TEJIDOS DE PUNTO Y FIBRAS
Enviado por KHALIG • 19 de Abril de 2013 • 2.301 Palabras (10 Páginas) • 433 Visitas
Técnicas de Indumentaria I
FADU UBA
Titular asociado a cargo
D.Ind. Barretto
CLASIFICACIÓN DE LOS TEJIDOS
Material didáctico realizado por:
D. Ind.: Baltanás Gabina
D. Ind.:Cugniet Lorena
D. Ind.:Fourcade Verónica
Compliladora
D. Ind. Silvia Barretto
TEJIDO DE PUNTO
Historia de sus inicios
Es imposible precisar exactamente la época en que hizo su aparición el tejido de
punto. En las tumbas del Alto Egipcio se encontraron un chal y un bonete de mallas, con una
antigüedad asignada de 2.550 años, y en el Museo del Louvre de París se exhiben unos
calzones, de hace aproximadamente 1.000 años antes de Jesucristo, que provienen de las
primeras excavaciones que Champollion hizo en Egipto.
Según Willkomm, el tejido que Penélope elaboraba esperando el regreso de Ulises,
tenía que ser de punto, pues caso de estar formado por urdimbre y trama, no hubiera podido
deshacer de noche lo realizado durante el día.
En los primeros siglos de nuestra Era el tejido de punto es elaborado en Grecia y
Roma.
En el siglo XIII, en Francia, se tricotaba con suma habilidad, apareciendo algo más
tarde en algunos documentos el nombre de “bonnetier” correspondiente al oficio del que
elaboraba el “bonnet” o casquete de género de punto, aunque por extensión se llamó así a
todo obrero de dedicado a dicho tisaje.
En España se sabe que en Olot ya se fabricaban las típicas “barretines” catalanas
hacia los siglos XIV y XV, y también gorras de punto que se exportaban.
El siglo XVI señala la aparición de las medias dentro del género de punto. Hasta
entonces se habían fabricado casquetes, gorras, guantes, calzones, etc., pero nunca aquella
prenda que, en realidad y hasta entonces, había estado unida a los calzones. España alcanzó
un justo de renombre en esta nueva rama del tejido de punto, haciéndose célebre por la
extremada habilidad de sus artesanos, quizá heredada de los árabes. Seguramente, influyó
también, para la obtención de un buen producto, el que las agujas que se empleaban eran
muy finas (de acero de Toledo), la fabricación de las cuales fue durante mucho tiempo un
secreto para los demás países. Las medias de seda tenían un precio muy elevado,
considerándose artículo de gran lujo, sobre todo las de España. El regalo de unos pares de
medias se aceptaba como un presente principesco.
La industria del tejido de punto se desarrolla en este siglo XVI, pasando a Inglaterra y
luego a Italia, Alemania y Suiza.
Hasta el mencionado siglo XVI el tricotaje se realizaba exclusivamente a mano, lo que
no es extraño, ya que el hilo en esta clase de tejidos se enlaza consigo mismo en forma
complicada y tal, que era necesario un ingenio sobresaliente para llegar a descubrir una
máquina que pudiera realizar este trabajo.
Fue un sacerdote protestante inglés, William Lee, el inventor de la máquina de tejer
punto. Nació en Woodborough, pequeño pueblo vecino de Nottingham y cursó los estudios de
teología en la Universidad de Cambridge.... Pero el telar de Lee era una invención excesiva
para aquel tiempo en el cual las horas de trabajo tenían poca importancia y la máquina era
considerada un enemigo del obrero, Lee fue combatido y el descorazonamiento empezó a
apoderarse de él.... Solamente un alto personaje, Lord Hundson, se interesó vivamente por el
invento y llegó en su entusiasmo a interesar también a la reina Isabel.
La reina visitó el taller de Lee, felicitó al inventor, pero se mostró decisivamente
desilusionada al ver que la máquina de Lee no elaboraba medias de seda, las únicas que ella
usaba y se fue sin prometerle ayuda alguna.
Lord Hundson no abandonó la empresa con respecto a la reina, pero ésta finalmente
Unidad practica Nº 1 Clasificación de tejidos
Técnicas de Indumentaria I
contestó con una carta que es interesante reproducir por cuanto refleja el pensamiento de la
época:
“Yo amo demasiado a las pobres gentes que ganan su vida con el tricotaje, para ayudar con
mi dinero una invención que las reduciría a la mendicidad. Si Mr. Lee hubiese construido una
máquina para fabricar medias de seda, yo habría podido concederle una patente, pues ésta
no afectaría más que a una parte muy pequeña de mis súbditos. Pero la elaboración de
medias ordinarias tiene tanta importancia para mi pueblo, que el privilegio exclusivo no
puede ser concedido a un particular”.
La desesperación volvió a apoderarse de Lee, aunque para un hombre de su temple,
la débil esperanza dada por la reina, era suficiente para proseguir su trabajo en busca del
medio de fabricar las medias de seda demandadas.
Lord Hundson no le abandonó, proporcionándole los medios materiales de vida y no sólo
este apoyo financiero, sino que envió su hijo al taller de Lee para que hiciera el aprendizaje
bajo este hombre ingenioso, hecho extraordinario si se tiene en cuenta la mentalidad de
entonces.
Al cabo de nueve años de trabajos constantes, Lee llegó a elaborar medias de seda y
el primer par lo mandó a la reina Isabel, que inflexible, le negó el más pequeño privilegio,
comprendiendo entonces Lee, que la promesa hecha por la reina se debía a que ella creía
que nunca Lee llegaría a fabricar medias de seda. Para cúmulo de males, su protector, Lord
Hundson murió y el inventor de la máquina de tejer punto, vejado, atacado por doquier, tuvo
aún una ligera esperanza al morir Isabel para sucederle Jacobo I. El nuevo rey le demostró la
indiferencia más absoluta.
Poco tiempo después, los obreros del tejido de punto invadieron la casa de Lee, le
destruyeron sus telares y los quemaron bajo las ventanas de su casa.
Lee huyó a Francia, instalándose en Rouen, donde pronto se le reunió su hermano Jaime
junto con ocho obreros y algunas máquinas que con grandes penalidades pudieron
transportar, recibiendo del primer ministro Sully gran animador del comercio y de la industria,
el apoyo necesario para fabricar nuevos telares, con los cuales, tres meses después, pudo
confeccionar una docena de medias de seda para la reina María de Médicis. ¡Gran asombro
e indignación entre las damas encargadas del tricotaje de las medias de la reina! Se
apoderaron de unas cuantas medias y con unas
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