El Culteranismo
daniel2712148 de Febrero de 2015
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Culteranismo
Luis de Góngora, creador del Culteranismo o Gongorismo, por Velázquez.
Estética del Barroco español dentro de la más general del conceptismo, con el cual comparte la intención de enrarecer y aquilatar la expresión separándola del equilibrio y claridad clásica, pero en un máximo de expresión estética no para aclarar el mensaje mediante el procedimiento de la paráfrasis, sino para impresionar y confundir con lo laberíntico, sensorial y disperso de la expresión y de aplicarse fundamentalmente al género lírico y al verso en vez de a la prosa.
El estilo culterano es una amplificación no parafrástica, porque no pretende explicar, sino deleitar con el ejercicio intelectual del enigma. Se conoce a esta estética también como Gongorismo a causa de su mayor exponente español, el poeta cordobés Luis de Góngora, que contribuyó a formarla y le dio su forma definitiva.
En otros países existió una estética semejante: en Italia el Marinismo (por el poeta Gianbattista Marino, 1569-1625); el Preciosismo en Francia (Vincent Voiture, 1598-1648) y el Eufuismo en Gran Bretaña (John Lyly, 1553-1606), por cierto que desde un precedente del siglo XVI español, fray Antonio de Guevara.
El Culteranismo, término despectivo creado desde la palabra "luteranismo" para parangonar a los culteranos como herejes de la verdadera poesía, es en realidad una rama de la estética barroca del Conceptismo en cuanto dificulta cortesanamente el entendimiento de la obra literaria, no mediante la concisión y la concentración de significado (la llamada agudeza de Baltasar Gracián), como era lo habitual, sino mediante su dispersión y organización en forma de enigma para ejercitar la cultura y la inteligencia al descifrar una forma más dilatada y sensorial. En las artes plásticas este arte se refleja por medio de la utilización de emblemas y alegorías.
Página inicial de Las soledades (l. I, pág. 193) en el Manuscrito Chacón.
El culteranismo, profundamente estudiado por Dámaso Alonso a raíz de la celebración del tricentenario de la muerte de Góngora en 1927, se caracteriza por el abuso o concentración de algunos recursos retóricos ya utilizados por el Manierismo:
Ornamentación sensorial del verso (aliteraciones, epítetos, etc.).
Preferencia por una sintaxis de largos y laberínticos periodos de compleja trabazón hipotáctica.
Latinización de la sintaxis mediante un extremo y violento hipérbaton y el uso de ciertas fórmulas, (A si no B, etc.) y construcciones propias del latín.
Abuso de los cultismos o palabras extraídas sin cambios del latín, que de esa manera pasaron a enriquecer el idioma.
Uso de la metáfora pura y de la imagen más audaz.
Sublimación de lo humilde y denuesto de lo noble.
Abundancia de perífrasis en forma de alusiones y elusiones de términos léxicos o referentes mitológicos y culturales.
Una abundante intertextualidad entre autores latinos, griegos y modernos.
El orador sagrado fray Hortensio Félix Paravicino, por El Greco c. 1609.
El Culteranismo se esboza ya en la obra temprana de Luis de Góngora y en el manierismo formal de poetas como Bernardo de Balbuena o Luis Carrillo y Sotomayor, pero puede considerarse definido ya cuando Góngora divulgó su larga silva Soledades en 1613, poema que quedó inconcluso tras una segunda parte y que escandalizó no poco, suscitando un gran debate estético sobre poética, no pocas sátiras por parte de los partidarios de la forma canónica del conceptismo (Francisco de Quevedo, Lope de Vega y Juan de Jáuregui, este último luego convertido en un entusiasta culterano) y glosas eruditas por parte de admirados comentaristas como José García de Salcedo Coronel, autor de una edición comentada
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