Fundamentos Para La Formulacion De Una Ley De Educacion
Enviado por BelenAquino1991 • 20 de Junio de 2012 • 7.811 Palabras (32 Páginas) • 675 Visitas
Una ley General de educación establece la normativa marco en materia de educación, por tanto es un instrumento de regulación y promoción que se inscribe en el escenario de las políticas públicas educativas. Como tal debe tomar en consideración las necesidades socioeconómicas y culturales del país y la posibilidad político-educativa, pedagógica de concebir positivamente a las personas como sujetos educables y con derecho a ella, y estimar el valor de los procesos educativos de todo el contexto como significantes fundamentales de la matriz educativa de una sociedad, es decir, debe dar cabida, como expone Pérez Lindo (2010) a este nuevo entorno que algunos han denominado la “sociedad de la educación” o la “sociedad educativa”.
Desde esta perspectiva, es importante reconocer que los profundos cambios científico-tecnológicos de este tiempo, los acelerados cambios de un mundo globalizado, donde las Tics han abierto espacios de enorme potencia educativa, y donde los hechos humanos tienen efectos interplanetarios; ritmo que impone al país trasformaciones profundas para acompañar los cambios sin desvanecer y tratar de ser parte interesante de este nuevo contexto social, pero con identidad propia y protagonismo claro. Esto implica una profunda reflexión sobre estos y otros aspectos que deben ser tenidos en cuenta en el marco de los principios y regulaciones generales de la Ley Educación; considerando que este cuerpo normativo debe prever su vigencia por lo menos para la próxima década, y que sus efectos tendrán incidencia en el largo plazo, por lo que no puede limitarse a regulaciones para el presente o sólo para el sistema escolarizado, sino prever o dejar abiertas posibilidades de transformaciones estratégicas, enmarcando claramente los alcances y limitaciones filosóficas, político educativas, éticas y culturales para la educación en el Paraguay.
En este sentido este proyecto de ley deberá considerar que la educación abarca el conjunto de procesos formativos que se desarrollan en todos los ámbitos sociales del país y de la región desde los cuales se produce, intercambia, transmite y adquiere cultura. Los procesos educativos se desarrollan en las instituciones constituidas para el efecto, pero también en las organizaciones, los movimientos e instituciones de la sociedad civil, en el ámbito laboral, en las actividades productivas y culturales, en los grupos sociales, religiosos, deportivos y ni que decir a través de los medios masivos de comunicación, cuyo poder formador no se puede negar, así como el impacto de las redes sociales y espacios de aprendizaje e investigación de internet. Por lo expuesto, no cabe duda que corresponde una concepción de educación que contemple ese conjunto de procesos educativos que se dan natural o sistemáticamente en todo el contexto social, y que la normativa establezca el la posibilidad del uso estratégico de todos los entornos educativos de la sociedad.
Bien sabemos que cada cultura, cada época, cada comunidad, se rige por un conjunto de ideas, creencias y discursos que valorizan actitudes diversas: la obediencia o la libertad, la individualidad o la consciencia colectiva, la cooperación o la competencia, la tradición o el progreso, el conocimiento o el pensamiento mítico, la racionalidad o la religión, la ciencia o la opinión. Y aunque las sociedades contemporáneas comparten declaraciones humanistas, científicas o democráticas de las naciones unidas, cada una conserva códigos culturales subyacentes que la filosofía de la educación tiene que analizar. En por eso relevante reflexionar sobre la educación que necesitamos hoy, a la luz de lo que los pensadores - filósofos de la educación al respecto de lo qué es educar, para así concretar un “para qué educamos hoy y en el futuro próximo” con vistas a un proyecto educativo país; ya que sin teorías adecuadas, no podemos ni explicar ni comprender los procesos educativos. “Sin teoría no hay experiencia”, dijeron Leonardo da Vinci y Albert Einstein. Por otro lado, como lo destacaron Rousseau, Kant, Dewey, Paulo Freire, Habermas, Edgar Morín y tantos otros, la educación es el camino final que lleva a la humanidad a su plena autoconsciencia y a la emancipación de los individuos (Perez Lindo, 2012: 4). Concepción que compromete el raciocinio de quienes debemos aportar para la consecución de un ideal educativo para nuestra sociedad.
Ante la complejidad del fenómeno educación y las incertidumbres propias del contexto actual, surge la pregunta: Cuál es el concepto de educación al que debe sustraerse el proyecto educativo país?
Pero por encima de la posibilidad de dar una respuesta sobre “qué es educar hoy” o “para qué educar” surge un cúmulo de ideas o más bien cuestionamientos, como:
Debemos entender que la educación debe preparar para conocer la VERDAD, reconocer las Ideas, las esencias de la realidad, formar una sociedad con personas con sentido de lo bello y una ciudadanía de igualdad, desde una perspectiva idealista como proponía Platón (428 a.C. -347 a.C); o desde una realista (conocemos por los sentidos, pero la inteligencia elabora el concepto), intelectualista, para preparar al individuo para actuar de acuerdo a fines éticos en la sociedad (Aristóteles 384 a. C -324 a. C).
Correspondería asumir una concepción personalista cristiana, realista, como propone Santo Tomás - 1224-1225, para actuar conforme al orden natural y divino; o una concepción racionalista, Descartes 1596 – 1650, para desarrollar la conciencia racional, para obrar conforme a la razón y dominar la naturaleza.
Poner énfasis en una educación empirista que valora la percepción sensible, la experiencia empírica para producir ideas, controlar la naturaleza, convivir en tolerancias; tal como propone JOHN LOCKE 1632-1704; o en educar para vivir, para la igualdad de la ciudadanía, una educación de los sentimientos, como suponía Rousseau 1712 – 1778; o tal vez en las ideas de educación de Karl Marx 1818 – 1883, educar para conocer y transformar la naturaleza y conformar una sociedad igualitaria, para desarrollar el pensamiento científico.
O como país en vías de desarrollo, procurar una educación positivista, para el progreso de la Humanidad para crear una sociedad racional fundada en el uso de la Ciencia y la Tecnología (AUGUSTO COMTE 1798 – 1857). O por lo mismo, proponer una educación para desarrollar la inteligencia práctica, para formar ciudadanos cooperativos, prácticos, que aprendan a resolver problemas y la constitución de una sociedad democrática, en la línea de JOHN DEWEY 1859-1952.
Sin dudas, y a partir de este esbozo de posibilidades, se visualiza la complejidad del fenómeno educación, como también lo es el “para que educar hoy” en el contexto actual,
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