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VEJEZ Y MUERTE COMO ESPACIO DE CONSTRUCCIÓN DE SENTIDO


Enviado por   •  18 de Julio de 2013  •  1.500 Palabras (6 Páginas)  •  495 Visitas

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1. ETAPA ADULTA TARDÍA

Las denominaciones con respecto a la etapa de la vejez han ido cambiando aceleradamente en los últimos años, en respuesta a la necesidad de acercarse cada vez más a la esencia de la dinámica de los cambios que ocurren a esta edad. Así aparecieron los términos: tercera edad, adulto mayor, viejo, senil, anciano y el último denominado es adultos en plenitud. Estos conceptos resaltan la incapacidad para comprender al hombre en su dimensión de temporalidad y sus manifestaciones de la negación que existe hacia el proceso de envejecimiento. Si el proceso se denomina envejecimiento, es correcto que a las personas que estén en dicha etapa se les llame viejos y se requiere de un proceso se sensibilización para quitar la connotación negativa, de prejuicio, mito, etiqueta o estigmatización y de resistencia a dicho término y a este proceso. En algunas culturas antiguas los viejos eran reconocidos por su longevidad y eran el centro de la sabiduría y la experiencia, eran los guías de los jóvenes. Con el arribo de la sociedad industrial aparece la connotación negativa hacia ellos. Por lo que se requiere rescatar los valores perdidos, así como la dignidad de los mismos.

Existe una resistencia a hacerse viejos por el temor a perder el control, la independencia o autonomía, el estatus social, familiar y personal (autoestima).

EL crecimiento de los adultos mayores se debe a: 1) la disminución de nacimientos; 2) el aumento en la mejora de las prácticas en los cuidados de salud;3) El control de las enfermedades infecciosas; 4) Los avances científicos y tecnológicos de la medicina como fue la aparición de los antibióticos, las inmunizaciones, y los equipos de diagnóstico; 5) La disminución de la mortalidad.

Continuando con las implicaciones sociales del envejecimiento cabe mencionar que el aumento de años no garantiza la disminución en las necesidades básicas. Ese ser humano sigue teniendo hambre, frío, dolor y requiere de un marco que oriente su vida y le dé significado, espera afecto, cariño y una vida valiosa en el amor y la sexualidad, necesita saberse independiente, productivo, auto eficaz, autosuficiente, sentir que coopera con sus tareas en la construcción del mundo.

Además se toma en cuenta la edad cronológica para determinar las etapas del envejecimiento, sin embargo se conoce que éste proceso, es un fenómeno universal, natural, gradual, individual, es decir es único en cada individuo, por lo que la edad no es el mejor parámetro para definirlo, ni para pronosticar su avance. Es la forma de relacionarse con la vida, con el mundo de los otros y consigo mismo.

En la búsqueda de los factores que impactan negativamente el proceso de envejecimiento se han estudiado dos: el primero remarca el resultado de las contingencias de la vida que se reduce a tres palabras: uso y desgaste; el segundo resalta al reloj biológico que anuncia el inicio. A pesar de los avances, ambas parecen insuficientes: la primera porque presupondría que la persona llega al mundo en la plenitud de sus facultades, lo cual no es verdad. Pues en ocasiones el uso lleva a la actualización de una facultad y en otras la conduce al deterioro. La segunda tampoco es válida, pues desde el inicio de la misma vida hay células que envejecen, así como otras que están naciendo, y por otro lado se sabe que el proceso de envejecimiento en relación con los eventos degenerativos o la pérdida de potencialidades se inician alrededor de los 30 años de edad y lo hacen a un ritmo del 1%, por lo que al llegar a los 80 años de edad se habrá perdido el 50% de dichas potencialidades.

Existe la necesidad de seguir estudiando el fenómeno del envejecimiento para encontrar todos los factores que lo desencadenan o aceleran y al respecto se conoce de la influencia en ello de los indicadores sociales sobre dicho proceso.

En los estudios que se hacen de la persona anciana, de alguna manera, sigue prevaleciendo este enfoque carencial que destaca en el orden fisiológico; los cambios de apariencia física, la declinación gradual del vigor y la pérdida de la habilidad física para resistir las enfermedades o las condiciones a las que se enfrenta el individuo por el medio, en los aspectos psicológicos; el deterioro en los procesos sensoriales, las destrezas motoras, las percepciones, las inteligencias, la habilidad de resolver problemas, el entendimiento, los procesos de aprendizaje, los impulsos y las emociones, las dificultades en el comportamiento: actitudes, expectativas, motivación, auto-imagen, roles sociales, personalidad y los ajustes psicológicos a la vejez. El aspecto social de estos estudios, le da seguimiento a las limitantes que aparecen en la salud, el ingreso, el trabajo, las actividades grupales

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