El Emilio III

Jacobo enseña al adolescente que no solo se debe obrar por necesidad sino por utilidad. Así comienza la Educación de la Utilidad para Emilio, es entonces donde se hace propicia la ocasión de enseñarle un oficio, se elige la carpintería, Emilio asistirá a un lugar donde le enseñaran a dominar este oficio.

Sabemos que Emilio por ser heredero de una fortuna, no tiene la necesidad aparente de aprender un oficio, pero Jacobo recalca de que dado el caso de que el muchacho caiga en la ruina, no tendrá problemas para seguir adelante, pues ya sabe hacer algo, es útil para la sociedad y se siente útil a sí mismo.

También le enseña lo que respecta a los astros y la orientación espacial, por medio de la observación y deducción. Un día estando solos y alejados de la ciudad, le enseña al muchacho la utilidad de los puntos cardinales orientándose en base al desplazamiento aparente que hace el sol durante el día. Con plena colaboración del muchacho se fija los puntos cardinales y se logra identificar la dirección hacia donde deben caminar para llegar lo más pronto posible a la ciudad. He aquí la Utilidad de poseer y saber aplicar estos conocimientos en astrología, le dice al muchacho, porque si no, hubiésemos deambulado sin dirección por aquel lugar y sin saber si lograrían regresar a casa.

Es propicia la edad también, para permitirle al muchacho leer por primera vez una obra completa, es así que se elige: "Robinson Crusoe" de Daniel Defoe, la elección se hizo porque en este libro se aplica a cada momento el Principio de Utilidad.

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