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Algoimportante


Enviado por   •  29 de Enero de 2014  •  1.241 Palabras (5 Páginas)  •  328 Visitas

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El primer Grito independentista del 19 de Abril proyectó su eco más allá de los límites patrios. Fue una jornada de identidad universal. Así lo expresa de Junta Suprema de Caracas al asumir los poderes soberanos, enviando Misiones Diplomáticas a las Antillas, Estados Unidos e Inglaterra y emprendiendo otras acciones importantes como corresponde a un Estado independiente.

Venezuela era la Colonia de Colonias; había dependido de Santo Domingo en lo judicial; de Puerto Rico en lo religioso y de Nueva Granada en lo político. Dio no solamente los hombres que demandaba la epopeya, sino al mismo tiempo mentes lúcidas requeridas para la realización exitosa de la emancipación del Nuevo Mundo. Con Miranda, Bolívar y Sucre, hombres de pluma y espada, soldados filósofos, produjo intelectuales esclarecidos como Bello, Gual y Roscio que en Chile, Nueva Granada y México regaban la simiente del saber.

Los diplomáticos venezolanos concurrieron ante las Cancillerías extranjeras para dar a conocer los legítimos derechos de Hispanomérica de ser independiente y soberana; de invocar los Derechos del Hombre y del Ciudadano y de instaurar el sistema republicano como la mejor forma para gobernar los países libres y democráticos.

De la revolución del 19 de Abril de 1810 se ocupó la prensa europea con sumo interés, sobre todo la de España. Las noticias iniciales acerca de esta jornada revolucionaria de Caracas las publica J. Blanco en su periódico El Español de fecha 30 de julio de 1810, editado en Londres. También la Gaceta Extraordinaria de la Regencia el 8 de agosto del mismo año; el Observador N° 12 del 14 de septiembre y otros periódicos españoles.

El 18 de abril los conspiradores se dan cita en la casa de Valentín Ribas, para coordinar los últimos toques al plan trazado para dar al traste con la situación imperante. El 19, los conjurados salieron de la casa del doctor Ángel Álamo, situada en la esquina de Santa Teresa, para asistir a la sesión extraordinaria del Ayuntamiento, convocada en forma irregular por el Vice Presidente Llamozas, ya que, de acuerdo a las normas legales, era el Capitán General Vicente Emparan quien tenía esa prerrogativa.

Se celebraba la Semana Santa. Emparan se dirige a las Casas Consistoriales, a las ocho de la mañana, para presidir la sesión extraordinaria. En los alrededores de la Plaza Mayor se congregaba la gente del pueblo, para vocear las consignas predeterminadas. El presidente del Ayuntamiento, Emparan, sin imaginarse la suerte que lo esperaba, ocupa su correspondiente sillón. El vicepresidente se excusa de la ilegal convocatoria, pero la justifica por la noticias recibidas acerca de la prisión del Rey Fernando VII, por lo que se infería que la América caería en las garras de Napoleón, argumento secundado por el resto de los ediles.

Irguiéndose sobre el murmullo de la Sala, Emparan no pierde la serenidad y les aconseja calma y prudencia ya que, según él, las informaciones transmitidas desde la península eran favorables, y enseguida se dirige a la Catedral, con la impresión que había dominado a la asamblea.

Los Consistoriales quedan confundidos, imprecisos, pero de pronto el decidido e impulsivo Francisco Salias, quien sería en el tiempo Edecán de Miranda y prisionero del Zambo "Palomo", sanguinario como su jefe Monteverde, se yergue aureolada sus sienes con la dignidad de la patria, y como un cóndor cruza la plaza, y a la puerta de la Catedral intercepta al Capitán General y le conmina regresar al Cabildo. Los demás gritan también: Al Cabildo! Al Cabildo!. Ya Salias tenía asido a Emparan por un brazo, y como una presa dócil lo conduce a continuar la sesión solemne. Este, con la vista, busca amparo en el capitán Luis de Ponte, Capitán de la Compañía de la Reina, encargada de guardar el orden público, quien lejos de obedecerle, desconoce su autoridad y se retira con las tropas.

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