Historia Dela Psicologia
Enviado por betubela • 15 de Diciembre de 2013 • 2.063 Palabras (9 Páginas) • 442 Visitas
La inteligencia emocional, la cual puede ser definida como la
conciencia y la habilidad para mantener armonía y cooperación entre
mente, emoción y conducta y la capacidad para crear reacciones apropiadas,
es indispensable en la destreza del profesor. Tener conciencia
de las emociones en el trabajo, dentro de nosotros y dentro de las otras
personas en general crea una comunicación efectiva, productiva y satisfactoria.
Aporta una guía, transforma y redirige la conducta de los individuos,
de modo de que se alinee con nuestros propósitos y deseos.
La inteligencia emocional debe ser una parte vital, básica e influyente
del arsenal que debe tener cada educador en cada etapa del
proceso de enseñanza.
En el segundo capítulo se describieron de manera resumida los
elementos de la inteligencia emocional, tales como autoconciencia,
control de las emociones y relaciones con una comunicación avanzada.
En este capítulo se mostrarán los procesos que deben activarse para el
uso apropiado de los componentes de la inteligencia emocional, a fin
de construir una comunicación educativa efectiva entre el profesor y
los estudiantes como individuos y colectivamente. Se analizarán dos
factores centrales en estos procesos. El primero es la autoconciencia,
como el socrático “conocimiento de uno mismo” y su empleo en las relaciones
del profesor y sus estudiantes. El segundo es la inteligencia
emocional en la transmisión de la crítica constructiva.
capítulo 4
Aplicación de la inteligencia
emocional
68 LA COMUNICACIÓN EN EL AULA
C A P Í T U L O 4 Aplicación de la inteligencia emocional
4.1 La autoconciencia en las relaciones
Una intensa autoconciencia tiene dos elementos principales
los cuales son capaces de influir en las emociones, pensamientos y conducta
de otras personas, y de provocar cambios en la comunicación, a
voluntad del profesor.
Uno es la conciencia del profesor y su sensibilidad a las tendencias
conductuales, mentales y emocionales ‘en su propio yo’, reconocimiento
de su fuerza y adquisición de la habilidad para guiar y dirigir
estas tendencias dentro de canales de una efectiva comunicación
controlados por él mismo. Sin embargo, hay profesores que sin darse
cuenta desarrollan simpatía y preferencia por algunos estudiantes,
mientras que al mismo tiempo sienten indiferencia e incluso antipatía
por otros. El modo de expresión, tono de voz, manera de dirigirse a una
persona demuestra de manera no intencional su verdadero sentimiento
por un estudiante u otro. Su aproximación a un estudiante en particular,
benévola o agresiva, paciente o impaciente, radiante de satisfacción
o insatisfacción, invitará a una reacción idéntica de parte de su alumno.
El profesor debe darse cuenta de estos hechos y por tanto cambiar
su conducta habitual hacia los estudiantes, la cual probablemente ya ha
acarreado perjuicio a su reputación. Este cambio le abrirá nuevas vías
hacia unas relaciones mutuas convenientes entre él y sus estudiantes.
El otro elemento es la conciencia del profesor y la sensibilidad
a las tendencias fisiológicas, conductuales, mentales y emocionales ‘de
los demás’, que lo capacitan a convertir sus atributos en instrumentos
de comunicación efectiva.
Se debe enfatizar aquí que el profesor debe también detectar la
existencia de crisis y ansiedad entre sus estudiantes. Tan pronto como
el profesor ha diagnosticado estrés emocional en un estudiante, por la
presencia de signos de impaciencia, agitación, desatención, pérdida de
tiempo en cosas no conectadas con la clase, el profesor debe dirigirse
personalmente al estudiante con algo como “Me parece que hay insatisfacción
en Ud.”, “Me complacerá si Ud. esta dispuesto a compartir
conmigo sus inquietudes sobre el asunto”.
Para aumentar su autoconciencia sobre sí mismo y sobre los
otros, el profesor puede hacer buen uso de los siguientes medios accesibles
y aplicables:
LA COMUNICACIÓN EN EL AULA 69
a) Uso de expresiones verbales de sentimientos
Es importante emplear un lenguaje como “me parece…”, “siento
que…”, “ me impresiona que…”, “por sus palabras parecería que…”,
“veo que…”. Ya que la gente usa sus sentidos de visión y audición junto
con sus sentimientos en general, cuando ellos asimilan los datos que
les han dado, el empleo de las palabras del profesor que están llenas de
sentimientos coloca a éste al mismo nivel que sus estudiantes y esto
prepara el escenario donde la comunicación fluirá libremente. Aunque
cada quien tiene un sentido favorito que domina a los otros, el empleo
de una variedad de sentidos especifica y agudiza el proceso de transmisión
del mensaje. Las declaraciones sensoriales a través de la vista, oído,
gusto, olfato y tacto son la fuente de nuestro conocimiento del mundo.
Al refinar mensajes personales por su paso a través de los canales
sensoriales, podemos hacer que nuestros vecinos experimenten nuestras
propias sensaciones y logren un mejor entendimiento de lo que
queremos decir.
Otra ventaja del uso de expresiones verbales relacionadas a los
sentimientos es que indican que el profesor ha abandonado sus pretensiones
de sabelotodo, actitud con la que puede estimular antagonismo
y discusión con cualquiera de sus estudiantes, el cual de paso puede
estar convencido que es el único señor sabelotodo. En su lugar, el profesor
parece estar comparando y añadiendo su interpretación de los datos
disponibles, movido por su propio sentimiento personal y ofreciéndolo
a sus estudiantes como el producto de su propia meditación. De
este modo, minimiza la posibilidad de fricción con su audiencia. La inteligencia
emocional por aportar espacio para las interpretaciones de
los otros sobre el material dictado, abre la puerta para eliminar malos
entendidos.
b) Alianza de sentimiento y conocimiento
Cuando el profesor imparte su conocimiento, debe enlazarlo
con expresiones de sus sentimientos. De esta forma deja al descubierto
su satisfacción o insatisfacción con las doctrinas o teorías que está explicando.
Al hacer esto señala sus reacciones internas en la clase que
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