900 millones de personas, es decir, el 60% de la población mundial.
Habitualmente se ha considerado "refugiado" a los emigrados por desastres naturales (inundaciones, hambrunas) o artificiales (guerras). Sin embargo la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 restringe mucho la definición para considerar sólo refugiado a una persona que "tiene un fundado temor de ser perseguida a causa de su raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opinión política; y que al encontrarse fuera del país de su nacionalidad no puede o no quiere, debido a ese temor, acogerse a la protección de su país". Según se estima, en 2000 había 22,3 millones de personas refugiadas, repatriadas y desplazadas dentro de sus propios países. Al comenzar el decenio, en 1990, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) estaba prestando asistencia a unos 15 millones de personas. Finalmente, estallaron varias crisis en el Irak septentrional, la ex Yugoslavia, Ruanda y la región de los Grandes Lagos. A mediados del decenio, Asia fue el continente donde hubo mayor cantidad de refugiados. Posteriormente sólo en Europa, debido a los conflictos en los Balcanes, siguió aumentando la cantidad de éstos. En el momento de escribir estas líneas se están produciendo grandes desplazamientos incontrolados de refugiados en Afganistán. (Ver la página en español del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados http://www.acnur.org/)
Pero la migración laboral internacional es un fenómeno de aún mayor visibilidad e importancia en las relaciones internacionales y en los conceptos de identidad nacional. A escala mundial, entre 1965 y 1990 el número de emigrantes internacionales aumentó desde 75 millones hasta 120 millones, y el aumento mantuvo el mismo ritmo que el crecimiento de la población. Como resultado, la proporción de emigrantes se ha mantenido en todo el mundo en alrededor del 2% del total de la población. En 1990, los emigrantes internacionales representaban el 4,5% de la población de los países desarrollados y el 1,6% de la de los países en desarrollo. Esas estimaciones mundiales ocultan importantes dificultades en cuanto a la medición de la migración.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Población (http://www.unfpa.org/) cita las siguientes causas que motivan la migración internacional:
• La búsqueda de una vida mejor para uno mismo y su familia;
• Las disparidades de ingreso entre distintas regiones y dentro de una misma región;
• Las políticas laborales y migratorias de los países de origen y de destino;
• Los conflictos políticos (que impulsan la migración transfronteriza, así como los desplazamientos dentro de un mismo país);
• La degradación del medio ambiente, inclusive la pérdida de tierras de cultivo, bosques y pastizales (los "refugiados del medio ambiente", en su mayoría, acuden a las ciudades en lugar de emigrar al extranjero);
• El "éxodo de profesionales", o migración de los jóvenes más educados de países en desarrollo para llenar las lagunas en la fuerza laboral de los países industrializados.
Emigrantes ilegales africanos desembarcando en una playa del sur de España tras haber cruzado el Estrecho de Gibraltar.
Los efectos económicos son ambivalentes, pero con efectos positivos tanto para el país emisor como para el de destino. En muchos países de destino, se construyen y mantienen industrias e infraestructuras que no podrían realizarse sin la colaboración de la mano de obra extranjera. En el sentido contrario, las remesas de los emigrantes, las transferencias de dinero a las familias que permaneces en las regiones de origen, son frecuentemente una estimable forma de equilibrar las balanzas de pagos en los países menos desarrollados.
A pesar de ello, hay que considerar la emigración internacional un problema grave. En los países receptores suele originar graves conflictos sociales y resurgimiento de ideologías racistas y fascistas. Para los países emisores implica frecuentemente la pérdida de mano de obra calificada. Pero el mayor costo los sufren los propios desplazados ya que supone habitualmente un desgarro familiar y cultural muy doloroso. Aún más grave es la emigración ilegal en la que el individuo se ve despojado de los derechos más elementales, sometido a la explotación de mafias y delincuentes sin escrúpulos. La tragedia alcanza su clímax en el caso de los que arriesgan y pierden su vida al cruzar las fronteras. Cada año centenares de personas mueren cruzando Río
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