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Porque Existe La Delincuencia


Enviado por   •  23 de Marzo de 2014  •  5.658 Palabras (23 Páginas)  •  844 Visitas

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¿POR QUÉ EXISTE LA DELINCUENCIA?. UNA APROXIMACIÓN A SUS CAUSAS.

Jesús Torrente Risueño

Abogado y Criminólogo

I. INTRODUCCIÓN.-

A lo largo de estas líneas vamos a intentar llevar a cabo un análisis del fenómeno delincuencial y de sus posibles causas, partiendo de la base de que el objetivo desborda nuestra capacidad y que nos daremos por satisfechos si cuando lleguemos al final de esta exposición hemos conseguido al menos poner un poco de orden en el maremagnum de teorías y puntos de vista sobre las causas de la delincuencia.

Pretender en consecuencia una investigación en profundidad de un tema tan amplio escapa al objetivo de este trabajo, que no es otro que mostrar -anticipando nuestra conclusión final- que la delincuencia es un fenómeno tan complejo que su explicación no puede venir determinada por una única causa, sino que nos hallamos ante un fenómeno multicausal, lo que no impide que unos factores tengan un peso específico mayor que otros a la hora de explicar un determinado tipo de delincuencia.

Antes de continuar y de preguntarnos sobre las causas de la delincuencia, estimamos oportuno ofrecer una definición de la misma, tomándonos la licencia de refundir las palabras de César Herrero y López-Rey: delincuencia sería aquel fenómeno social constituido por el conjunto de infracciones contra las normas fundamentales de convivencia producidas en un tiempo y lugar determinados y cuya prevención, control y tratamiento requieren un sistema penal.

Las premisas de las que partiremos para realizar la aproximación que pretendemos pasan por considerar al hombre como un ser social por naturaleza y por el hecho de que toda sociedad se rige por unas normas. El que transgrede esas normas -cambiantes- se convierte en ocasiones en delincuente. Desde esta perspectiva la delincuencia sería una disfunción social que trae su causa del incumplimiento de unas normas preestablecidas.

La búsqueda de los orígenes y causas de la delincuencia no tendría otra finalidad que su prevención: si conocemos con certeza por qué el hombre delinque y eliminamos esas causas, estaremos contribuyendo a la construcción de una sociedad más libre y en definitiva de un mundo menos inhóspito y más habitable, reconociendo desde ya la utopía de nuestra pretensión.

Sentado lo anterior y recalcando que punto de partida y conclusión convergen en una fenomenología pluricausal, examinaremos en primer lugar algunas de las múltiples teorías que han intentado explicar o hallar una causa al crimen; nos detendremos también en una serie de factores criminógenos nada desdeñables y concluiremos esta exposición con una visión quizá algo pesimista, pero creemos que razonada, en cuanto a la evolución de la delincuencia en la época en que nos ha tocado vivir.

II. TEORÍAS EXPLICATIVAS DE LA DELINCUENCIA.-

Si consideramos a la criminología como una ciencia interdisciplinar que bebe, entre otras, de fuentes como la Sociología, la Psicología, la Antropología, el Derecho penal y penitenciario, las causas que explican la delincuencia habrán de ser igualmente multifactoriales, aunque solo fuere por seguir una línea lógica en nuestro razonamiento. Con esta premisa establecida, la idea clave podría ser la de prevalencia de unos factores sobre otros, admitiendo que algunos de ellos pueden ser más decisivos o determinantes para tratar de explicar determinado tipo de delitos, tal y como apuntábamos más arriba.

Tradicionalmente la delincuencia ha intentado explicarse desde tres posiciones que, aunque vistas desde lejos pudieran parecer excluyentes, no lo han sido para determinadas corrientes integradoras de las mismas. Aquéllas serían las teorías biológicas, las teorías sociales y otras que hacen hincapié en la propia personalidad del individuo, que podríamos denominar psicológicas.

I.1. Orientaciones biológicas.-

Según este grupo de teorías, en el hombre existe una predisposición innata hacia el delito, que es lo que le lleva a delinquir. Césare Lombroso (1836-1809) considera al hombre delincuente como un ser atávico, criminal nato, que ha evolucionado menos que los de su misma especie. Los criminales lo son ya desde su nacimiento y las tendencias delictivas constituyen una enfermedad que se puede heredar, conjuntamente con factores sociales y antropológicos. Según Lombroso existen personas abocadas a delinquir por su propia naturaleza. El delincuente sería un hombre predestinado a la delincuencia sólo y exclusivamente por su herencia genética. En esta línea encajarían afirmaciones como la conocida cita hobbesiana de que "el hombre es un lobo para el hombre" o postulados darwinianos en el sentido de que en la evolución de la especie humana sólo sobrevivirían los más aptos.

Podríamos encajar igualmente dentro de esta línea de pensamiento la teoría biotipológica de Sheldon que separaba a los individuos en función de un enfoque embriológico. La constitución mesomórfica sería una carta de presentación para delinquir, junto a la energía y fortaleza física, insensibilidad, tendencia a descargar tensiones a través de la mera actividad, inestabilidad emocional, ausencia de diversiones y desatención a las tareas domésticas.

Otros autores han llegado a relacionar la aparición de altos niveles de testosterona con la comisión de delitos violentos y delitos sexuales, puestos de manifiesto por Dabbs en 1988. Eysenck (1964) aporta un modelo en el que intenta explicar la existencia de tres características que confluyen en el hombre delincuente: neuroticismo, extraversión y psicoticismo. Según este autor, estas tres dimensiones tienen una importante base biológica de carácter hereditario. "No es difícil hallar -dice Eysenck- una razón teórica que explique la diferencia entre estos grupos, el criminal por una parte y el neurótico por la otra. Hemos mostrado que la angustia, las fobias, el comportamiento obsesivo-compulsivo y otras características del neurótico se deben en parte a su excesiva disposición para formar respuestas condicionadas fuerte y sólidamente. Hemos mostrado asimismo que existen fundamentos teóricos para creer que la conciencia es realmente una respuesta condicionada. De aquí parece lógico deducir que la

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