Salud Mental
Enviado por karenboom • 3 de Febrero de 2013 • 4.629 Palabras (19 Páginas) • 351 Visitas
1. Describir y explicar. Los cambios en la piel facial en las reacciones emocionales más frecuentes como la excitación, vergüenza, miedo, enojo y estrés.
Dentro del campo de la medicina psicosomática es importante revisar este rubro, ya que se ha desarrollado de una forma teórica y metódica acerca del tema, constituyendo una de las contribuciones más sólidas desde el ámbito de la biología a la teoría psicosomática.
Es decir, empezaremos por definir los conceptos mencionados en los objetivos del tema, la palabra estrés fue empleada por primer a vez, en 1911 por Walter Cannon, estudiando este efecto desarrollo el concepto de reacción de lucha o huida, y éste concepto básicamente se da ante amenazas inesperadas con una serie de eventos fisiológicos. También se menciona que cuando se excede al organismo para que realice una respuesta a conveniencia propia, desarrollara una “respuesta” inespecífica, pudiendo desarrollar algún tipo de manifestación, en este caso, para la piel.
Existen múltiples enfermedades que dependen de la activación/inactivación del sistema inmunitario debida a la respuesta fisiológica de estrés. Entre ellas se encuentran enfermedades como eritemas, edemas, prurito, herpes labial y genital, mononucleosis infecciosa, infecciones víricas, tiroiditis, lupus eritematoso sistémico, alopecia areata, dermatitis atópica, psoriasis y cánceres, entre otras.
En este sentido, hablando más sobre la piel propiamente dicha, en este órgano reacciona con intensidad a emociones como miedo, ira, vergüenza, depresión y ansiedad, entre otras. Puesto que la piel es una parte muy sensible del organismo lo más común es que, como medio para expresar de una forma de “defensa” impulsos de naturaleza más ansiosa, agresiva e incluso autodestructiva. (EN QUE FORMA REACCIONA LA PIEL ANTE ESTAS EMOCIONES)
Así, la forma en que una persona reacciona ante el estrés puede resultar tan importante para establecer el pronóstico de una enfermedad como muchos parámetros médicos. Se habla también de que somos mentes distintas, y por tanto, las respuestas serán de muchas modalidades al estrés; no dependiendo de la calidad del mismo, sino de la capacidad propia “cognitiva individual” que cada uno ejerce de acuerdo a las circunstancias de tipo social, genético y cultural que se ha manejado en la vida propia de cada individuo.
En los textos que abarcamos, se hacían preguntas como: ¿por qué hay personas que fracasan a adaptarse a ciertas reacciones estresantes y desarrollan una enfermedad psicosomática y otras no? ¿Por qué algunas presentan asma, mientras que otras desarrollan úlceras, vitiligo o psoriasis? Estas preguntas fueron explicadas por el psicólogo estadounidense Franz Alexander sobre la base de la que ahora se conoce como “hipótesis de la debilidad somática”, una teoría llamada “específica”; una especie de aplicación moderna del talón de Aquiles. Sin embargo, en la actualidad tienen más peso sobre la aceptación las teorías inespecíficas.
Hablemos del enojo por ejemplo, el enojo es un sentimiento que una persona experimenta cuando se siente contrariada o perjudicada por otra o por una cosa, como ante una falta de respeto, una desobediencia o un error. Y hay diversas manifestaciones clínicas que indican que una persona está enojada, sin embargo no encontramos una importancia relevante a este tan cotidiano sentimiento; salvo que, si juntamos esta situación más el estrés, más el miedo, por no lograr un objetivo, por ejemplo; se podrá desencadenar una reacción en la piel que será de más importancia. Y ésta radica en que, se desencadena como un “efecto domino”; siendo las principales manifestaciones clínicas las de importancia médica.(QUE REACCIONES PRODUCE EN LA PIEL)
Por otro lado, personas con enfermedades dermatológicas que comprometen la autoimagen (por ejemplo: acné severo, psoriasis y vitiligo) pueden sentirse deprimidos, avergonzados o ansiosos como consecuencia de su enfermedad.
La piel es el órgano más visible del cuerpo y de ella depende en gran parte nuestro aspecto físico, ya que juega un papel primordial en las funciones de socialización y comunicación en la sociedad actual. La apariencia física influye directamente en cómo nos percibe y nos acoge la sociedad, lo que motiva que las personas con enfermedades dermatológicas, que ven alterado su aspecto físico, sufran consecuencias sobre su estado psicológico.
2. La humedad de la piel, su relación con reacciones vasculares y los sustratos emocionales como la tensión psíquica, hostilidad, temor, impulsos agresivos y eróticos.
La psiquis humana puede verse afectada por fenómenos desequilibrantes, muy distintos entre sí. Con frecuencia presentan estos fenómenos una particularidad común: cierta “presión” (o tensión). Pues, en un momento determinado, los acontecimientos internos, externos, o la combinación de ambos, pueden desbordar el nivel medio de nuestra resistencia natural a la fluctuación media y generar cierto tipo de manifestaciones poco habituales, o nunca sucedidas.
Otro punto importante es la Hostilidad, que más que manifestaciones clínicas de acuerdo a la piel, fuera de las ya marcadas; implica ( aunque lejos del tema, pero no menos importante) los riesgos a enfermedades cardiovasculares. Esto por algo que se llama: “complejo-ira-hostilidad”; es decir, parece muy difícil ignorar la conexión existente entre la ira y la hostilidad.dicha conexión posee connotaciónes de retroactividad positiva, de tal suerte que la ira es una variable que incrementa la probabilidad de que aparezca la hostilidad, y la hostilidad incrementa la probabilidad de que se desencadene la ira.
La hostilidad se podría definir como una actitud negativa hacia los demás y hacia la misma naturaleza humana, que consiste en su enemistad, denigración y rencor.
En general, la hostilidad implica la devaluación de los motivos y valores de los demás, y la expectativa de que la gente es fuente de malas obras; implica también el deseo de oponerse a los demás, en cuanto a aspectos de relación, o incluso el deseo de causarles daño.
En cuanto a un concepto muy parecido al miedo, pero con un estrecho campo de diferenciación, se puede definir al temor, y éste es una emoción dolorosa, excitada por la proximidad de un peligro, real o imaginario, y acompañada por un vivo deseo de evitarlo y de escapar de la amenaza. Por ejemplo, para conquistar el temor es preciso, en primer lugar, enfrentarse a él. El hombre teme más a lo que desconoce. Si una persona siente miedo de hablar a otra, debe mirarle descaradamente al rostro. Su temor se desvanecerá.
Básicamente el procedimiento de reacción en la piel es muy similar, ya sea por enojo, excitación, miedo. Es preciso decir, que es verdad que no son
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