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Lucchini y Labiaguerre


Enviado por   •  23 de Mayo de 2019  •  Apuntes  •  2.898 Palabras (12 Páginas)  •  273 Visitas

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Lucchini y Labiaguerre

La sociología es una disciplina autónoma que tiene como función la de analizar la sociedad y los lazos que unen a sus miembros. Estas surge cuando esto lazos se ausentan y esta ausencia es vista como el origen de la crisis social. A base de esto se dice que los problemas de la sociedad moderna se deben al origen del capitalismo.

El Feudalismo se desarrolla en Europa entre el S. IX y el S. XV es un sistema económico, social y político en el cual la principal relación de producción era la servidumbre. Se trataba de una sociedad estamental, que se separaba en tres órdenes: Los miembros de la Iglesia (clérigo), los guerreros (nobleza) y los trabajadores (siervos?). Los hombres libres podían decidir si pertenecer al clero a la nobleza. Por otra parte, los siervos se encontraban sometidos a un régimen jurídico de dependencia personal. No era un esclavo, pues tenía ciertos derechos jurídicos.

Existían siervos domésticos y siervos de la gleba. Los siervos de gleba tenía su dependencia fijada en su herencia; se hallaban unidos a la tierra y si ésta cambiaba de dueño, no se separaban de ella. La pertenencia a la nobleza y la gleba se establecía por herencia, por lo que la movilidad social era escasa.

Este sistema de producción era principalmente rural, ya que la población campesina constituía entre el 90 y el 95 por ciento del total y cada región tenía sus características.

Las relaciones que existían entre los hombres se basaban en el vasallaje, donde se trabajaban con derechos y obligaciones recíprocas entre las partes intervinientes. Esto se origina durante los principios de la Edad Media cuando una persona libre pero de baja posición social buscaba protección del más fuerte. En el vasallaje el señor feudal tenía poder sobre el vasallo (noble o clérigo) y asimismo se creaban ciertas obligaciones entre ellos. Esta relación de deberes y derechos creo una red que unía a la comunidad. En la cúspide de este sistema se encontraba el rey, a quien todos los habitantes de su dominio debían rendirle homenaje. Si un rey tenía feudos propios en otro reino le debía vasallaje al monarca de ese reino, lo cual creaba conflictos.

La Iglesia actuaba como un señor feudal. Integraba uno de los órdenes sobre los que se afirmaba en mundo feudal, situándose en lo alto de la jerarquía social. Los altos estamentos clérigos (obispos y cardenales) ocupaban un estrato social semejante al de la gran nobleza (duques y condes). Se decía que parte de la producción debía llegar a sus manos para ser ofrecida a Dios, por eso recibieron tierras y trabajadores para cultivarlas.

Los clérigos rurales permanecieron principalmente en el campesinado mientras compartían sus suertes y sus costumbres. Las comunidades de monjes vivían como los campesinos ya que se le exigía a sus miembros el trabajo manual. Pero una gran cantidad de sacerdotes, sobre todo aquellos que vivían cerca de las iglesias catedralicias, disfrutaban de comodidades semejantes a las de los laicos más poderosos. Los grandes centro monásticos fueron las reservas del conocimiento mientras la Iglesia se encargaba de transmitirlo; por eso las primeras Iglesias estaban ligadas a ella y los clérigos se veían como los intelectuales de la época.

Como el concepto de la riqueza se conectaba directamente con las tierras y el número de vasallos que tenía el señor feudal, sucedían luchas constantes entre ellos para obtener en mayor número de feudos, lo cual los llevo a crear sus propios ejércitos (séquitos feudales). Estas luchas empiezan a desaparecer en el S. XIV con el fortalecimiento del poder real.

El núcleo de producción era el señorío, el cual era el conjunto de tierras donde el señor feudal ejercía su derecho de administración de justicia (ban), y podía exigir el pago de tributos o su pago de las personas que habitaban las tierras. En el caso de la Iglesia existía el diezmo (la décima parte de lo producido), pagado por todos y usado en parte para el sustento de los más pobres.

Las tierras del gran dominio se dividían en:

  • Reserva: tierra de la que vivía el señor, explotada por trabajadores domésticos. Era un espacio cercado donde se encontraba la mansión señorial, los graneros, corrales, establos, cocina, panaderías, los prados y la mayor parte de las tierras sin cultivar.
  • Mansos: parcelas donde vivían los campesinos, hacían sus alimentos y donde recaían las obligaciones
  • Tierras de uso común o Bienes comunales: formados por los prados, las dehesas (tierra cercada y por lo común destinada a pastos) y los bosques, donde recogían leña para calentarse, madera para herramientas, donde podían pastar los animales y recoger frutos silvestres.
  • Región de casa: comúnmente reservada al señor, pero aprovechada por muchos clandestinamente.

A fines de este período hubo un gran desarrollo de ciudades al margen de las aldeas de los feudos. En ellas la población estaba dedicada a la producción artesanal de mercancías destinadas principalmente al comercio de larga distancia, y no como servicios al señor. En algunas ciudades los gremios de artesanos y las guildas (unión de comerciantes en una ciudad, en donde muchos de ellos eran extranjeros, y por esto, libres) de mercaderes dirigían en gobierno comunal y organizaban la vida de los habitantes. El sistema de aprendices era controlado por el gremio correspondiente, y a través de él se expresaba la sociedad urbana en las fiestas de los santos patrones. Las guildas de mercaderes, que surgen de las reuniones de buhoneros o vendedores ambulantes, crecerán y se volverán más poderosas a medida que se incrementa el comercio.

El sistema de producción del feudalismo era para el uso, no el mercado. Por lo tanto, no había una presión para perfeccionar las técnicas. A pesar de ello, se fueron introduciendo innovaciones, como los sistemas de roturación y cultivo. No se generó un mercado nacional debido a la autosuficiencia de los señoríos y de que los mercados mensuales o nacionales servían a lo sumo para el intercambio general.

La producción se realizaba con las herramientas de los trabajadores, y no con máquinas, tanto en la ciudad como en el pueblo. Este sistema, como estaba basado en el uso, se volvía muy inestable; las pérdidas de las cosechas provocaban hambrunas y epidemias. Habían muchas variaciones entre épocas desfavorables y calmadas, que afectaban fuertemente a la demográfica. Todo esto provocó grandes cambios sociales, sobre todo a partir del siglo XIV. En este siglo hubo un fuerte crisis agrícola que provoca la aparición del hambre, y luego vino un período de epidemias–entre ellas la peste negra, que duró del 1348 al 1351–causante de una gran caída demográfica y de la reaparición del hambre. Se calculó una pérdida de entre 1/3 y ¼ de la población de Europa occidental.

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