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Plan Integrado De Seguridad Escolar


Enviado por   •  30 de Marzo de 2014  •  1.432 Palabras (6 Páginas)  •  366 Visitas

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2.3.- LAS MEDIDAS PASIVAS

2.3.1.- Introducción

En las fases de diseño de la empresa, local y/o almacenes se deberán adoptar las medidas de protección pasivas; así, si la instalación es de tipo industrial tendrá que cumplir con los requisitos marcados en el RD 2267/2004, si la instalación es de otro tipo se adaptará a lo marcado por el RD 314/2006, donde se incluye el Documento Básico de Seguridad en Caso de Incendio.

Para los elementos constructivos, se tendrá en cuenta lo expuesto en el RD 312/2005, de 18 de marzo, por el que se aprueba la clasificación de los productos de construcción y de los elementos constructivos en función de sus propiedades de reacción y de resistencia frente al fuego.

2.3.2.- La resistencia de los materiales frente al fuego

Se puede realizar una primera clasificación con respecto a los materiales y a su reacción al fuego en los siguientes grupos M0, M1, M2, M3 y M4. El número de la denominación de cada clase indica la magnitud relativa con la que los materiales correspondientes pueden favorecer el desarrollo de un incendio.

• M0: Material no combustible ante la acción térmica normalizada del ensayo correspondiente.

• M1: Material combustible pero no inflamable, por lo que su combustión no se mantiene cuando cesa la aportación de calor desde un foco exterior.

• M2: Material con grado de inflamabilidad moderada.

• M3: Material con grado de inflamabilidad media.

• M4: Material con grado de inflamabilidad alta.

La resistencia al fuego se evalúa mediante la aplicación sobre los elementos portantes y/o separadores, utilizados en la construcción del edifico o instalación industriales del modelo establecido por la norma UNE-EN 1363-1:2000, que utiliza una curva donde se relaciona tiempo y temperatura.

Otras curvas alternativas de calentamiento, tales como la de hidrocarburos, la de fuego exterior o la de calentamiento lento, vienen especificadas en la norma UNE-EN 1363-2:2000.

Con estos ensayos se valora cuánto tiempo resiste un elemento, manteniendo las funciones constructivas para las que fue diseñado, cuando se desarrolla un incendio.

Así, se evalúan características fundamentales de los elementos constructivos tales como:

• Su capacidad portante R: Capacidad del elemento constructivo de soportar, durante un periodo de tiempo y sin pérdida de la estabilidad estructural, la exposición al fuego en una o más caras bajo acciones mecánicas definidas.

• Su integridad E: Capacidad que tiene un elemento constructivo con función separadora de soportar la exposición solamente en una cara, sin que exista transmisión del fuego a la cara no expuesta, debido al paso de llamas o de gases calientes que puedan producir la ignición de la superficie no expuesta o de cualquier material adyacente a esa superficie.

• Su aislamiento I: Capacidad del elemento constructivo de soportar la exposición al fuego en un solo lado, sin que se produzca la transmisión del incendio debido a una transferencia de calor significativa desde el lado expuesto al no expuesto.

Otras características adicionales que también pueden valorarse para determinados elementos son la radiación, aspectos mecánicos, la aptitud de cierre automático y la estanquidad ante el humo.

Los elementos constructivos se clasifican en función de su resistencia al fuego, distinguiéndose los tipos: RF-30, RF-60, RF-90, RF-120, RF-180 Y RF-240, donde RF significa: “resistencia al fuego” y el número indica los minutos de duración de su resistencia.

La Resistencia al Fuego puede definirse como:

Se entiende por elemento o estructura resistente al fuego durante un tiempo determinado cuando sometido a las condiciones de la curva de fuego (curva tiempo temperatura), en el tiempo pretendido, no disminuye su resistencia característica.

Para completar la información debemos analizar el anexo III Clasificación en función de las características de resistencia al fuego de los elementos y productos de construcción del RD 312/2005, de 18 de marzo, por el que se aprueba la clasificación de los productos de construcción y de los elementos constructivos en función de sus propiedades de reacción y de resistencia frente al fuego.

2.3.3.- La sectorización

El Sector de Incendio:

Son zonas de riesgo compartimentadas. La compartimentación debe asegurar que un incendio declarado en su interior no se transmitirá, en un tiempo preestablecido, a los sectores vecinos.

Al igual que la protección estructural comentada antes, debe considerarse desde el diseño de las instalaciones, teniendo en cuenta que la funcionalidad de las mismas no debe ser incompatible con evitar que el fuego se propague, tanto en los espacios de uso personal como a través de canalizaciones (horizontales o verticales).

Se puede hablar de dos tipos de compartimentación, horizontal y vertical.

Compartimentación horizontal

Tiene como finalidad dificultar la propagación horizontal del fuego (y humos). Los elementos de protección actúan limitando la transmisión de calor, impidiendo el derrame de líquidos combustibles, y en definitiva delimitando "sectores de incendio".

La compartimentación puede conseguirse mediante:

• Separación por distancia: Es la medida idónea para reducir la conducción y radiación de calor de unos combustibles a otros o entre edificios, siendo una de las formas de separar sectores contra incendios. Su defecto es precisar de espacios abiertos no disponibles en muchos casos. Es una solución aplicable especialmente en fase de proyecto o en la distribución en planta.

• Muros o paredes cortafuegos: Son muros de carga, de cerramiento o de separación construidos con materiales incombustibles, que dividen al edificio en zonas aisladas entre sí, definiendo sectores de incendio. Su resistencia al fuego debe ser acorde con las necesidades. Se clasifican y nombran RF-30, RF-60, RF-90, RF-120, RF-180, RF-240 y su grado de resistencia debe estar en relación al riesgo que debe confinar. Sus aberturas serán las mínimas posibles, y estarán protegidas con puertas y ventanas adecuadas contra incendios, con una RF de un grado igual al del muro.

• Diques o cubetos: Tienen la misión de contener el líquido inflamable derramado en unarotura o fuga de un depósito, impidiendo su esparcimiento. Determina pues un sector de incendio, que coincide con sus dimensiones, siempre que esté separado por la distancia de seguridad mínima. Su uso eficaz se extiende a todo el campo de almacenamiento de líquidos inflamables (petroquímicas). Su capacidad, en caso de un solo depósito, debe ser la misma que la del depósito. En caso de agrupaciones de depósitos se aplican coeficientes reductores.

• Puertas corta fuego: Su finalidad es proteger las aberturas que sea necesario practicar en los muros cortafuegos. El material y el tipo de construcción de la puerta determinan una resistencia al fuego concreta. Su resistencia al fuego oscila entre RF-30 y RF-180, resistencias superiores son difíciles de conseguir.

Compartimentación vertical

Las corrientes de convección antes comentadas, provocadas por los gases calientes (humos) del incendio y que ascienden rápidamente por cualquier conducto, son el objetivo de las barreras verticales resistentes al fuego.

Aparte de las aberturas verticales típicas (cajas ascensores, huecos escaleras, ventanas, etc.) se debe prestar especial atención a los conductos empotrados y no previstos para la conducción de humos, tales como conductos de aire acondicionado, bajantes de servicios para cables y conducciones, etc. Estos conductos pueden propagar incendios a zonas alejadas del foco inicial.

Los elementos de lucha más comunes se analizan a continuación:

• Cortafuegos en conducto: En todos los conductos citados anteriormente y en especial cuando atraviesan muros, se debe ubicar estratégicamente amortiguadores de fuego o cortafuegos que impidan el flujo de humos a su través. Suelen ser unas trampillas, que accionadas por un fusible, caen por su propio peso y taponan el conducto en cuestión. Estos conductos deben ser incombustibles, RF-60 y se recomienda alejarlos de almacenes de materiales combustibles.

• Techos de forjado: El forjado debe ser incombustible y asegurar una resistencia al fuego acorde con las características esperadas para el incendio. Tiene una doble misión; impedir el desarrollo vertical del fuego y evitar el debilitamiento de la resistencia que provoque el desplome de la planta superior.

• Huecos verticales: Son los huecos de escaleras, montacargas, ascensores y otras aberturas verticales que favorecen el desarrollo vertical del incendio a otros sectores. Se realizan con materiales incombustibles, garantizando alta resistencia al fuego y con puertas cortafuego protegiendo sus aberturas.

• Ventanas: Son un camino fácil para la propagación vertical entre plantas del mismo edificio, u horizontal entre edificios próximos o contiguos. Las llamas al calentar el cristal lo rompen y al salir a la fachada radian calor hacia las ventanas de los edificios próximos, alcanzando las ventanas de la parte superior, cuyos cristales rompen y permiten la penetración de las llamas en el interior; si hay combustibles en su proximidades la propagación está asegurada

En los edificios con alto riesgo de incendio se debe limitar en lo posible la presencia de ventanales. Las que se instalen deben tener marco metálico y montar vidrio armado que aunque rompen no dejan huecos a las llamas.

Una protección eficaz para las ventanas son los salientes de los forjados (aleros o balconadas), que obligan a las llamas a separarse de fachada (subsistiendo sin embargo el efecto radiante).

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