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Poemas De Renata Durán


Enviado por   •  13 de Enero de 2013  •  1.714 Palabras (7 Páginas)  •  551 Visitas

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Aquí en mi cuerpo...

Aquí pasa el silencio vagabundo...

Aquí sentado así...

Creo que por fin te he despedido...

Después del amor...

Echo raíces en ti...

Enredados los cuerpos...

Estoy enferma de ti...

Fui luz, fui roca...

Huella dejada...

Me levanto del agua de la noche...

Me ocupo inútilmente de mi vida...

Mitad pez, mitad viento...

No es verdad...

No podría obligarte...

No te gustó encontrarme...

No viniste de lejos

Óyeme así, como al descuido...

Por primera vez...

Qué extraña manera de quererte...

Regreso a mi cuerpo...

Te esperaré

Tela raída del amor...

Todavía tu sombra llega...

Tu cuerpo

Tú eras el desierto...

Vincent Van Gogh bendice tu locura...

Aquí en mi cuerpo...

Aquí en mi cuerpo

acabó de pasar el mediodía

y por mi piel respira un agua

atardecida.

Los labios están secos,

guardo en la lengua

los aromas.

Si acaso pusieras

tu mano

entre mis muslos,

sabrías que estás vivo.

Saborearías mi sal.

Haríamos un pozo

en el tiempo,

y dejaríamos que el sol

nos madurara.

Aquí pasa el silencio vagabundo...

Aquí pasa el silencio vagabundo.

Aquí cae la lluvia de la tarde,

y humedece los ojos de cristal.

Es la ciudad mi cárcel.

Y eres tú mi verdugo.

En tus brazos de fieltro

me someto al suplicio

de tus besos de hielo.

Repites los gestos conocidos

y penetras mi cuerpo somnoliento.

No tengo alma que vuele, cante

o gima.

Para el amor he muerto.

Aquí sentada así...

Aquí sentada así

compartiendo tu mesa.

Bebemos vino frío

y pelamos nuestras pieles

como frutas

aturdidas de sol.

Salgamos a la calle.

Digámosle a la gente

que tú y yo

habitamos el limpio

territorio del amor.

Cantemos esa suave

canción de la ternura

mientras enciendes

el motor de la rutina.

Creo que por fin te he despedido

Creo que por fin

te he despedido.

Porque logré

que dé lo mismo

que estés aquí

o allá.

De todos modos

estás lejos.

Después del amor...

Después del amor

vino el silencio

grité toda mi voz.

Morimos juntos

muchas noches.

Incendiamos

recuerdos - voces.

Arañamos las

caricias ajenas.

Nos desnudamos

de otros.

Quedamos

frente a frente

en silencio

para siempre.

Echo raíces en ti...

Echo raíces en ti,

vegetalmente hambrienta

de tu tierra húmeda

y negra.

Enredados los cuerpos...

Enredados los cuerpos

en el agua del amor

gimiendo sudorosos.

Latigazos de sangre

alucinados.

Me abres de par en par,

nos penetramos.

El deseo con sus brazos de sed

navega ahogando las fronteras,

rompiéndolas.

Más allá de nosotros el sol

amor, el sol

que es carne viva.

Estoy enferma de ti...

Estoy enferma de ti,

maltrecha adolorida.

Otros brazos me buscan

y no puedo abrazarlos.

Me besan y no puedo

responder con mis labios.

Ando desintegrada,

dispersa por el mundo.

Y solo hay un momento

en que me encuentro:

Cuando los dos

jugamos a ser uno.

Cuando te siento

indefenso

en mis brazos,

y pierdes la conciencia

de que nos separamos.

Fui luz, fui roca...

Fui luz, fui roca

ensangrentada

contra tus locas aguas.

Fui el aire

y las cosas cercanas.

De madera y de pan

para tus dedos insondables.

De aguda claridad

para tus ojos.

Fui todos los cuerpos

que besaste

a través de los siglos.

La piel de la memoria,

la estrella de tus sexos.

Fuimos los dos

la vida dividida

pero no separada.

Somos ahora

compañeros de viaje

y seguiremos siempre

en el polvo del tiempo.

Agua. Luna. Silencio.

Huella dejada...

Huella dejada

por el aire

en las arenas

de un planeta

que eché a rodar.

Trompo feliz.

Hoy se detuvo.

Me levanto del agua de la noche...

Me levanto del agua de la noche

deseosa de ti.

Despedazada.

Me ocupo inútilmente de mi vida...

Me ocupo inútilmente

de mi vida

mientras espero que

despiertes.

Estuviste a punto de

romper el cristal

que nos separa

y por fin encontrarnos.

Sólo viste tu imagen

reflejada.

No miraste al través.

Del otro lado estaba yo,

llamándote.

Llegaste a mí

sin darte cuenta.

Por una puerta entraste,

que no me conocía,

y te quedaste aquí,

sin saberlo.

Ahora te veo caminar

por la ciudad,

dueño de ti, sin anclas,

y me sonrío,

porque ese tú que anda

por ahí,

es el que está soñando.

Y aquí dentro de mí

te sueña el verdadero.

Mitad pez. Mitad viento...

"Hay hombres

mitad pez

mitad viento"...

Pablo Neruda

Mitad pez. Mitad viento

soy.

Agua vital,

que quiere ser bebida

sin agotarse nunca.

Agua que busca

...

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