LA PIEDRA DEL SOL

LA PIEDRA DEL SOL

Vi a lo lejos la piedra del sol, desde cierta distancia ya se puede apreciar su majestuosa figura, sonríes al verla en señal de confianza y tranquilidad, la misma expresión que hace un hijo al ver a su padre a lo lejos, camine un poco más hasta quedar aproximadamente a 7 metros de ella para finalmente pararme frente a ella, se miraba como solo ella sabe, imponente, es gracioso porque claramente no era la primera vez que estaba ante ella y la admiraba pero por primera vez la estaba observando, me percataba de cada detalle que a ella la formaba, por primera vez le ponía atención a cada detalle que la conformaba y trataba de entenderla. Por primera vez no la miraba con esa falsa admiración que trataba de esconder mi indiferencia, como ese padre que actúa sorprendido ante las anécdotas de su hijo.

A decir verdad ella en ningún memento hablo conmigo, bueno por lo menos no oralmente, pero me expreso mucho con su lenguaje corporal, su semblante tan serio al centro me hizo sentir que no era digno de verla más, así como un hijo ve a su padre después de decepcionarlo, me hizo sentir tan incómodo, hasta el punto de que no pude soportar más y me vi forzado a bajar la mirada, al mismo tiempo me sentí derrotado, humillado, mi orgullo me obligó a levantar de nuevo la mirada o observarla fijamente esperando su aprobación, como un hijo mira a su padre esperando que le diga “estoy orgulloso de ti".

Finalmente retrocedí, aciento con la cabeza en señal de agradecimiento y respeto exactamente como lo hago con mi padre y fue cuando por fin me di cuenta de que la relación de los mexicanos con las piedra del sol es como la relación de un padre con su hijo, por eso está en La Moneda de 10 pesos, porque un hijo siempre debe sentir la presencia y el apoyo de su padre.

Bibliografía:

Paz, Octavio. (2007). Piedra del sol. Fondo de cultura económica. México.

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