Seminario

ENSAYO: CIENCIA Y METODOLOGÍA DE INVESTIGACIÓN

José Gómer González Hernández – Cód. 299653

La Verdad

Según el Diccionario de la Real Academia, la verdad es definida como "1. Conformidad

de las cosas con el concepto que de ellas se forma la mente; 2. Conformidad de lo que se

dice con lo que se piensa o siente...". Esta definición trae consigo el uso de conceptos tan

o más etéreos que la verdad misma, como lo son mente, pensamiento y sensación, sin

embargo hay aquí un interesante hecho: todos implican un proceso de percepción de la

realidad

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por parte del hombre, donde “realidad” puede ser entendida como el conjunto de

los objetos que existen o existieron en el espacio y tiempo.

De acuerdo a la definición, la percepción pareciera ser de carácter individual, es decir,

cada individuo tiene su concepto de verdad de acuerdo con su apreciación personal, lo

cual refleja tan sólo una de las facetas en las que la verdad puede ser concebida. Entre

éstas facetas se tiene por ejemplo la verdad social y la verdad divina. La verdad social,

concuerda con el tipo de verdad definida por la “la teoría del consenso” [8], la cual ve la

verdad como algo acordado por un grupo de personas. La verdad revelada está asociada

con la aceptación por parte de un grupo (sin derecho a cuestionamiento) de la verdad

emanada por un ente superior.

Lo anterior revela que se puede tipificar la verdad estudiando el ente validador de verdad,

es decir, el qué o quién se usa para certificar que una afirmación es verdadera. Para el

primer caso, el ente validador es el mismo sujeto quien determina a partir de su propia

opinión, si algo es verdadero (verdad unipersonal). Para el caso de verdad social, es el

consenso general del grupo quien toma las decisiones, este es el caso general de las

distintas ramas del saber: filosofía, la abogacía, las matemáticas, etc. Para el caso de la

verdad revelada se asume la existencia de un ente divino quien genera un conocimiento

irrefutablemente válido.

Con esto, el concepto de verdad objetiva carecería de sentido ya que son los individuos

mismos quienes deciden qué tipo de verdad usan para cada caso especial, y dentro de su

marco de referencia asumirían entonces su verdad como inobjetable. La objetividad puede

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Wagensberg [5] establece la siguiente diferenciación para distinguir lo que pertenece a la realidad y lo que no:

“La idealidad es el mundo de todo lo que la mente puede representar. En ella están todas las partidas de ajedrez,

incluso las ilegales, las que ni son de ajedrez, como las

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