PROCESOS INICIALES DE LA LECTOESCRITURA
Enviado por SOLEDADCABRALES • 18 de Octubre de 2012 • 2.880 Palabras (12 Páginas) • 834 Visitas
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR
INSTITUTO UNIVERSITARIO DE EDUCACION ESPECIALIZADA (IUNE)
SANTA BARBARA EDO. ZULIA
PROCESOS INICIALES DE LA LECTOESCRITURA
Integrante:
Leidy Bravo
C.I. 24.751.560
IV Semestre
Educ. Preescolar
Santa Bárbara de Zulia, Julio 2012
INDICE
Introducción…………………………………………..………………………….3
Función de la educación inicial………………………………………………...4
Tendencias Pedagógicas de los Procesos Iniciales de Lectoescritura……6
Construcción del conocimiento y del lenguaje……………………………….8
Nuevas Perspectivas Pedagógicas en El Aprendizaje de La Lectura Y La Escritura…………………………………………………………………………10
Conclusión……………………………………………………………………...12
Sitios Web………………………………………………………………………13
INTRODUCCION
Mediante este trabajo de los procesos iniciales de lecto-escritura, se desarrollara parte de una aproximación teórica de la función de la educación inicial ya que es el primer nivel educativo al que ingresan los niños y niñas menores de seis años al igual que de las Tendencias Pedagógicas de los Procesos Iniciales de Lectoescritura, donde se observara una breve explicación de los diferentes métodos como son El método montessoriano, Método de Decroly entre otros.
Posteriormente, se estudian las nuevas perspectivas pedagógicas en el aprendizaje de la lectura y la escritura y la apropiación de la lengua escrita por parte de la niña y el niño, concebida como un proceso constructivo, interactivo, de producción cultural, que lleva a la reflexión y a la acción del sujeto; como una propuesta pedagógica que contribuya a la transformación, en este nivel, del sistema educativo
Función de la educación inicial
La educación inicial es el primer nivel educativo al que ingresan los niños y niñas menores de seis años. Éstos se dirigen a promover el desarrollo integral de la niñez durante los primeros seis años de vida. Es necesario fortalecer la educación del menor de seis años y de sus familias, tanto en el ámbito formal como informal, con el propósito de favorecer el desarrollo humano y la equidad social. Para tal efecto, es urgente la creación de centros infantiles de calidad en todos los estratos sociales.
Las funciones educativas de esta etapa tienden a destacar la importancia del nivel inicial en el desarrollo infantil. Actualmente el cuerpo de conocimientos sobre los efectos positivos de los programas de educación temprana es muy amplio, existiendo evidencias científicas sobre los beneficios producidos en el desarrollo de los niños. Por otra parte, estos efectos son más notorios en los niños de extracción socioeconómica más baja, lo que viene a corroborar la importancia del papel «compensatorio» de la educación inicial.
Tanto desde el ámbito de la fisiología como desde los de las ciencias de la salud, la sociología, la psicología y la educación, se pone de manifiesto la importancia de los primeros años de vida no sólo para la formación de la inteligencia, sino para el adecuado desarrollo cognitivo, psicomotor y social de las personas. Durante los dos primeros años de vida se produce la mayor parte del desarrollo de las células neuronales, así como la estructuración de las conexiones nerviosas en el cerebro. En este proceso influyen factores como el estado de salud y la nutrición, pero también la posibilidad de interactuar con el ambiente y con la riqueza y variedad de estímulos disponibles. Resultan ya clásicas las investigaciones cuyos resultados demuestran que la mayor parte del desarrollo de la inteligencia en los niños se produce antes de los siete años de edad (Blomm, 1964). Por ello, los programas de educación temprana pueden contribuir al desarrollo cerebral y aumentar los potenciales de aprendizaje.
Por otra parte, las funciones de carácter asistencial siguen presentes en muchas de las modalidades de atención a la infancia vigentes en diferentes regiones del mundo, reforzándose en la actualidad por los cambios en las estructuras familiares y por la presencia cada vez más amplia de las mujeres en el mercado laboral. En el ámbito iberoamericano, que no es excepción a esta tendencia, la protección y el cuidado de la infancia siguen siendo necesidades insoslayables, especialmente en los programas destinados a los contextos sociales más precarios. La educación, en esos casos, debe complementarse con la atención a los requerimientos y derechos básicos de los niños.
Peralta argumenta: Una mala educación inicial convencional o no convencional, puede lesionar seriamente a los niños y sus familias, tanto en sus posibilidades presentes como futuras, por lo que no se trata de desarrollarla de cualquier manera, sino salvaguardando niveles de calidad básicos para asegurar la inversión. Más adelante agrega: … aumentos de cobertura en educación inicial sin estar unido a criterios de calidad esenciales, no se justifican, razón por la cual debe velarse porque esta última esté siempre presente” (1993, p. 1).
La función pedagógica es la más importante en el nivel inicial, pues se preocupa de optimizar el desarrollo integral del infante, ya que considera los aspectos socioafectivo, psicomotor, cognoscitivo y nutricional, tomando como punto de partida la familia, primer agente educativo del contexto sociocultural que rodea al niño.
La función pedagógica incluye, además, una dimensión socializadora que contribuye con la construcción del ser social del párvulo, una dimensión preventiva que se encarga de evitar los efectos negativos (deficiencias o carencias afectivas, intelectuales, motrices, orgánicas) que sufren los niños y las niñas como consecuencia de la marginación socioeconómica o de otras causas; y la función recuperatoria, encargada de detectar alteraciones funcionales u orgánicas
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