Me detengo

Por un momento lo olvide, pero allí está; abro los ojos e intento observarle, pero me sorprende al ver como el manto oscuro de la noche a decaído sobre esta anticuada estructura de concreto y metal que protege hoy nuestras pieles débiles ante el frío implacable de la noche; pieles que deben mantenerse calientes, y es ahí, en ese calor que emerge por su piel, el espacio donde me encuentro con mis perturbadas ansias y mis más primitivos instintos de reproducirme… sin tener éxito. // Mi mano se desliza sobre su rostro e intenta dibujarlo, intenta dibujar la boca que deseo, boca que como dice Cortázar... “mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no puedo comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja”. Tras esa sonrisa que me muestra la noche, y el blanco intenso de sus ojos que brillan aún en ausencia de luz, En un instante me abalanzo sobre su cuerpo, le abrazo, un abrazo tan fuerte y profundo que nuestros cuerpos se funden en uno solo; en ese momento, solo deseo que se desdibujen los límites de la piel y pudiese entrar dentro mí. //Como respuesta a tan potente y pretensiosa muestra de afección, mi boca se ve envuelta en el fino, cálido y húmedo de su saliva que se encuentra con la mía; sus labios empiezan a besarme suave pero siempre apasionadamente, nuestras lenguas se encuentran y se deslizan una sobre la otra, me dejo llevar por sus besos, mientras todo mi cuerpo responde a tal estimulo haciendo crecer mi deseo por penetrarle, sus dientes intentan morder mis labios, pero aún conservo mis reflejos ante el miedo que me produce el dolor, y sucumbo de un brinco a su cuello, la beso, se estremece, su respiración aumenta, mis manos acarician su espalda y sus nalgas, mi pecho siente el rozar de sus pezones que se endurecen poco a poco, sus pezones, de inmediato mi cabeza y mi boca se deslizan por su cuello y nuevamente los instintos primitivos se apoderan de mis sentidos y empiezo a lamer sus pequeños pero firmes senos, mis manos se apoderan de ellos y los aprietan fuerte. // Su corazón se acelera, mi sangre se calienta, su respiración aumenta y empiezo a sentir calor. Quiero besar sus labios, mi boca los encuentra muy cargados de energía, mientras aprieto con mis brazos todo su cuerpo nuevamente parece que nos fundiéramos en un solo cuerpo. Bajo a su pecho, le beso, le

acaricio, le robo su calor, mientras siento como sus manos se posan sobre mi cabeza, como indicando la dirección al sur. Sonriente me dirijo a sus entrañas, en mi recorrido beso su piel, al llegar, mis ojos observan cautelosos y aprecian con sutil morbo su vagina. Mi nariz percibe su olor, ese olor amargo que me gusta sentir, mis labios se acercan y con el primer roce, vibra todo su cuerpo, la beso, pero mi mente está atenta a todos sus movimientos. // Aprieto mis labios contra los suyos, me aprieta entre sus piernas, mi lengua presiona su clítoris y mientras tanto mi dedo la penetra con suavidad, veo como sus manos se enloquecen y pierden el rumbo... me deslizo besando sus piernas mi cuerpo se acomoda sobre ella, la miro fijamente a los ojos, mientras mi mano guía mi pene a su vagina, sigo observándole fríamente, la penetro y su mirada y la mía cambian drásticamente, ahora no veo sus ojos, giran como enloquecidos en sus orbitas. Sus caderas se mueven al ritmo de la canción de fondo que no puedo entender que también intenta tapar nuestros sonidos pornográficos, el corazón y la respiración se acelera, mi cuerpo se siente como drogado, como cuando la madre tierra te ofrece sus frutos y los pruebas. Ahora he perdido toda la ternura con la que intente conquistarla. Mi pene entra y sale de su vagina, cada vez con más fuerza, cuanto más profundo sea, más fuerte va a ser el sonido producto de sus contracciones musculares, que se prolongan en medio de índras, amazonas, columpios,

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