Asesino covid

Este año será para recordar en nuestro país, tanto por el covid, como por las masacres de jóvenes. Estos hechos se vuelven cada vez más frecuentes, colmando de miedo a los ciudadanos y en especial a los jóvenes, los cuales son las principales víctimas de estos lamentables sucesos.

Los casos siempre han estado a lo largo de la historia, pero no era considerado un caso frecuente, pero en agosto se desató una gran ola de asesinatos por parte de grupos armados u otras instituciones a los que se les atribuye estos hechos.

La cifra de víctimas es verdaderamente trágica, desde el 8 hasta el 26 de agosto se han contado un total de 16 víctimas en diferentes zonas del país, más específicamente en el suroriente del país, donde siempre ha estado presente la tasa más alta de violencia, una de las principales rutas de narcotráfico y una alta presencia de grupos al margen de la ley. Según la HRW (Human Rights Watch) los grupos armados aprovechan la situación del covid para crear terror y abusar de la población civil. 

Aunque el general Jorge Luis Vargas dice que la tasa de homicidios violentos ha sido la más baja  en los últimos 46 años.

Hay que tener en cuenta que estos crímenes se desarrollaron en un momento de confinamiento gracias al covid, lo cual muchos medios tomaron como excusa para enmascarar lo sucedido.

Al suroriente se le atribuye el asesinato de Michael Márquez, de 15 años, y Cristian Felipe Caicedo, de 17 años, en el límite entre  Nariño y Cauca, la masacre de 8 jóvenes: Daniel Vargas, Campo Elian, Brayan Cuarán, Laura Mishael ,Riascos Melo, Sebastián Quintero, Óscar Obando, Byron Patiño y Rubén Ibarra, en Samaniego, Nariño.

El valle del cauca fue el lugar de otra masacre, esta vez de 5 cinco jóvenes que rondaban las edades de 14 y15: Juan Manuel Montaño, Jean Paul Perlaza, Leyder Cárdenas, Jair Andrés Cortez y Álvaro José Caicedo. 

A esto se le suma el asesinato de Michel Andreina Gómez Calvete, la cual fue encontrada muerta en una finca del municipio de Caucasia en el bajo Antioquia.

Ante estos casos el gobierno no daba muchas aclaraciones, por el contrario, intentaban negar o sosegar los hechos con un sentido pésame o con la prueba de que se comunicaron con la familia de las víctimas, aunque esto no ayude en nada a la investigación ni a encontrar los victimarios de estos jóvenes.

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