Metapolitica

Fallas sistémicas en el sistema de Educación Superior

La ausencia de un currículo interdisciplinario, señalando que la sola Inclusión de una materia obligatoria sobre sustentabilidad no generará alumnos con educación ambiental capaces de ver las conexiones entre sus sujetos de estudio y el medio ambiente.

Esta visión entraña una transformación que va mucho más allá de añadir materias o hacer cambios en los contenidos de las existentes, sugiere un cambio epistemológico fundamental en nuestros procesos de educación, tanto en las formas de pensar, como en las prácticas de enseñar. A esta transformación necesaria de la Educación Superior hacia un nivel más integrador y completo, implicado en una visión sistémica de la sustentabilidad, tanto en la educación como en la sociedad.

la educación superior en México opera en un entorno de políticas altamente fragmentado.

Las universidades autónomas ejercen el autogobierno en materia académica, operan con leyes orgánicas promulgadas por los congresos estatales y aunque reciben parte de su subsidio del gobierno estatal, están particularmente atentas a los programas de financiamiento de la Subsecretaría de Educación Superior e Investigación Científica [SESIC] en el gobierno federal; Los institutos tecnológicos federales están directamente subordinados a otra dependencia federal, la Subsecretaría de Educación e Investigación Tecnológicas, y funcionan en un marco nacional unificado de criterios curriculares y de gestión académica; Las instituciones privadas deben cumplir ciertos requisitos mínimos de infraestructura y organización académica para obtener la licencia de operación (RVOE) y lo pueden tramitar ante tres instancias: la SEP federal, la secretaría de educación pública de su estado, o la universidad estatal.

Es legítimo preguntar si esta estructura fragmentada permite el pleno desarrollo de las funciones de la autoridad que teóricamente debe velar por el cumplimiento de los fines públicos de la educación superior para el conjunto de la sociedad, independientemente de la forma de sostenimiento de las instituciones (pública o privada), es de dudar que una estructura de autoridad fragmentada cuente con las condiciones suficientes para asegurar el mejoramiento continuo de la calidad y la pertinencia en todo el sistema de educación superior. Si la perspectiva de las políticas públicas es la que vela por el interés público, la incapacidad relativa del estado para hacerlo en toda la extensión de la educación superior se hace evidente en esta estructura fraccionada.

Existe ausencia de indicadores de calidad para las IES

El crecimiento exagerado de las instituciones que buscan lucro con un gran despliegue marquetero y de publicidad engañosa, y se propicia a la mercantilización de la educación superior. Utilizando a la Educación Superior no como un instrumento de conocimiento si no como una herramienta para fines propios.

existe un excedente de oferta de egresados, respecto de la demanda laboral que tienen en el mercado de trabajo. Además de lo anterior, la matrícula se concentra en las carreras de Contaduría, Administración, Derecho y Medicina.

Por lo anterior, se presentan ineficiencias en el gasto público, porque los egresados están subvaluados, desempleados y/o subempleados, percibiendo ingresos menores a los que deberían obtener, por lo cual su rentabilidad es baja, respecto a lo invertido en ellos y lo que producen.

Con lo anterior, la educación superior ya no está siendo factor determinante de movilidad social, lo que implica un reacomodo a las exigencias de esta sociedad que por años tubo preferencia en la necesidad de cursar las carreras antes mencionadas,

Ausencia de un proyecto de sistematización de carencias dentro del sistema

Esto

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