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Domingueka


Enviado por   •  22 de Noviembre de 2011  •  5.518 Palabras (23 Páginas)  •  621 Visitas

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El viernes de la semana antepasada, a tres horas y media de Santa Marta y a dos de Mingueo, corregimiento de Dibulla, se celebró en un resguardo llamado Domingueka, la primera reunión entre los cuatro cabildos de la Sierra con representantes del Ministerio del Interior y del Ambiente y con el Vicepresidente de Puerto Brisa. El objetivo era planear cómo se iba a hacer la consulta previa que ordenó la Corte Constitucional cuando frenó el proyecto del puerto hace exactamente un año.

Domingueka es un caserío de unas 20 casas indígenas de bahareque y palma construídas alrededor de la maloka principal, donde se llevó a cabo la reunión. Sentados en sillas Rímax, de un lado estaban los mamos de la Sierra y los cabildos con sus poporos, y del otro los blancos. Alrededor de la maloka estaban los jóvenes indígenas, pendientes de los mayores. La jornada empezó a las siete de la mañana, pero la discusión en forma sólo empezó hacia el mediodía.

Los kankuamos y el Gobernador de la Guajira Jorge Pérez llegaron tarde. El gobernador llegó en su camioneta con el Vicepresidente de Puerto Brisa. Que ambos llegaran juntos no pareció sorprender a nadie sino que, por el contrario, ratificó el temor que tienen muchos indígenas de que el Gobernador esté ya del lado de la empresa.

“Nosotros no nos oponemos al desarrollo, pero creemos que hay que tener en cuenta la diversidad étnica también”, dijo al comienzo de la reunión el Cabildo Gobernador Kogui José Santos. Lo que piden son los estudios, ambientales, sociales y de ingeniería que han consultado los ministerios y a los que ellos no han tenido acceso. Uno de los cabildos les recuerda que el convenio 169 de la OIT ordena que la consulta previa sea informada. Y ellos información no tienen.

“Pero ni el Gobernador sabe de qué se trata este proyecto, a nosotros solo nos ha hablado de desarrollo pero sin detalles”, dijo el Cabildo Kogui antes de que el Gobernador interviniera en la reunión. Su intervención fue corta. Habló diez minutos en los que saludó a cada uno de los cabildos y funcionarios de gobierno e insistió en que espera que indígenas y empresa puedan ponerse de acuerdo. Pocos minutos después se fue del resguardo.

Su propósito era ‘dar su bendición’ al proceso de preconsulta que deben programar ambas partes, porque ponerse de acuerdo en las fechas y los horarios no es tarea fácil. Ya eran las cuatro de la tarde, y todavía no había hablado la empresa Puerto Brisa. Faltaba todavía determinar cómo harían la consulta previa. Toda la discusión seguía en revisar conceptos, resoluciones o sentencias como si fueran las reglas de juego en la discusión. Luego del almuerzo de carne, plátano y arroz ofrecido por los indígenas, continuó la reunión.

Mientras todos almorzaban, en la Maloka se quedó mambeando Arregocés Comchacala, quien fue Cabildo gobernador Kogui. “Entre norma y norma, esto es mucho estrés para los pueblos”, dice. Y abre su mochila para que jóvenes que pasan a saludarlo metan unas hojas de coca a cambio de las que él pone en las la mochilas de ellos, una forma de saludo.

Afuera llueve pero dentro de la Maloka no hace frío porque hay dos pequeñas fogatas prendidas. Arregocés cuenta que la noche anterior los cabildos se quedaron hasta las tres de la mañana fijando su posición. Algunos, de hecho, sienten que con solo discutir el proyecto traicionan a los mamos que pidieron oponerse desde un principio a la construcción del puerto. Otros creen que hay que hacer primero la consulta previa, para que luego la Corte no diga que hubo falta de voluntad.

Arregocés fue Cabildo Gobernador por 25 años y se sabe todas las normas: las de antes de la Constitución del 91 y las más recientes y se dedicó en los noventas a que campesinos y terratenientes respetaran el territorio indígena de la Sierra Nevada. Y aunque las leyes y el enemigo para él pudieron cambiar de cara, las únicas leyes que no han cambiado son las de su pueblo.

“Vamos a seguir dando la pelea, a La Sierra le toca estar unida, estos proyectos no pueden dividir al pueblo por la plata. Porque cada cosa que van haciendo la hacen sobre los sitios sagrados”, dice.

Cuando arranca de nuevo la reunión llega una sorpresa. La vocera del Ministerio del Interior, Paula Bernal, pide disculpas públicas por “el Ministerio haber notificado la no presencia de comunidades indígenas en 2005”. La frase fue rápida, pero no pasó desapercibida. Los cuatro cabildos y el representante de la Defensoría del Pueblo pidieron que las disculpas quedaran registradas en el acta de la reunión. La disculpa ellos la merecían desde hace unos años.

Los indígenas recordaron que en 1998 y 1999 el Ministerio de Ambiente no otorgó la licencia a Prodeco S. A. ni a la empresa de carbones el Cerrejón cuando éstas quisieron construir un puerto en esa zona. Y no lo hizo porque, en esos años, la Dirección de Etnias sí ordenó la consulta y en ella quedó claro que en la zona dónde querían construir el puerto está Jukulwa, cerro sagrado de los pueblos indígenas. Así que se frenó.

“Al cortar el cerro se pierde la cadena de comunicación espiritual de la Sierra. La Sierra tiene una conexión con otros países, una conexión espiritual”, explicó a La Silla Comchacala.

Además de que es un sitio dónde los indígenas hacen pagamentos, es también la principal fuente que tienen de caracuchas, conchas de mar que luego son tostadas y cuyas cenizas se introduce en el poporo -calabacín vacío- para mambear. Ninguno de los cuatro pueblos indígenas vive en Dibulla, ni tienen resguardo en Jukulwa. Pero por la importancia espiritual que tiene para ellos el cerro, le habían puesto freno a la construcción. Hasta que llegó Puerto Brisa, la única que sí obtuvo la licencia por el ‘error’ del Ministerio y que ya cortó el cerro sagrado en dos.

A la seis de la tarde llegó por fin la intervención del Vicepresidente de Puerto Brisa, quien se había mantenido en silencio durante toda la reunión. “No tenemos problema con que lo que está en los Ministerios sobre la empresa sea conocido por el público, pero no la información que tiene reserva”, dijo.

Sacó una hoja de su morral y leyó un comunicado oficial de la empresa para la reunión: dice que respetan a las comunidades indígenas, que quieren cumplir con la sentencia de la Corte Constitucional y que esta los incluye a ellos como miembros de la consulta multicultural. Y termina, “pero no vamos a salir completamente de acuerdo”.

Sobre las implicaciones culturales del puerto no habla. Se queda en que ya tienen la licencia ambiental pero que aun así la Corte ordenó discutir los impactos del

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