Desarrollos históricos en la comprensión del aprendizaje

La esencia del aprendizaje

Utilizando la investigación para estimular la práctica

Editado por Hanna Dumont, David Istance y Francisco Benavides

CERI (Centre for Educational Research and Innovation)

Capítulo 2. Desarrollos históricos en la comprensión del aprendizaje

Erik de Corte

Universidad de Leuven

Traducción: Mtra. Jessica Berzosa.

Revisión: Mtro. Sergio Molina.

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Introducción

El interés por el aprendizaje y su influencia se ha dado a través de la historia. Desde la antigua Grecia, Sócrates (siglo 5 A.C) y Séneca en Roma (siglo 1 D.C) se escribió  acerca de la esencia del aprendizaje. En los albores de la era moderna, Juan Luis Vives (1492-1540) y Comenius (1592-1671) postularon  influyentes ideas  sobre el aprendizaje y la enseñanza (ver Berliner, 2006). En un pasado menos distante, Johann Friedrich Herbart (1776-1841) y sus discípulos pueden ser considerados como precursores del estudio científico del aprendizaje y la enseñanza. Ellos subrayaron, por ejemplo, la importancia que tienen los conocimientos previos para el aprendizaje, se  les  consideran estados mentales o ideas (Vorstellungen); las nuevas ideas se aprenden al relacionarlas con los estados mentales ya existentes mediante un proceso de “apercepción” (ver Bigge, 1971).

Los estudios más serios sobre el aprendizaje se dieron al inicio del siglo XX. La primera sección de este capítulo presenta un resumen de los principales conceptos y teorías del aprendizaje que se dieron a lo largo de ese siglo en el mundo Occidental: conductismo, psicología Gestalt y la Escuela de Würzburg “Denkpsychologie”, psicología cognitiva, constructivismo y constructivismo social.

El estudio científico del aprendizaje fomentó altas expectativas para mejorar las prácticas educativas. Sin embargo, como se comentará en la siguiente sección, a lo largo del siglo 20 la relación entre investigación y práctica ha sido difícil y poco productiva. El capítulo continúa con una revisión de las principales perspectivas actuales sobre el aprendizaje en centros educativos que pueden guiar el diseño de ambientes innovadores de aprendizaje, para ilustrar incluye un ejemplo de la resolución de problemas matemáticos de estudiantes de 12 a 14 años. Concluyo con algunas observaciones finales y una revisión de las implicaciones éticas.

Conceptos principales sobre el aprendizaje en el siglo XX

Conductismo

La perspectiva conductista del aprendizaje se originó en Estados Unidos a inicios del año 1900, donde dominó durante la primera parte del siglo XX. La idea básica de esta perspectiva es que el aprendizaje consiste en un cambio del comportamiento basado en la adquisición, fortalecimiento y aplicación de asociaciones entre el estímulo del ambiente (ejemplo la presentación de “3+3”) y las respuestas observables del individuo (la respuesta “6”), llamado “esquema E-R” o conexiones. Esta postura abarca un conjunto de teorías conductistas del aprendizaje, que varían especialmente en el mecanismo que influye en la determinación del esquema E-R. Para la educación, los dos conductistas más importantes fueron Thorndike y Skinner.

La variante del conductismo de Thorndike dominó en los inicios de la década del siglo 20 y es conocida como “conexionismo”. Para Thorndike, las conexiones entre estímulo y respuesta  están controladas por diferentes leyes del aprendizaje, el más importante sería “la ley de efecto”: la respuesta a un estímulo se fortalece  cuando es contiguo a un refuerzo positivo, y esto ocurre automáticamente sin la intervención de ninguna actividad consciente. Por ejemplo: “Cuánto es 16+9?”, Pedro contesta: “25”. El refuerzo del maestro: “Es correcto, Pedro”. La segunda ley (la conexión E-R se fortalece con ejercicio y repetición) es la “ley de ejercicio”. No es difícil ver la conexión directa entre esta postura sobre el aprendizaje y los llamados programas de “ejercicio y práctica”. En esta era, Thorndike tuvo un impacto sustancial en educación, especialmente en 1922 con su libro La Psicología de la Aritmética.

Skinner (1953) desarrolló su propia variante del conductismo conocido como “condicionamiento operante”  hacia la mitad del siglo. En contraste con Thorndike, Skinner distinguió entre el comportamiento provocado por el estímulo exterior, y el comportamiento operante iniciado por el individuo (como tomar espontáneamente  la postura corporal correcta para ejecutar un servicio en el tennis). Al gratificar el correcto desempeño de las acciones más complejas de la actividad, se refuerza la probabilidad de que vuelva a ocurrir (por ejemplo, cuando el entrenador dice “¡excelente!” al observar que el aprendiz toma la posición correcta para ejecutar un buen servicio). De manera que los reforzadores controlan el comportamiento deseado, a esto se le llama “condicionamiento operante”.

Skinner argumenta que su condicionamiento operante era inmediatamente aplicable al aprendizaje en el aula aunque estaba basado en experimentos con palomas y otros animales. El aprendizaje es considerado como una aproximación sucesiva del comportamiento buscado tal como la correcta ejecución de un servicio en tennis.  Es guiado por el reforzamiento de apropiadas, aunque parciales, contribuciones producidas por el individuo o incitado por diferentes situaciones organizadas por los maestros para facilitar su apreciación. La aplicación mejor conocida de la teoría de Skinner a la educación  es la “enseñanza programada” en la cual la correcta secuencia de los comportamientos parciales que deben aprenderse, es determinada por el análisis detallado de las tareas.

Psicología Gestalt y la Escuela de Würzburg  “Denkpsychologie”

La contraparte europea de la teoría conductista en la primera parte del siglo XX fue la psicología Gestalt y la Escuela de Würzburg de la psicología del pensamiento. Ambas escuelas discrepaban tajantemente con la postura de la psicología como ciencia del comportamiento, la cual consideraban muy mecanicista. Aunque el conductismo fue muy conocido en Europa, nunca llegó a ser tan dominante como en Estados Unidos.

La idea clave de la psicología Gestalt  se expresa en la palabra alemana gestalt que significa una "configuración", un todo organizado en oposición a una colección de partes. Exponentes como Wertheimer y Köhler argumentaron que el comportamiento humano no puede ser plenamente comprendido por el enfoque conductista que separa los elementos que lo conforman. Por el contrario, tiene que ser estudiado como un conjunto (Bigge, 1971). La mente interpreta la información sensorial de acuerdo a principios organizados a través de los cuales los seres humanos perciben formas completas, "gestalts" en lugar de percepciones atomizadas (De Corte, Greer y Verschaffel, 1996): la observación espontánea del conjunto viene primero (por ejemplo, la pintura de Rembrandt “La ronda de noche”) y después, gradualmente se va hacia la estructura. El conjunto es mayor que las partes que lo componen. En materia de  aprendizaje y pensamiento la principal contribución de la psicología Gestalt es el estudio de la percepción (insight): el aprendizaje consiste en percibir,  descubrir  una estructura y de ahí se adquiere el conocimiento. El aprendizaje que ha sido percibido  produce  la solución repentina a un problema. Sin embargo, ya que en el proceso de aprendizaje el enfoque de la Gestalt es global, tuvo poco impacto en la enseñanza (Knoers, 1996).

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