El asesinato de Andrés Escobar.

El asesinato de Andrés Escobar Saldarriaga

Presentado por:

Andrés Romero Álvarez

Iván Velásquez Domínguez

Colombia Contemporánea

Universidad de Cartagena

Primer avance

Objetivos generales

• Indagar cómo trató la prensa colombiana de los años noventa el asesinato del exfutbolista Andrés Escobar Saldarriaga.

Objetivos específicos

• Relacionar el asesinato de Andrés Escobar con el contexto social de Colombia en la década de los noventa.
• Identificar las repercusiones que originó el suceso no solo en el ámbito social, sino deportivo y periodístico.
• Reconocer los actuales cambios de la sociedad colombiana con respecto a los hechos ocurridos en 1994.
• Hallar archivos periodísticos que nos lleven a comprender la situación desde el ámbito judicial y anexarlos con el ‘sentir’ de todo un país.

Justificación

Las décadas de los ochenta y noventa han sido de las más violentas en la historia de Colombia. El terror invadía las calles de las ciudades principales (Bogotá, Cali y Medellín), producto de la guerra por el narcotráfico. El poder de la mafia se consolidaba en una nación manchada por la corrupción: políticos, empresarios, autoridades y personalidades reconocidas se convirtieron en elementos de los grandes carteles que dominaban el territorio nacional.

El deporte, en especial el fútbol, no era ajeno a la problemática. Grandes equipos del país recibían numerosos beneficios, premios e incentivos por parte de los ‘pesos pesados’ de la mafia a raíz de sus resultados en cada juego. No solamente desde el aspecto económico se percibió la influencia de los carteles en el balompié, la violencia también comenzaba a manchar la pelota. Álvaro Ortega, árbitro reconocido,  fue asesinado en 1989 al finalizar un encuentro entre Independiente Medellín y América de Cali, válido por el campeonato local; y que provocó la cancelación total del mismo.

Por otro lado, la Selección Colombia lograba el paso a la Copa del Mundo Italia 1990, tras 28 años de ausencia, lo que derrochó un brote de carnaval y fiesta en un estado herido por la violencia diaria.

La década de los noventa fue, quizás, el eslabón más glorioso del fútbol colombiano. El gol de Freddy Rincón a Alemania, tras un recital de pases entre Leonel Álvarez, ‘El Bendito’ Fajardo y Carlos Valderrama, y la famosa goleada (5-0) a Argentina avivaron el clamor nacional. Todo era euforia, alegría e ilusión. Sin embargo, el panorama cambiaría extremadamente. Era el principio de una tragedia, tal como lo presagiaba Hernán Darío Gómez: “Pacho, la cagamos”.

Además, hay que tener en cuenta las excesivas celebraciones que descontrolaron con más violencia a un país llevado por la misma. Más de mil riñas, accidentes de tránsito y cientos de muertos producto del alcohol reflejaban la falta de tolerancia de una sociedad que presagiaba lo peor entorno al momento de vivir el fútbol.

Aquel combinado nacional, dirigido por Francisco Maturana (ganador de la Libertadores de 1989), arribaba como el principal favorito -según declaraciones de Pelé- para llevarse el Mundial de Estados Unidos 1994. No era para menos: Carlos ‘El Pibe’ Valderrama, Faustino Asprilla, ‘El Tren’ Valencia, Freddy Rincón y Óscar Córdoba mimetizaban un plantel de lujo que jamás perdió un juego en antesala al mayor evento de la FIFA.

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