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Cuentos Infantiles


Enviado por   •  2 de Abril de 2014  •  1.134 Palabras (5 Páginas)  •  469 Visitas

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CUENTOS

LAS ABEJITAS JUGUETONAS

En un panal había tres abejitas, que por primera vez iban a buscar néctar de las flores del campo. La reina de las abejas le dio un cántaro vacío a cada una y les ordenó traerlos bien llenos al caer la tarde. Las abejitas partieron volando a cumplir su tarea. La abeja mayor empezó inmediatamente. La del medio, se dedicó a escuchar las historias que le contaban las flores y los insectos. La más pequeña juntó muestras de todos los colores que encontraba en las florecillas. Sin que se dieran cuenta, de lo entretenidas que estaban, llegó la hora de volver al panal. En la entrada las esperaba la reina y su corte.

La abejita mayor entregó su cántaro lleno y fue felicitada por todas las abejas. Luego le tocó a la del medio. Cuando mostró su cántaro con solo la mitad con néctar, la reina le dijo enojada: “¿Eso es todo lo que traes?” “No”, dijo la abejita. “Además tengo muchas noticias y chismes que me contaron las flores y los insectos.” Y así entretuvo a la reina y al panal por mucho tiempo. Las abejas también la felicitaron.

Al final le tocó a la más pequeña. La reina le preguntó: “¿Y tú, cuánto néctar traes?”, la chiquita dijo: “Yo, traigo un tercio del cántaro con néctar y muchos colores, para que todas nos pintemos y nos veamos muy lindas...” las abejas se pintaron e hicieron una fiesta.

OSCAR EL PINGÜINO DIFERENTE

Los pingüinos son mundialmente conocidos por lo elegantes que son. Siempre visten de etiqueta y su andar es estirado y pomposo.

Un día estando Oscar, el pingüino, mojando sus patitas en el helado mar, notó que flotando llegaba hasta él una hermosa caja. Rápidamente Oscar la abrió y maravillado observó su contenido. No podía creer lo que sus ojos de pingüino veían... ¡la caja contenía muchos frascos llenos de alucinantes colores!. Y Oscar aprovechó la ocasión. Pintó su elegante frac de fuertes azules y amarillos, su pechera blanca terminó siendo anaranjada con puntos verdes. Se dibujó una corbata celeste y lila y sus pies los pintó rojos con rayas moradas. Oscar resplandecía, porque el sol había salido a iluminar tanto colorido, en la siempre blanca, nevada y helada antártica.

Entonces Oscar empezó su triunfal paseo. Los demás pingüinos quedaron asombrados. Reían. Saltaban. Silbaban. Aplaudían. Ese día fue el gran día de Oscar. Por fin, aunque fuera por poco tiempo, era diferente. Y la diferencia, lo hizo feliz.

Entonces, Oscar cambió su nombre, ahora se llama Arcoiris, porque, aunque volvió a vestir de etiqueta, lleva todos los colores en su corazón.

LOS CONEJITOS DE COLORES

Había una mamá coneja que tenía muchos conejitos. Todos eran muy blancos, y también, como todos los niños, eran muy juguetones y un poquito locos. Así que siempre estaban jugando por el campo.

Pero, un día, todo el paisaje apareció también blanco. ¡Había nevado!

Cuando la mamá

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