Martin Lutero

Martín Lutero fue el padre de la Reforma Protestante. Fue educado como miembro leal de la iglesia católica romana medieval, haciéndose monje y sacerdote . Sin embargo, el estudio de las Escrituras y sus propias luchas espirituales lo llevaron a dar un paso evangélico. Asi comenzó a enseñar los principios fundamentales del cristianismo protestante: la justificación solo por gracia y solo por medio de la fe, y la Biblia como la única autoridad definitiva en la fe y la práctica cristianas. Fue líder de un amplio movimiento en la Europa del siglo XVI para reformar la teología, purificar a la iglesia y ayudar a los cristianos a comprender el cristianismo bíblico.

Los logros de Lutero como pastor, erudito, teólogo y cristiano fueron monumentales y han influido profundamente sobre la iglesia hasta nuestros días. Distaba mucho de ser perfecto, pero Melanchton nos dio un epitafio muy adecuado para él cuando dijo en su discurso fúnebre que Dios le había dado un médico violento a una era violenta. El cristianismo evangélico conserva y continúa el espíritu reformador de Martín Lutero.

La vida de LUTERO

1483 Nace en Eisleben

1501 Entra en la Universidad de Erfurt

1505 Ingresa al monasterio agustino

1512 Doctor en Teología

1517 Clava las noventa y cinco tesis

1519 El debate de Leipzing

1521 Comparece ante la dieta de Worms

1525 Se casa con Catalina de Bora

1529 Coloquio de Marburgo

1530 Confesión de Augsburgo

1534 Se publica la Biblia entera en alemán

1546 Muere en Eisleben

Lutero se hace monje

Martín Lutero nació el 10 de noviembre de 1483 en Eisleben, Sajonia, en la parte oriental de Alemania. En los tiempos de Lutero, era uno de los trecientos y tantos territorios locales que formaban el Santo Imperio Romano de la nación alemana. La familia de Lutero era mas bien próspera y de clase media, aunque Lutero dijera mas tarde: “Soy hijo de un campesino”. Recibió la educación primaria tradicional en la Edad Media. Lutero estudió en la universidad de Erfurt, recibiendo su título de bachiller en 1502 y su maestría en 1505.

En mayo de 1505 comenzó a estudiar derecho, de acuerdo a los deseos de su padre. Él quería entrar en un monasterio para buscar a Dios, pero su padre creía que un abogado ayudaría mas a la familia, que un monje. Sus estudios de derecho tuvieron un abrupto fil+nal el 2 de julio de 1505, cuando se vio atrapado en una seria tormenta eléctrica. Temiendo perder la vida, gritó: “Santa Ana, me voy a hacer monje”. Obligado ahora por un voto a la santa de su patrona de su padre, Lutero pudo seguir los impulsos de su conciencia y hacerse monje.

Para Lutero la vida monástica era la forma mas alta de consagración religiosa. Había aceptado la enseñanza de la iglesia de que quienes se tomaban en serio la religión y su salvación se debían hacer monjes.

El ideal monástico

Lutero se entregó a una rigurosa búsqueda del ideal monástico. Entró al monasterio de los ermitaños agustinos en Erfurt, donde se mantenía una estricta disciplina. Se entregó al estudio, la oración y la práctica de los sacramentos. En especial hizo uso del sacramento de la penitencia, examinándose y angustiándose por sus pecados, confesándoselos a un sacerdote, y cumpliendo las penitencias que se le imponían. De hecho, agotaba a su confesor con las confesiones, y se castigaba con prolongados períodos de oración, ayuno, noches en vela y flagelación.

Lutero se dedicó a los estudios teológicos, siguiendo el nominalismo de Guillermo de Ockam y de Gabriel Biel. Este nominalismo insistía en la importancia de la autoridad de la Biblia y la Iglesia en Teología, y reducía al mínimo la utilidad de la razon en la edificación de una teología natural. Con el tiempo también comenzó detallados estudios sobre las Escrituras. Aprendió el griego y el hebreo dentro del espíritu del impulso renacentista a regresar a la fuente de la cinvilización occidental para recuperarlas. Terminó aprendiendo de memoria casi todo el Nuevo Testamento y grandes porciones del Antiguo.

Sacerdote y profesor

Lutero recibió la oreden sacerdotal en 1507, dio clases en la universidad de Wittenberg y Erfurt (1508-1511), y ne 1512 recibió su doctorado. Al recibirlo y convertirse en profesor, hizo el voti tradicional de defender con fidelidad las Escrituras. Mas tarde, este voto lo consolaría cuando se convirtió en reformador. Nunca se vio a sí mismo como un rebelde, sino mas bien como un teólogo que estaba cunpliendo con el voto que le habia impuesto la Iglesia medieval.

En la universidad de Wittenberg comenzó sus conferencias sobre la Biblia: 1513-1515 sobre los Salmos, 1515-1516 sobre Romanos, 1516-1517 sobre Gálatas, y 1517-1518 sobre Hebreos. Estos libros fueron fundamentales en cuanto a moldear el pensamiento del futuro reformador.

Las noventa y cinco tesis

En 1517, Lutero sintió preocupación por los abusos en la venta de indulgencias. Técnicamente, las indulgencias eliminaban o reducían la satisfacción exigida de los pecadores conmo parte del sacramento de la penitencia. Desde fines del siglo XV, los papas habían autorizado indulgencias plenarias, tanto para las personas vivas como para las almas del purgatorio. Algunbos de los que vendían indulgencias animaban a las personas a creer que en realidad estaban comprando el perdón de los pecados para ellas mismas y para otros cuandop compraban una indulgencia. En su condición de pastor y teólogo, Lutero se opuso fuertemente, y como respuesta, escribió sus “Noventa y cinco tesis”, documento que clavó en la puerta de la iglesia de Wittenberg.

El gesto de Lutero al clavar las tesis a la puerta de la iglesia no fue ni rebelde ni radical. Era una forma tradicional de invitar a la comunidad académica a discutir un tema. Fueron otros los que vieron la gran importancia de estas tesis, y sin autorización suya, las tradujeron al alemán y las publicaron. La inquietud de Lutero tocó una cuerda sensible en muchos que se sentían incómodos con la Iglesia, ya fuera por sus corrupciones materialistas, o por lo inadecuado de su atención espiritual.

La fama de Lutero al disputar sobre las indulgencias lo llevó a otros debates. En Leipzing sostuvo un importante debate en julio de 1519 con Juan Eck. Este debate en particular lo ayudó a aclarar sus conceptos sobre la autoridad religiosa. Allí reconoció en público que solo la Biblia, no los papas ni los concilios, era invariablemente veraz y digna de confianza.

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