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Poesia Prehispanica


Enviado por   •  21 de Mayo de 2015  •  3.791 Palabras (16 Páginas)  •  340 Visitas

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Cuando llegaron a América, sufrieron un fuerte un fuerte impacto: esta era una tierra nueva para ellos, llena de paisajes inesperados, animales nunca antes vistos y plantas desconocidas. Pero el mayor impacto lo constituyo el encuentro con hombres y mujeres cuyas ideas, costumbres y hábitos eran muy diferentes a los suyos.

Los europeos se hallaron frente a varias culturas indígenas: desde los pacíficos tainos, habitantes de las Antillas, a los belicosos araucanos, pobladores del sur de Chile; del enorme imperio inca, a los pequeños grupos que habitaban las costas venezolanas. En América, los europeos se encontraron con un mosaico de culturas, pero pocos de los que llegaban a este nuevo continente intentaron comprenderlas, pues el principal objetivo de la conquista y la colonización era el económico.

Los indígenas no eran valorados como seres humanos, si no amo mano de obra gratis. Sus tierras les eran arrebatadas, eran convertidos en esclavos, debían aprender una idea diferente y además, se les obliga a abandonar sus creencias religiosas para convertirse al cristianismo. Su cultura estaba sistemáticamente destruida y parecía su haber manera de salvarla.

Sin embargo, algunos misioneros se dieron cuenta de que, para dominar al nuevo continente, era más importante conocer su geografía espiritual que lo natural. Comprender el sentido de la vida que tenían los aborígenes, sus creencias religiosas, sus rituales, en fin, su forma de concebir la realidad haría más sencilla la tarea evangelizadora. De esta manera Fray Bernardino de Sahagun, Fray Francisco de Ávila (nacido en territorio americano), en el Perú emprendieron una labor de investigación y recopilación de las creencias de los aborígenes del continente. Estos, por su parte, vinieron en ese interés de los misioneros la posibilidad de mantener y preservar, para las generaciones futuras, los valores de su cultura, que estaba en riesgo de desaparecer ante el avance de los europeos. Así por intereses distintos, misioneros e indígenas emprenden el trabajo de registrar por escrito, generalmente en las propias lenguas aborígenes o en castellano, las historias, tradiciones, mitos, poemas y narraciones de los diferentes grupos indígenas del continente.

La cultura de las que tenemos más abundantes e importantes testimonios son la náhuatl (México), la maya (México y Guatemala) y la quechua (ecuador, Perú, Bolivia), que eran las más desarrolladas de américa a la llegada de los europeos. Por esa razón, para adentrarnos en el mundo de la sensibilidad prehispánica, vamos a leer distintos fragmentos de varios textos pertenecientes a estas culturas. Acompañamos a recorrer a esta breve geografía espiritual de América Latina.

Creación del mundo: La historia sagrada de los mayas.

Como todos los pueblos del plantea, los indígenas a este continente se preguntaron acerca del posible origen del mundo, del surgimiento de la vida humana y su porque, de la posibilidad de una vida después de la muerte. Como todos los pueblos del plantea, los hombres americanos construyeron cosmologías, es decir, teorías que daban respuestas a esas preguntas universales. Estas cromógenas estructuraban las creencias religiosas de las sociedades indígenas y determinaban los ritos a través de los cuales se expresaban los sentimientos hacia los dioses.

Una de las cosmogonías más complejas e interesantes de estas culturas fue la desarrollada por los mayas. Esta ha llegado hasta nosotros a través de un texto que puede considerarse uno de los testimonios más importantes de la grandeza cultural prehispánica: el Popal Vuh.

Popol vuh, significa, libro del pueblo o del consejo. Fue escrito por un indígena en una de las lenguas mayas, el quiche, empleando caracteres castellanos, poco después de la llegada de los españoles. El manuscrito permaneció oculto hasta comienzos del siglo XVIII cuando fue entregado por la comunidad indígena de Chichicaste nango (Guatemala) al padre dominico fray Francisco Giménez. El sacerdote, al percibir la importancia del material. Lo tradujo al español y lo dio a conocer.

El Popol Vuh es un relato mítico. Histórico que contiene el registro de las principales concepciones mayas sobre el origen del mundo y del hombre, de los sucesos más sobre saliente de la historia del imperio y una descripción de sus costumbres religiosas. El texto, pues, guarda cierta unidad, afianzada por el hecho de que parece no haber sido alterado a lo largo de su existencia.

Predomina en la narración una entonación religiosa y solemne, basada en el uso abundante de los paralelismos y metáforas. Los primeros permiten crear, en torno a una misma idea, diferentes tipos de imágenes visuales, auditivas, olfativas, que, al integrarse en una misma oración, transmiten plenamente al lector lo que se desea expresar. En cuanto a las metáforas, ellas le dan al texto al carácter simbólico.

Parel ismo: expresión de una idea a través de imágenes distintas o complementarias.

En ocasiones, y debido precisamente a este uso tan particular del lenguaje. La lectura del Popol Vuh se hace difícil: el texto nos resulta un poco reiterativo o nos cuesta identificar el simbolismo de una metáfora. Sin embargo, debemos entender que este relato pertenece a una cultura diferente a la nuestra y, quizás por eso sea complejo comprenderlo en su totalidad. Por ello, te recomendamos que leas los fragmentos despacio, con cuidado, dándote tiempo suficiente para poder entender y disfrutar de su contenido.

Lee el siguiente fragmente extraído del Popol Vuh, en el que relata la creación de la tierra.

Primera Parte

Capitulo Primero

Esta es la relación de como todo estaba en suspenso, todo en calma, en silencio; todo inmóvil, callada, y vacía la extensión del cielo.

Esta es la primera relación, el primer discurso. No había todavía un hombre, ni un animal, pájaro, peces cangrejos, arboles, piedras, cuevas, barrancas, hierbas ni bosques; solo el cielo existía.

No se manifestaba la faz de la tierra. Solo estañan el mar en calma y el cielo en toda su extensión.

No había nada junto, que hiciera ruido, ni cosa alguna que se moviera, ni se agitara, ni hiciera ruido en el cielo.

No había nada que estuviera en pies; solo el agua en reposo, el mar apacible, solo y tranquilo. No había nada dotado de existencia.

Solamente había inmovilidad y silencio en la oscuridad en la noche. Solo el creador, el formador tepue, Gucumatz, los progenitores, estaban en el agua rodeados en la claridad. Estaban ocultos bajo plumas verdes y azules, por eso se les llamaba Gucumatz. De grandes sabios, de grandes pensadores es su naturaleza. De esta manera existía el cielo y también el Corazón del cielo, que este es nombre de Dios. Así contaban

Llego aquí entonces

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