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DISCAPACIDAD INTELECTUAL


Enviado por   •  18 de Enero de 2014  •  5.258 Palabras (22 Páginas)  •  299 Visitas

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DEFINICIÓN DE RETRASO MENTAL DE LA AAMR

Retraso mental hace referencia a limitaciones sustanciales en el funcionamiento actual.Se caracteriza por un funcionamiento intelectual significativamente inferior a la media, que generalmente coexiste junto a limitaciones en dos o más de las siguientes áreas de habilidades de adaptación: comunicación, auto cuidado, vida en el hogar, habilidades sociales, utilización de la comunidad, autodirección, salud y seguridad, habilidades académicas funcionales, tiempo libre y trabajo.

EXPLICACIÓN DE LA DEFINICIÓN

El retraso mental se define como una dificultad esencial en el aprendizaje y ejecución de determinadas habilidades de la vida diaria. Deben existir limitaciones funcionales relacionadas con la inteligencia conceptual, práctica y social. Dichas áreas están afectadas específicamente en el retraso mental, mientras que otras capacidades personales (por ejemplo, salud y temperamento) pueden no estarlo.

Se define como un CI de aproximadamente 70 – 75 o inferior, obtenido mediante evaluaciones realizadas con uno o más test de inteligencia, administrados individualmente y desarrollados para evaluar el funcionamiento intelectual. Estos datos deben ser revisados por un equipo multidisciplinar y validado con informaciones obtenidas mediante test adicionales o información evaluativa de distinta procedencia.

Coexiste junto a limitaciones en dos o más de las siguientes áreas de habilidades adaptativas funcionales. Deben existir limitaciones en habilidades adaptativas, ya que un funcionamiento intelectual limitado, por sí solo, no es suficiente para un diagnóstico de retraso mental. Además, su impacto debe ser lo suficientemente amplio como para afectar, al menos, a dos áreas diferentes de habilidades adaptativas.

Comunicación, auto cuidado, vida en el hogar; habilidades sociales, utilización de lacomunidad, autodirección, salud y seguridad, habilidades académicas funcionales, tiempolibre y trabajo.

Estas áreas son esenciales para un adecuado funcionamiento en la vida y,con frecuencia, las personas con retraso mental requieren apoyo en las mismas. Dadoque las destrezas relevantes dentro de cada área de habilidades adaptativas puedenvariar con la edad la evaluación del funcionamiento debe tener en cuenta la edadcronológica de la persona.

El retraso mental debe manifestarse antes de los 18 años de edad. Los 18 años,aproximadamente, constituyen la edad en que un individuo en nuestra sociedad asumegeneralmente roles de adulto. En otras sociedades, donde se adopten criterios distintos,podría ser más apropiado establecer otra edad.

ESTRUCTURA GENERAL DE LA DEFINICIÓN

Existen tres elementos clave en la definición del retraso mental: capacidades (ocompetencias), entornos y funcionamiento.

Por capacidades se entienden aquellos atributos que hacen posible un funcionamientoadecuado en la sociedad incluye tanto las capacidades inherentes de un individuo comosu habilidad para funcionar en un contexto social o «competencia social». Por tanto, unapersona con retraso mental presentará limitaciones en la inteligencia conceptual, en la inteligencia práctica y social, que son la base de lashabilidades adaptativas.

El entorno se concibe como «aquellos lugares donde la persona vive aprende, juega,trabaja, se socializa e interactúa». Este modelo supone una consideración más equilibradade la relación entre las capacidades individuales y las demandas y restricciones dedeterminados entornos.

Finalmente, el retraso mental implica limitaciones intelectuales específicas (en lainteligencia conceptual, práctica y social) que afectan a la capacidad de la persona paraafrontar los desafíos de la vida diaria en la comunidad. Si, aun existiendo limitaciones,éstas no afectaran a su funcionamiento entonces no se podría hablar de retraso mental.Esta afectación ha de darse tal y como establece la nueva definición, en dos o más áreasde habilidades adaptativas.

DIAGNÓSTICO Y SISTEMAS DE APOYO

ENFOQUE MULTIDIMENSIONAL

La nueva definición está basada en un enfoque multidimensional que pretende ampliar la conceptualización del retraso mental, esta orientación permite describir los cambios que se producen a lo largo del tiempo y evaluar las respuestas del individuo a las demandas presentes, a los cambios del entorno y a las intervenciones educativas y terapéuticas.

Para ello, la AAMR establece cuatro dimensiones diferentes de evaluación funcionamiento intelectual y habilidades adaptativas; consideraciones físicas, de salud y etiológicas; y ambientales. Esta propuesta puede tener repercusiones importantes y prometedoras en su aplicación a otros tipos de discapacidad: psíquica, física, sensorial y plurideficiencias.

En el cuadro siguiente se las recogen dimensiones contempladas.

Dimensión I. Funcionamiento intelectual y habilidades adaptativas.

Dimensión II. Consideraciones psicológicas / emocionales

Dimensión III. Consideraciones físicas / salud / etiológicas

Dimensión IV. Consideraciones ambientales

El enfoque multidimensional requiere describir a la persona con retraso, mental de un modo comprensivo y global, determinando y analizando: 1. La existencia de retraso mental, frente a otras posibles condiciones de discapacidad.

2. Las potencialidades y limitaciones existentes en aspectos psicológicos, emocionales, físicos y de salud.

3. Las características de los entornos habituales del sujeto (vivienda, escuela / trabajo y comunidad) que facilitan o impiden el desarrollo del sujeto y su satisfacción.

4. Las características óptimas del entorno que permitan desarrollar los apoyos necesarios para facilitar la independencia / interdependencia, productividad e integración de esta persona en la comunidad.

El proceso de tres pasos

El proceso de evaluación se estructura en una serie de pasos que comienza con el diagnóstico diferencial del retraso mental, continúa con la clasificación y descripción del sujeto en base a sus potencialidades y limitaciones en las distintas dimensiones y en relación al medio en que se desenvuelve, y finaliza con la determinación de los apoyos necesarios en cada una de las dimensiones propuestas.

Esta nueva conceptualización supone una serie de cambios significativos frente a la definición y clasificación previa, que incluyen: la utilización de un único código diagnóstico la descripción de las potencialidades y limitaciones de la persona en las dimensiones psicológicas, físicas y ambientales, y el desarrollo de un perfil de los apoyos necesarios, a lo largo de las cuatro dimensiones planteadas.

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