Cuento Infantil
Enviado por Tazz M. Gutierrez • 7 de Octubre de 2015 • Ensayo • 938 Palabras (4 Páginas) • 321 Visitas
Mi mejor Amigo
Profra. Jazmin Muñoz Gutierrez
Colegio Vasco de Quiroga, Ario de Rosales, Michoacán.
Hola, Mi nombre es Tino, tengo ocho años, me gusta el futbol, leer cuentos y jugar con mi mejor amigo… Paco; me gustaría contarte la historia de cómo conocí y me hice amigo de Paco.
El otro día regresaba a mi casa de la escuela y hacía mucho calor, así que, pensé en pasar a la nevería y comprarme un gran helado para refrescarme un poco, sentado en la banqueta fuera de la nevería estaba un niño muy diferente a los que yo conocía, su ropa estaba un poco rota y remendada pero muy limpia, y sus zapatos muy pero muy pero muy gastados, tenían hoyos sobre los hoyos, al principio lo mire sin importancia y seguí con mi idea original de comprarme mi graaaan helado, al salir la garganta se me hizo un nudo por que el niño se me quedo viendo como me comía mi helado, y es que como les había comentado hacía mucho calor pero al fin me encogí de hombros y camine rumbo a mi casa, les digo algo… no pude evitar pensar en el toda la tarde, el helado no me supo ni tan rico, ni hambre tenia, mi mamá se sorprendió, porque la verdad pues si soy de buen comer, pero sentía en mi estómago una sensación muy extraña, como si hubiera hecho algo malo, aunque no entendía por qué.
Al otro día en la escuela, la profesora nos platicó sobre la generosidad ( que es un valor que implica dar sin esperar nada a cambio, y no solo porque te sobre algo o ya no lo necesites) cuando ella nos estaba explicando de lo que se trataba, me sentí muy triste porque de repente me vino la idea de que podía haberme comprado un helado más chico y compartirlo con aquel niño que se veía que no tenía para comprarse uno, mas sin en cambio me di el lujo de comérmelo enfrente de él, me sentí mal, muy mal… ¡De repente Zas! Una idea me cayó como un rayo, mi corazón latía fuertemente por que a la hora de la salida buscaría nuevamente afuera de la nevería al niño y lo invitaría a que compartiéramos juntos un helado que yo compraría.
El resto del día se me hizo eterno, y cuando al fin salimos de la escuela, camine rápido, casi corriendo rumbo a la nevería con la esperanza de encontrarme nuevamente con aquel niño que tanto me había inquietado, pero cuál fue mi sorpresa que al buscarlo, no había nadie afuera de la nevería, me dio tanta tristeza que pensé en ya no comprarme nada pero el calor y la carrera que había hecho rumbo allá me había dado ganas del helado, asi que no con muchas ganas me dispuse a comprarme uno.
Al entrar a la nevería lo vi, estaba limpiando los refrigeradores, me dio mucho gusto y aunque con un poco de pena le hable:
-Hola, me llamo Tino ¿Cómo estás? –Dije yo-
-Hola, bien gracias yo me llamo Paco- Me respondió
-Trabajas aquí hace mucho- Indague yo- Por que como veras soy muy curioso-
-Bueno Tino, es que ayer cuando te compraste tu helado y saliste de aquí comiéndotelo se me antojo, y como la verdad en mi casa apenas tienen para la comida del día, no me atreví a pedir para un helado, así que se me ocurrió la idea de ayudarle al señor de la nevería para poder pedirle uno a cambio.
-Qué curioso que tú me digas eso Paco, porque bueno ayer me quede pensando en ti, y yo pues… quería saber si tú me aceptas que te invite un helado.
...