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USO DE ROCAS IGNEAS, Y METAMÓRFICAS EN LA INDUSTRIA DE LA CONSTRUCCIÓN


Enviado por   •  24 de Marzo de 2013  •  Trabajos  •  10.495 Palabras (42 Páginas)  •  876 Visitas

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USO DE ROCAS IGNEAS, Y METAMÓRFICAS

EN LA INDUSTRIA DE LA CONSTRUCCIÓN

RESUMEN

Este trabajo trata de determinar las características propias, que deben tener tanto las rocas ígneas, sedimentarias y metamórficas, para el uso en la industria de la construcción, especialmente las rocas ígneas y las metamórficas, pues las rocas sedimentarias debido a su amplia utilización se tratara más adelante. Por tanto y de acuerdo con las características de las rocas a emplearse, se divide en dos grupos:

1) Rocas para Construcciones, y

2) Rocas para Revestimientos y Ornamentales.

Se destacan como factores prioritarios, los caracteres texturales, mineralógicos y de integración petrográfica. Se hace notar la importancia que tienen los estudios petrográficos para verificar las características petro-texturales de las rocas, independientemente de otros ensayos que determinan propiedades tales como, resistencia al desgaste, a la compresión, al corte, etc.

Debido a las diferentes composiciones mineralógicas de las rocas ígneas y metamórficas, y la gran superficie que aflora en la corteza terrestre, el trabajo esta dirigido a resaltar las propiedades físicas, químicas, texturales y estructurales de dichas rocas, con la finalidad de determinar su uso en la industria de la construcción.

INTRODUCCIÓN

Con el nombre de rocas de aplicación se agrupan en forma genérica, una amplia variedad de ellas, que de acuerdo con su composición, coherencia, estado de conservación y textura, pueden ser empleadas en obras civiles e hidráulicas, y como ornamentaciones.

Asimismo y en forma explícita, se tratara la presencia negativa de algunos tipos de cemento de las areniscas, sin llegar a tratar por separado los defectos o virtudes de estos tipos de rocas.

Selección de rocas para su utilización

Conociendo las características que deben cumplir, para el uso que se le ha de dar, se determinan algunas propiedades para su utilización en la industria de la construcción como:

1º) Texturales:

Las rocas deberán carecer en lo posible de texturas Plana¬res (esquistosa, gnéisica, foliada) propias de rocas tales como esquistos, pi¬zarras, gneis, migmatitas, etc.

La presencia de estas texturas, con el correr del tiempo o por el peso de la estructura, puede producir fisuras y probables deslizamientos que resentirán las estructuras en que fueron empleadas esos tipos de rocas, originando asentamientos diferenciales.

No obstante esta particularidad negativa de las texturas y estructuras planas, esta puede subsanarse cuando estos tipos de rocas presenten fracturas de carácter cúbico, así podrían ser empleadas en susti¬tución de otras rocas con propiedades físicas más apropiadas, si su yacimien¬to estuviera en una situación de distancia más ventajosa con relación al me¬jor tipo de roca

Los enrocados con rocas metamorfitas esquistosas, también trae problemas de estabilidad, debido a la composición mineralógica de las mismas y sería posible al¬gún tipo de movimiento o deslizamiento, provocado por el peso de carga que actúe sobre los niveles inferiores, para provocar inestabilidad.

Las rocas de textura granular tipo granito o del clan granito, son más apropiadas que las esquistosas para ser empleadas en distintas obras de ingeniería; ejemplos clásicos de ro¬cas con estos tipos de texturas son los granitos, dioritas, tonalitas, gabros, etc. La distribución adecuadamente homogénea de sus componentes, de su textura, da lugar que su empleo en las todo tipo de obras presenten confianza. Esta propiedad no sólo es favorable para evitar posibles movimientos, sino porque merced a la misma, tiene lugar entre sus fragmentos un ensamblado más fuerte, de elevada coherencia en las mezclas en que son empleadas estos tipos de rocas.

Estas rocas con estructuras y texturas de notable homogeneidad, son convenientes para su utilización en pantallas naturales de diques, bocatomas, caminos, enrocados, defensas, etc. así como en la elaboración de hormigón e inclusive para fabricación de arenas para construcciones, como también balasto.

Además de los caracteres estructurales y texturales, se debe tener en cuenta la composición de las rocas ígneas en general y volcánicas en particular, la presencia de minerales tales como vidrio volcá¬nico, ópalo, calcedonia y los que frecuentemente son individualizados co¬mo minerales expansivos, de los cuales se tiene a la sapo¬nita (D: 1½ a 2. Densidad 2,30 g/cm3 ), bentonita, celadonita (D: 2. Densidad 3,00 g/cm3. , grifita, etc.

Debido a su fácil poder de reacción y/o transformación, a estos mine¬rales se los debe considerar como materiales no aptos, ya que su presencia en proporciones inferiores a un 40% en algunos casos y mayores a un 30% en otros, no permiten el empleo de las rocas que los contienen. La presen¬cia de tales componentes mineralógicos permite su uso con cautela.

2º) Estado de conservación de la roca

Debe tenerse en cuenta la proporción de minerales secundarios prove¬nientes de la descomposición de la roca, que inciden desfavorablemente en la coherencia, tenacidad y dureza de la misma. ¬Entre los minerales secundarios que afectan el estado de conservación o inalterabilidad, de una roca determinada, se destacan los minerales ex¬pansivos como: saponita, celadonita, griffitita y bentonita. Otros compo¬nentes secundarios que afectan en menor grado la homogeneidad y dureza, son carbonatos, clorita, epidoto, serpentina, etcétera.

Evidentemente, los efectos de una descomposición con formación de minerales secundarios en proporción estimable, deben ser tenidos muy en cuenta; la presencia de componentes expansivos (saponita, celadonita, etc.) llegan a provocar el desmenuzamiento de la roca que los contiene si su por¬centaje en la misma es superior a un 30% o más del conjunto de su compo¬nentes.

a) Aquí, debemos considerar aquellas rocas que independientemente a su origen y textura contengan minerales inestables como ópalo y calcedonia.

El ópalo en aquellas mezclas en que se encuentra incorporado como estéril, puede transformarse en un agente activo al modificar su volumen y consistencia al deshidratarse, o reaccionar químicamente con los compo¬nentes activos del cemento (arcillas).

Cuando actúa como estéril en la base de carpetas asfálticas, o como in¬tegrando el hormigón en obras viales, resulta un elemento negativo por su elevada dureza, y alta fragilidad; esta última cualidad provoca una serie de fisuras que se transmiten a la carpeta de rodamiento, provocando su res¬quebrajamiento progresivo. Ello permite con el tiempo, la formación de fi¬suras por las que penetrara agua, la que provocará,

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