El Cibergrooming

El cibergrooming.

El grooming o cibergrooming es un método utilizado por pederastas para contactar a niños y adolescentes en redes sociales o salas de chat y convencerlos para que realicen poses provocativas o desnudos ante la webcam. El acceso a Internet por parte de niños y adolescentes sigue aumentando, ya que este medio de información es una herramienta que les permite encontrar datos necesarios para su formación escolar, además de representar una forma de entretenimiento muy versátil.

En los últimos años este ilícito, denominado cibergrooming, se ha convertido en uno de los más comunes entre los denominados delitos informáticos. Se estima que 1 de cada 7 menores que acceden a foros de discusión y chats han recibido propuestas indebidas o sufrido algún tipo de acoso, y tan solo 27% están dispuestos a informar lo ocurrido a sus padres.

Las redes sociales son el medio ideal para pedófilos debido a que les permiten establecer contacto con los niños, frecuentemente entre 10 y 15 años, para engañarlos y, después, iniciar un tormentoso acoso sexual. En algunos casos, se puede buscar la introducción del menor al mundo de la prostitución infantil o la producción de material pornográfico.

El daño al niño que ocurre en la pornografía infantil y en el grooming tiene una dimensión inherentemente moral. El acto tiene que ver con la vulnerabilidad en los niños, la cuestión del daño, la inocencia infantil y la vulnerabilidad de los derechos individuales.

El grooming es un proceso que comúnmente puede durar semanas o incluso meses, variando el tiempo según la víctima y que suele pasar por las siguientes fases, de manera más o menos rápida según diversas circunstancias:

Modus operandi:

•Establecen intereses comunes. Desarrollan la nueva amistad haciéndole ver al menor, cuántas cosas comparten gracias a los datos que el mismo niño proporciona en su página, foro, chat o red social.

•Obtienen su confianza. Lo logran mediante apoyo constante a sus ideas.

•Guardan el secreto. Desarrolla intimidad con el menor, lo convencen de que son los mejores amigos y que nada debe interponerse entre ellos.

•Se rompe la barrera. Aquí se rebasan los límites, ya que el acosador pide información más comprometedora o reveladora, o sugiere que haga cosas ante la cámara, como la masturbación o la simple exhibición, luego de convincentes intentos para que lo haga, graba la escena en video, las cuales servirán posteriormente para chantajear o forzar al chico a encontrarse en algún lugar.

•Intimidación. La víctima es enfrentada a la posibilidad de que se exponga todo lo privado que ha mencionado a sus amigos o familiares; incluso es amenazada con ser lastimada si no accede a una cita, dar información o hacer lo que se le pide. Incluso son capaces de obligarlos a verlos en persona y abusar así de ellos.

•Encuentro físico. El acosador consiguen que el menor lo vea y generalmente le pide que lleve a esa cita el equipo que usó en sus conversaciones.

La intimidación en línea puede hacer que los niños tengan baja autoestima, dejen de ir a clases, se depriman o intenten suicidarse. Las amenazas hechas a través del Internet pueden ser más dañinas que las efectuadas en persona, ya que no hay manera de evitarlas y pueden ocurrir todos los días. Además, los jóvenes temen decir lo acontecido a sus padres porque no quieren que limiten su acceso a la web.

¿Qué hacer?

Se recomiendan estas, sencillas pero efectivas cosas, que los adultos pueden hacer frente a este fenómeno:

• Disminuir el uso inadecuado de la cámara web.

• No permitir que el niño tenga el computador o notebook en su habitación.

• Limitar el tiempo de conexión a internet.

• Tener en el equipo, un software de control parental, que evite páginas no aptas para menores.

• Dejar claro al menor que al más mínimo problema debe solicitar la ayuda de sus padres, no castigarlo ni regañarlo, si no que ayudar.

“Conclusión”:

El grooming es un abuso que puede afectar la vida de inocentes y dejarlos con serios traumas, problemas de personalidad, afección social e incluso puede orillarlos a intentar el suicidio. Por ello, se insiste a los padres a que estén pendientes de la navegación de sus hijos por internet para evitar que sean las próximas víctimas de este delito.

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