Hazel tiene cáncer.

Hazel tiene cáncer. Sus pulmones han decidido dejar de funcionar y tiene que cargar con una bombona de oxígeno a todas partes, pues ya ni es capaz de respirar por sí misma. Sin embargo, ha tenido la “suerte” de ser una paciente experimental para un nuevo fármaco que ha detenido el crecimiento de su tumor, haciendo que pueda vivir indefinidamente con su enfermedad. Pero su vida es una mierda y, en una de las sesiones de terapia en grupo a las que su madre la obliga a ir, conoce a Augustus Waters, un chico que venció su cáncer a cambio de una pierna y que le cambiará la vida para siempre.

Hazel es la protagonista de esta historia. Una adolescente que hace tiempo que espera la muerte. Su vida no es normal. Debido a su enfermedad, tuvo que dejar todo aquello que implicara cualquier tipo de actividad. Con los nuevos medicamentos, su existencia ha mejorado un poco. Pero no hace nada más que ir de vez en cuando a sus clases de la universidad y quedar con una antigua amiga con la que ya no tiene nada en común. Su madre ya no sabe qué hacer para que tenga una vida. Ese es el motivo por el que asiste al grupo de apoyo en el sótano de la iglesia. Una chica escéptica, con una visión oscura del mundo, enfadada con el universo y con las personas que lo habitan, nada contenta con los efectos secundarios de su cáncer.

En una de las sesiones conocerá a Augustus Waters. Este adolescente también sufrió cáncer, pero se lo erradicaron con la amputación de una de sus piernas. Comparte algo de la visión de Hazel del mundo, pero también discrepan en muchas otras cosas. Augustus tiene más de un ochenta por ciento de vivir hasta la vejez. Tiene la casa llena de frases motivadoras y una cabeza filosófica que no deja de hacerse preguntas hasta del motivo de las cosas más insignificantes. También tiene un imponente atractivo físico, del que es muy consciente, y no se cansa de decírselo al mundo. Un chico increíble con el que me encantaría poder pasar una tarde charlando.

Los padres de ella son también personajes muy importantes en esta historia. Una de las cosas más horribles que te pueden pasar cuando eres adulto es ver morir a tus hijos, peor cuando son solo unos niños. Pero más terrible es todavía saber que se van a morir con antelación y ver como se consumen día a día hasta su final. Le aportan realidad a la historia, una perspectiva diferente, ahondan en el mundo del cáncer con la preocupación por su hija. Incluso ellos evolucionan durante el libro.

Y no podría hacer esta reseña sin mencionar a Isaac, un chico con cáncer de ojos cuyas intervenciones no dejan indiferente a nadie. Como enfermo, también tiene su propia visión de la enfermedad y del mundo a su alrededor. Es el que más pueda parecerse a un adolescente sano, pero sin poder desprenderse de las secuelas de su enfermedad.

La narración de este libro es en primera persona, mediante

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