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Para que un país pueda crecer debe dialogar y tolerarse, crecer tanto científicamente como en lo cultural, y si según la escritora a pesar de inmigrar a México y tomar la experiencia debida, clasificó a México como un pueblo en donde la ideología es un poco desordenada, que somos un pueblo

atrasado sobre el pensamiento de la creación o que se va desarrollando lentamente, causa en mi un cólera total.

Fastidia saber el grado que tiene México, ella plantea entre otras muchas cosas que no existe capacidad alguna de crecer, de enfrentarse y hasta de superarse, que reina la mentira en donde solo hay hipocresía y que al sobrellevarnos con esto, causa el rechazo de una razón, que esta no sea aceptada por el hecho de que perturba, en donde define razón como: “Es potencia del alma por medio del cual entramos en contacto con los demás seres2 (Antaki, 1996, pág. 39)” Que el país no la ve, que como verla si los conocimientos los compara con países que tal vez no han vivido la clase de experiencias que nos caracterizan y plantea que el error o el centro del problemas es esto mismo, el rechazo de la razón.

Por lo entendido la razón enseña al hombre a ayudar a los otros ha deber formar parte de ellos y forman las comunidades.

Que el problema es la educación, que la sociedad, la casa y la escuela misma, deben de educar de la misma manera, y es que como lograr eso si obviamente existen diferentes temas exclusivos en cada unos de ellos, que si la formación en México exige valentía, que si en este país no puede florecer la libertad de pensamiento, que los debates intelectuales según esto, nos interesan poco, que si nos dejamos llevar

por las ideas de nuestros aliados, y en el momento de relacionar el reconocimiento social y plantear la falta, debemos aludir la vida material o la adquisición del poder, pero sin fijarnos, en la sabiduría o lo cultural, donde queda esta ultima? tal vez porque ponemos atención en otras entes que en su momento son más elementales, que si la desarrolláramos creceríamos de una manera rimbombante pero, y la libertad de hacerlo?...

Implica demasiadas nociones que impacta la capacidad de los mexicanos en engañarse a sí mismos, en excluir el intento, en donde queda esa integridad? esa fuerza de respetarse a sí mismo al igual que a las leyes?, yéndonos ya a un terreno más global. Que para los mexicanos la libertad es limitante, es represiva, en donde inferimos que la libertad es limitada por ella misma, sin tener espacio para la reflexión…

Emprende la voluntad, y esta causa dejarse llevar por sus pasiones, por las circunstancias; justo aquí, se liga con la libertad de actuar y siempre pendientes de concientizarnos de de las responsabilidades, que implican el pensar que tiene sus repercusiones, de saber hacer lo bueno y lo malo, de las consecuencias que traen los actos de estas, la relación del mexicano es de fe, él cree, él es fiel a él, arriesga toda la responsabilidad por hacer grandes cambios.

Entendemos que todos estos los

conceptos manejados hasta ahora implican, desasosiegos e inconformidades por las comparaciones hacia otras clases de comunidades, donde desisten a la felicidad, por homenajear a sus conocimientos. Para que implicar ciertas premisas si dentro de estas nos dan la respuestas a la vida que esta sobrellevando México, es difícil dejar la felicidad por otras pericias, ya ahora, es más factible hacerlo por el nivel de interés y de superación. Que si los mexicanos desertaron todo, por los deseos, pero no ven el claro ejemplo de la superación, que si la felicidad que maneja solo es gozo instantáneo, que a su vez provoca insignificancia y causa que lo liviano sea sinónimo de felicidad, que si nos conformamos con lo simple y buscamos objetivos que no implique dar el esfuerzo absoluto; que si lo queremos fácil. Pero llegar a tal conclusión, es vendarse los ojos viendo los traspiés, y no permitirse ver el equilibrio de una sociedad a la cual le cuesta trabajo, pero jamás permite caer.

Vivir en México es una pifia por la cantidad de facilidades que se emplean en la manera que la corrupción se apodera de nuestras vidas, que nos concentramos solo en la ley de la liviandad. Menciona Ikram Antaki.

Implanta que el rechazo de correr y pensar al mismo tiempo lo neguemos, (estoy en desacuerdo con esto). Ve un manejo de inferioridad en exceso, con la amargura

y la ironía, el escepticismo y agudeza, la cual provoca que disipemos en todas nuestros intentos.

Al presentarse la oportunidad de rebajar y humillar a quien podemos, lo hacemos. Que los celos y las envidias están presentes, que es el país de los raros, en donde la única pasión es el odio, pero por supuesto que no!... Que en base a esto no somos capaces de elegir a una mujer que tiene una mente privilegiada y que por ende preferimos a una mujer bella, que esta misma inferioridad de escoger lo que nos conviene se convierte, se apodera de las actitudes de los mexicanos y al querer salir de esto la impotencia vence.

Algo se desgarró en el alma de este pueblo, a partir de esto o ya estaba fracturado desde hace tiempo?... destruyen, roban matan, hieren, manipulan la crueldad, la demencia. Pero mas allá esta la destrucción de los países de los hombres; la incapacidad de empezar una nueva vida, pero es que acaso ella no ha visto la cantidad de intentos, no ha visto que cuando queremos superarnos, algo como las críticas, nos llevan al fondo. Que nos lleva a no ser imposibles ni innecesarios?, una sola palabra las indiferencias, donde ha quedado la igualdad?...

“Si todo es posible en sí, no es la necesidad sino lo posible de lo se vuelve indiferente al ser3 (Antaki, 1996, pág. 78)”

Incluyo que en nuestra naturaleza se emplean

tres términos tiempo-espacio-materia, que si solo funciona la materia, por favor!... en donde y en que momento el sentimiento, el alma humana se desvaneciendo en la vida, hasta ahora es lo más importante quiero pensar para la mayoría de los mexicanos. La realidad causa el miedo de enfrentar a la vida, porque implica excesivas otras contraposiciones, así como actuar con la verdad y la nobleza; “No hay nada que no pueda ser resuelto cuando alguien se aplica en su búsqueda de buena fe4 (Antaki, 1996, pág. 83)”

Un

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