Primeras comunidades cristianas

LAS PRIMERAS COMUNIDADES CRISTIANAS

Al momento de hablar de los inicios del cristianismo hay que huir de una concepción positivista de la historia, basada sólo en la enumeración de hechos, puesto lo que nos interesa es analizar cómo surgió las primeras comunidades cristianas a partir del judaísmo, qué cambios específicos llevaron a la ruptura entre ambos, y cuál es el proceso de génesis y evolución de lo que acabó siendo una religión mundial. Para ello, hay que estudiar la experiencia, espiritualidad, doctrinas y prácticas que determinaron el fenómeno histórico cristiano, como también hay que abordar las ideologías, el cambio de concepción religiosa y los eventos que originaron el cristianismo.

De esta manera, lo que concierne a las primeras comunidades tenemos un problema similar al del fundador del cristianismo, puesto que las fuentes sobre ellas mezclan historia y teología, recogen datos y los mezclan con reflexiones éticas y exhortaciones. Porque lo que buscaban los primeros cristianos no era informar históricamente; sino, presentar a las iglesias lo que deben ser, es decir, proponer un modelo de identidad. Porque si bien, el hecho histórico es idealizado y narrado basándose en la realidad, pero modificada idealmente para que sirva de ejemplo; y la hagiografía por su parte se mezcla con el relato modélico y la historia se cuenta con fines edificantes; de ahí que se tiende a idealizar a los personajes, a mitigar los conflictos, a disminuir las divergencias, y a resaltar los acuerdos.

Y de esta forma, el viejo problema del Jesús histórico y el Cristo de la fe, es decir, la mezcla del personaje real histórico con el que fue objeto de la fe comunitaria, reaparece a la hora de plantear los orígenes del cristianismo y el surgimiento de las distintas iglesias. Sin embargo, hay que distinguir entre comunidad de discípulos de Jesús e iglesias cristinas, pero también no llegar a equipararlas ni ver a las segundas como un mero desarrollo y evolución de la primera. Por tanto, la iglesia católica comenzó, ya desde el siglo I, a seleccionar escritos, canonizando unos y rechazando otros, parte de los cuales se han perdido. Y de ahí, que la demarcación era complicada porque las comunidades cristianas eran un movimiento heterodoxo judío, con tensiones internas respecto a la religión madre de la que partían y que sólo con el paso del tiempo, sobre todo, tras la primera guerra judía, se fueron estableciendo criterios de ortodoxia interna y surgió la “herejía”, como fenómeno intra-cristiano, teniendo claro que al hablar de “herejía” lo hacemos en sentido descriptivo, subrayando que primero Israel, y luego la Iglesia oficial, calificaron de heréticos a algunos grupos u movimientos. 

Por tanto, la ortodoxia doctrinal se puede establecer como algo a posteriori, a partir del bando de los vencedores, pero resulta difícil de precisar al comienzo. Porque la evolución desde Jesús hacia la Iglesia está marcada por tres acontecimientos, que señalan discontinuidades y rupturas. Por un lado, hay que atender a la conexión entre Jesús y las incipientes comunidades, es decir, que se debe atender a la contribución de Jesús al cristianismo; en segundo momento, hay que tener en cuenta las diferencias entre la rama cristiana palestinense y la helenista, preponderante en las colonias judías del Imperio romano; y finalmente hay que estudiar las relaciones internas entre las comunidades judeo-cristianas, con sus dos ramas palestinense y helenista, y las iglesias de gentiles, es decir, que la mayoría era no judía, y que por consiguiente,  el cristianismo se basa en una doble división dualista;  judíos y paganos, dentro del Imperio, y palestinense y helenistas dentro del judaísmo.

Si hablamos de Jesús y su comunidad de discípulos se ha de decir que Jesús era un reformador judío, el profeta del reinado de Dios, tanto en sentido espacial como personal, sabiendo que el propósito de Jesús no era fundar una iglesia separada; por eso, su predicación se centró en Israel y tenía resistencia a trabajar con no hebreos y lo que buscaba era reconstituir la sociedad para que Dios reinara en ella. Y por ello formo a un grupo de doce discípulos, es decir la primera comunidad cristiana donde en un principio utilizaban el simbolismo para representar a una comunidad, sin embargo, cabe recordad que Jesús tenía un grupo selectivo o que tenían una mayor cercanía a Jesús, tales como Simón “Pedro”, Juan, Santiago y Andrés, con los que buscaba cambiar mentalidades y transformar las relaciones personales que tenían ellos en función del reino de Dios que predicaban. Y por ello se puede decir que el grupo de Jesús era un grupo carismático y profético, con claros rasgos heréticos y cismáticos respecto a la religión oficial hebrea. Su comprensión del judaísmo se basó en una reinterpretación de la Escritura, de la tradición y de las leyes en función de una renovada concepción de Dios.

Ahora bien, la escatología cercana que también defiende Pablo  se convirtió en un problema por el retraso del tiempo final, insistiendo en la necesidad de perseverar vigilantes, lo que explica también la ausencia de estructuras, instituciones y cargos en la época de Jesús es decir, que la comunidad inicial estaba muy poco estructurada, dado que la conciencia de que el grupo formaba parte de Israel, como el mismo Jesús, y de que el reinado de Dios se impondría en Israel desde la comunidad de discípulos, se unía a la idea de una cercana intervención divina. Y por eso no había gran interés por organizar el grupo y prepararlo para la misión. Y que, en esta misma línea, tampoco había interés por las misiones fuera de Israel ni intencionalidad alguna de constituirse como una religión aparte del judaísmo. Es decir que, lo básico era el contraste de los discípulos con Israel, mientras que había un lógico desinterés por instituciones, cargos y estructuras, que luego cobraron un gran significado.

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