Dolor De Nuestra Tierra

El dolor de nuestra tierra

Desde el comienzo de nuestra historia como una nación, se ha podido evidenciar la triste y cruda autobiografía que hemos viniendo escrito con sangre y dolor de nuestros propios hermanos, y que con el diario transcurrir de los días esta semblanza se ha ido tornando de un tono más oscuro; pues esta violencia que a remitido una lluvia de sangre que desde el comienzo de la década de los 60 ha bañando esta rica y fértil tierra, vistiendo a muchos de luto y dolor que no les queda más que resignarse a una lucha bipartidista.

El conflicto armado en Colombia que con el pasar del tiempo va cambiado sus intereses, ya sean políticos, económicos o ´´sociales´´ ha marcado más de 4 generaciones de la infancia nuestro país, convirtiéndose en uno de los conflictos que más violan los derechos humanos, transfigurando las huellas del dolor que la guerra deja al tocar a una persona, por lo que el descarnado suplicio humano se hace incurable, que es causado por los actores del conflicto que llevan consigo a la muerte de la mano, perjudicando directa o indirectamente a por lo menos un 40% de la población colombiana.

Por otro lado todas estas situaciones se ven claramente expresadas en la película los colores de la montaña, en donde la población de una vereda se ve envuelta en la problemática del conflicto armado de este país, y como siempre los niños son los más perjudicados debido a que son la población más vulnerable de la sociedad, por el solo hecho de tener una inocencia que debe ser cultivada sanamente y no con flagelo o dolor, pues en muchos casos son estas circunstancias las que pueden marcan un trágico destino, para aquellos inocentes, los cuales generalmente son reclutados por los grupos irregulares que operan en el territorio colombiano y obligados a delinquir se embarcan en un viaje que habitualmente termina siendo solo de ida, pues en este calvario no tienen marcha atrás y únicamente se les puede dar dos opciones, las de quedarse y pelear o la de simplemente ser ejecutado por el hecho de reusarse; de una u otra manera el desenlace no es muy alentador.

Para el infortunio de nosotros los colombianos, este problema parece no dejar de crecer ya que nuestra población infantil sigue siendo sumergida en la problemática de una guerra de más de 40 años que aun hoy en día esta no parece tener salida alguna, y es ahí en donde los menores de edad se convierten en carne de caño para los grupos ilegales ya que son ultrajados en todos los aspectos, en especial las niñas que terminan siendo violadas, prostituidas o compañeras sexuales de los insurgente; lo cual es rechazado completamente por los organismos internacionales. Además son estos grupos los que usan armamento poco convencional, como por ejemplo las minas antipersonal, ya prohibidas en el convenio de ginebra por atentar directamente a la población civil que en la mayoría de

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